martes, 30 de abril de 2019

¡QUÉ PACIENCIA TIENES CONMIGO, AMOR MÍO!



Después de más de dos meses y medio deambulando de aquí para allá cual mosca cojonera, pasándome prácticamente todo el día en casa, creo que hoy ha llegado el momento de decirte esto: “¡Qué paciencia tienes conmigo, amor mío!”

¡Qué paciencia, sí! Porque aunque estos meses de baja laboral en ciertos momentos han podido ser un suplicio para mí, más por el dolor que me dejó la operación que no por otra cosa, lo cierto es que creo que mis quejas y protestas a veces estaban de más. Ya sabes a que me refiero: esa manía humana en que los humanos a veces reflejamos el dolor con protestas o mal humor. Si ya soy un cascarrabias y un viejo gruñón por naturaleza, ¿cuánto más no habrás tenido que sufrir al oírme protestar una y otra vez? Sí, sí, lo sé, tienes paciencia (mucha paciencia), pero eso no me exime de tener que pedirte perdón.

Sé perfectamente que durante esos días has entendido la razón y el porqué de mis quejas; sé que también has comprendido que muchas veces te pidiera uno u otro favor a causa de la situación de escasa movilidad en la que me encontraba después de la operación. Pero eso no me libra de culpa, pues bien sé que más de una vez podía callarme y no hacer mi voz protestando por las molestias o el dolor.

Así que aquí, en público, voy a pedirte perdón. Sé que me dirás que no hace falta, que vaya tontería, que yo hubiera hecho lo mismo, y mil cosas más. Pero puesto que soy yo quién decide por mí, quiero pedirte perdón.

Porque más allá de estos días, si lo pienso detenidamente, bien puedo encontrar otros motivos para volver a decir “¡Qué paciencia tienes conmigo, amor mío!” Paciencia ante todo, por aguantar mis ronquidos. Paciencia por callar cuando me escuchas conduciendo, sin parar de despotricar por si aquel va lento, corre demasiado o hace tal o cual infracción. Paciencia por aquellos días en los que voy al supermercado, y me das algunos encargos que con mi proverbial falta de atención acabo por no comprar. Paciencia por haberme acomodado a no poner todas esas lavadoras que antes yo mismo ponía y que ahora tú te encargas de llenar. Paciencia por esos días en que yo me encargo de hacer la comida, y de tanta comida que hago la nevera y la casa amenazan con reventar. Paciencia por cuando vamos por la calle, y yo me pongo a cantar “¡Te quero, te quero, te quero! ¡Te quero, te quero, te quero! ¡Te quero, te quero, te quero! ¡Te quero, te quero, te querooooo!” y me pongo a bailar. Paciencia por hacerte salir de casa conmigo para ir observar aves o cazar leyendas cuando tú sólo quieres descansar. Paciencia por miles razones que ahora mismo se me olvidan, pero que a poco que piense sobre ellas, por la gran cantidad me van a enterrar.

¡Qué paciencia tienes conmigo, amor mío! ¡Qué paciencia, te lo digo de verdad!

LA LLEGENDA DEL SALT DE LA NÚVIA O EL MALPÀS DE LA QUERA

El Salt de la Núvia o Malpàs de la Quera és un pas muntanyós situat ben a prop del cingles de Talaixà, en el municipi del Montagut i Oix, a la comarca de la Garrotxa. Si seguim el pas que duu des de l’ermita de Sant Aniol d’Aguja fins el poble de Talaixà, avui en dia despoblat, hi haurem de passar per grat o per força. En aquestes muntanyes agrestes, es situa la llegenda que intenta explicar l’origen d’aquest nom.


Diuen que fa anys, el  masover de Sant Aniol d’Aguja va voler maridar la seva filla, contra el seu consentiment, amb l’hereu del ferrer de Talaixà, com era costum en l’època. El dia del seu casament, de bon matí, el pare va arranjar les cavalleries i tots junts van emprendre el camí de pujada que porta cap a Talaixà, on en aquell temps encara hi vivia gent, ben distribuïts entre unes poques cases i l’església.

La noia prou que plorava i deia que no volia maridar-se amb l’hereu,  però el pare no estava pas per romanços i l’abraonà damunt del cavall per emprendre el camí. Així anaven seguint el dur camí, amb la núvia enllagrimada, quan de sobte, al girar un revolt de la cinglera, davant d’ella es mostrà una imatge majestuosa i esfereïdora: des d’aquella espècie de balconada de roca convexa de gran alçada,  podia veure a baix el curs de la riera de Sant Aniol i davant seu els grans murs de pedra calcària d’aquelles grans muntanyes retallades. Era una imatge que podia posar fi al seu sofriment.

Així, la noia que muntava asseguda de costat dalt del cavall, es va deixar caure al buit.
Ja no hauria de casar-se amb l’hereu, ni seria de ningú contra la seva voluntat.

Una altra versió situa la núvia a la masia de la Quera, una casa (avui dia en ruïnes) que està situada al costat del camí que va de Sant Aniol d’Aguja fins el poble de Talaixà, que en el seu moment era la casa més gran i important de les rodalies, havent historiadors que l’apunten com una casa fortificada

Segons aquesta versió, sembla que la núvia, una pubilla de la Quera, va sortir de casa molt il·lusionada pel casament i va marxar amb un important seguici cap a l’església de Sant Aniol d’Aguja. El seguici estava format per mules decorades amb plaques de coure al front, guarnides amb flocs de colors i esquellerincs, i la gent també vestia colors vius de festa. Tot plegat va servir perquè un grup d’amics del nuvi veiessin el seguici des de la muntanya de davant, i per tal de fer-se notar van disparar els seus arcabussos en senyal de festa. Tot d’una, la mula de la núvia espantada pels trets dels arcabussos va fer un gir inesperat i la noia es va precipitar rodolant fins el fons del cingle, morint a l’instant.


Podeu trobar més llegendes catalanes clicant aquí.

domingo, 28 de abril de 2019

DISERTACIONES SOBRE EL AMOR, EL ODIO Y EL FALSO PATRIOTISMO

Algunos pensamientos que me han venido a la cabeza en un día cualquiera de elecciones generales...

Hoy, cuando he ido a votar, y he ido a buscar mis papeletas, he visto como la mujer que tenía a mi lado -de unos 40 a 50 años- estaba cogiendo su papeleta para votar a Vox. Ese hecho, ya de por sí me ha dejado noqueado, porque no puedo llegar a entender como alguien puede llegar a renunciar así a sus derechos más fundamentales, por mucho "amor" que pueda sentir hacia su patria, pero mucho menos lo entiendo cuando esa persona es una mujer a la que un partido político así le va a pisar más aún sus derechos si cabe.

Pero bueno, incluso así, sé que hay mujeres que en un día como hoy votarán a Vox. ¡Sí, sí, lo sé, es triste, pero así es! Una realidad de esas que uno no entiende pero que sabe que existe.

 La cosa no hubiera pasado de triste anécdota si no fuese porque acto seguido he visto como esa misma mujer cogía otra papeleta de Vox, la metía en un sobre y se lo entregaba a su hija -que apenas parecía una adolescente- para que también votase a ese partido. Si su hija quería votar a ese partido o no, realmente no lo sé ni lo he visto nada claro, pero era evidente que iba a votarlo porque su madre le ha entregado la papeleta y le ha dicho que ese era el partido que tenía que votar... A partir de ahí, en mi cabeza han surgido de nuevo una serie de preguntas que ya hace tiempo que ahí están: ¿Realmente, cuando votan a Vox, esos votantes piensan con visión de futuro? ¿Es posible que existan mujeres dispuestas a condenarse no solamente a sí mismas, sino también  a sus propias hijas , solo por amor a todo lo que ellas consideran "español, y mucho español"? ¿Cuánto de amor hay realmente en sus corazones, y cuánto de odio, intolerancia, xenofobia, homofobia y delirios de superioridad moral? Parte de las respuestas a esas preguntas ya la conozco, el resto, se pierde como un enigma en la oscuridad.

Siempre me he considerado un apátrida. Tengo claro que mi lealtad únicamente se la debo al planeta que me dio la vida, y a un par de causas, la vida y la libertad. Pero a nadie más, y mucho menos a un país, cuya existencia no deja de ser una pura convención humana. Aún así, ello no me ha impedido nunca amar en un momento determinado o por distintos motivos a un país, que ya puede ser ahora Cataluña, ahora España,  marchando incluso más allá, incluyendo lugares y tierras donde nunca he estado. Aclaro este punto, porque quiero dejar claro que a día de hoy me siento mucho más catalán que no español por diferentes razones -porque hay que reconocerlo, el estado español se ha ganado el rechazo de muchos catalanes a pulso-, pero a pesar de ello nunca he dejado de amar a España, entendiendo por amar lo que es amar de verdad.

Amar a “España” no es amar a España. Dejo la “España” entre comillas para la gente de la ultraderecha o de Vox. Al  contrario que otros, tengo claro que cuando se habla de amar a España -y me refiero a verdadero amor-, no se trata de vanagloriarse de una bandera anclada en el pasado y ni de glorifica su historia un tanto oscura. Amar a España no es condenar a los otros por ser diferentes y condenarlos por su religión, su procedencia, su sexo o su orientación sexual . Amar a España tampoco es defender su unidad a costa de la libertad de los demás. Eso no es amar, ni de lejos. Eso es querer poseer, querer mandar o gobernar sobre los demás, pero no es amor.

Amor por un país -más allá de que sea tu propia tierra o región- es amar a su gente, en toda su diversidad, con sus muchas lenguas, sus muchas tradiciones -siempre respetando a los derechos o la cultura de los demás (e incluyo aquí los derechos fundamentales de los animales)-, y saber apreciar la totalidad cultural.

Siento un inmenso amor por España cuando pienso en sus tierras, sus montañas y sus ríos, en toda aquella gente que me ha abierto sus brazos por ser simplemente quién soy, y amo el sol y las nubes que recorren sus cielos, como lo han hecho y harán en el resto de mundo igual.

Amo y respeto la naturaleza que está en sus tierras por lo que es -si la hipocresía barata de algunos que vanagloriándose de ser “españoles” queman sus bosques para especular, o cazan a sus animales -aún estando protegidos por la ley- por puro capricho, deporte o diversión, sin otra finalidad que la de demostrar lo “bueno” que es uno empuñando una escopeta o un fusil-. Eso no es amar a España, es amar al propio egoísmo, la propia vanidad, es ser un cobarde que bajo un una falsa fachada  de respeto pretende tener mayor razón o calidad moral. Amar a España es mirar por el progreso de un mundo más justo y libre, con más derechos para todos, más acorde con el bienestar de las personas y el respeto a la naturaleza que no con los grandes poderes económicos. No es mirar por el bien de unos pocos, sino de todos. Amar a España debería ser dar libertad una oportunidad a aquellos que no tienen nada o devolver la libertad a todos aquellos a los que se les ha arrebatado. Amar a España es dar la bienvenida no solamente a los propios, sino también a los extraños.  Es tender puentes, y no destrozarlos.

Amaba a España cuando todo eso era posible, no la he dejado de amar porque todo eso aún se puede lograr. Pero tengo claro que para lograr cosas así, a veces es mejor que uno se separe y busque su propio camino. Eso no es únicamente darte una oportunidad a ti mismo, sino dársela también a los demás. Seguir un camino aparte no te hace olvidar el pasado -tuvimos un pasado juntos, que valoro por lo que fue y que nunca voy a menospreciar-, pero quiero buscar un nuevo modo de hacer las cosas, y el lastre de cargar con una España que te frena -esa España tan de derechas- no nos ayudará a avanzar.

Amar a España no se trata de la alegría de celebrar una fiesta nacional donde se tortura a los toros, ni de la vanagloriarse de la figura de su proverbial "macho" ibérico (que ya cansa desde hace años), ni de defender a puño y espada una Constitución que desde hace tiempo está enquistada y enferma. Amar a España no se trata de ejercer la represión contra la gente de tu propio pueblo, sino de abrir las puertas y dialogar.

Amo a España, y ni siquiera necesito sentirme español para amarla. Puedo separarme de ella y aún así la podré amar igual. No soy como ese “patriota” que considera que su país es “su” propiedad. Ni nunca daré mi vida por una causa tan triste como un himno, una bandera o el concepto de “Unidad”.

No, es evidente que la política del miedo y el odio no va conmigo. Y durante estos últimos tiempos ese es el juego al que han jugado muchos políticos, y muchas “ovejitas” les han seguido ciegamente sin más. Me alegra decir que en todo ese tiempo también he descubierto la existencia de muchos españoles que son españoles y demócratas de verdad.

No soy independentista, pero hoy más que nunca me siento catalán. No me considero español, pero amo España como el que más. Y creo y estoy convencido que podemos separarnos, seguir caminos distintos, pero juntos compartir nuestros logros y progresar.

¿Lo podéis entender? No es algo contradictorio, si lo entendéis posiblemente es que tenéis la mente abierta de verdad. Si no lo entendéis, probablemente estáis anquilosados con la falsa idea patriótica de “Unidad”, demasiado influidos por la propaganda barata del odio, del miedo y la uniformidad. Sé que no siempre es así, sé que no todo lo que digo es verdad, ya que cada persona es distinta y hace lo que hace o piensa lo que piensa por distintos motivos, pero lo que tengo claro es que amar España, no es lo que vosotros decís amar.

viernes, 26 de abril de 2019

CABLES DE CRUELDAD HUMANA


Esto podría parecer una foto cualquiera, ¿no? Un montón de cable y ya está. Pero no, detrás de estos malditos cables hay una historia, dejad que os cuente... Con estos cables que me he llevado hasta casa para arrojarlos al cubo de la basura, hoy he encontrado atados de forma cruel a cuatro carpas comunes de buen tamaño (calculo que de 1,5 a 3 kilos cada uno). Atados juntos, con el cable pasando en zig-zag a través de sus bocas y sus branquias, y con diversos nudos en el cable, que estaba atado en un círculo cerrado para impedir que los peces escapasen. Estaban junto a la orilla de un río -concretamente el río Fluvià, a su paso por la zona de Argelaguer-, con el cable saliendo del agua atado en la rama de un árbol, con los animales sufriendo claros síntomas de agotamiento y estrés, medio asfixiados, ya que parte de sus cuerpos no estaban sumergidos, y algunos con heridas de consideración.

He acercado el cable hasta la orilla y al ver que era imposible soltar los peces de otro modo, he ido deshaciendo los nudos del cable uno a uno, y pasando éste a través de las branquias y las bocas de uno y otro pez hasta que he logrado liberar al primero. Los peces se debatían, aunque poco podían hacer, agotados como estaban, y atados unos a otros como los habían atado. He ido desatando los nudos y sacando el cable de sus cuerpos hasta, poco a poco, liberar el último.

Cuando los he ido liberando uno a uno, dos de ellos han logrado escapar y nadar bien hasta una parte más profunda del río, aunque ambos con claros síntomas de agotamiento, ya que en cuanto se han alejado un par de metros se han puesto a reposar en el fondo, pero creo que sobrevivirán seguro.

Otro de ellos tenía graves heridas en la cola, habiendo perdido casi la mitad de su aleta caudal, y una herida aparentemente aparatosa a la altura de la aleta anal, aparte de haber perdido parte de las escamas de la parte izquierda de su cuerpo. No sé si las causas de las heridas habrán sido accidentales, al haber luchado por escapar, y se las habrá hecho contra las piedras del río, o bien se las hizo la misma persona que los ató de ese modo, o bien algún animal que lo habrá atacado al haberlo encontrado en esa situación, totalmente vulnerable e indefenso. Se podía ver buena parte de su carne blanca, con pequeñas tiras de carne y piel colgando, pero aún así, cuando lo he liberado, ha sido capaz de nadar y alejarse a una parte más profunda del río. No sé si será capaz de sobrevivir con esas heridas, aunque soy consciente que los peces a veces tienen capacidades regenerativas sorprendentes. Quiero creer que también sobrevivirá.

Finalmente, el último pez, que era el que ha estado más expuesto en la orilla, y probablemente ha respirado más aire al tener parte de su cuerpo fuera del agua, ha sido el que me ha tenido más preocupado. Aunque aparentemente no presentaba heridas graves (excepto por el hecho de que le habían pasado el cable a través de la boca y las agallas), se ha quedado inmóvil de costado y apenas respiraba, con evidentes marcas de agotamiento y de shock. Lo he ido moviendo de un lado para otro, pero no reaccionaba, y finalmente la corriente lo ha ido arrastrando hasta dejarlo encallado en una parte poco profunda, donde se ha quedado de costado. Después de lo que calculo que ha sido media hora, he vuelto hasta él y continuaba como muerto, de costado, aunque aún boqueaba. He procurado llevarlo hasta una parte más profunda con la ayuda de un palo, pero como no reaccionaba finalmente me he metido en el río, lo he cogido con las manos y me lo he llevado hasta una parte donde había un buen remanso de agua. Entonces, por primera vez, ha dado algún aletazo y he visto que luchaba por respirar. Cuando he llegado a la altura del remanso, lo he lanzado con fuerza hasta la parte más profunda de las aguas y entonces, finalmente, el pez a reaccionado: ha nadado lentamente de costado, se ha enderezado, y finalmente a empezado a nadar de modo normal, como si de repente, al ser arrojado a esa zona de aguas, hubiese despertado de shock. Quiero creer que también sobrevivirá.

Por cierto que, con todo esto, a causa del esfuerzo y la lucha por liberar a esos peces de la cruel tortura y prisión en que un desalmado los había dejado allí atrapados, yo también he tenido que apechugar con el posterior dolor que se me ha despertado a causa de una reciente operación de hernia a la que fui sometido hace un par de meses. Pero he sufrido esos dolores con gusto si a cambio he liberado a esos pobres animales.

¿Y porqué os cuento esto? Bien, porque creo que hay que ser una persona muy hijodelagranputa (lo diré en una sola palabra) para tratar así a unos animales, aunque se trate de peces. Si los quieres pescar, bien, péscalos y llévatelos, pero no los dejes ahí atados y olvidados en lo que, por lo que he visto, supongo que han sido días de agonía, sin poder comer, ni descansar, donde el movimiento de un pez era la tortura del otro. Y eso suponiendo que la persona que ha hecho eso no lo ha hecho pro capricho o puro sadismo, porque entonces, además de un grandísimo hijodelagranputa, es un maldito sádico que no merece que lo respeten ni lo ayuden cuando le llegue un momento de necesidad. Sólo sé que averiguo quién ha sido, y como la cosa no haya sido hecha por simple inconsciencia o negligencia, se lo hago pagar de algún modo. Yo ya me conozco, y los que me conocen ya saben de que hablo.

PD: Todo lo que he comentado, podía haberlo grabado en video, porque cuando ha sucedido iba con mi cámara de fotos encima y mi pareja me acompañaba, pero en ese momento me parecía más importante liberar a los peces como fuera, y creía que cada segundo importaba. Quizás con un video hubiera ayudado a concienciar más a la gente sobre la crueldad humana gratuita, y sobre como debemos luchar por liberar a los que la sufren (sean animales, plantas o, naturalmente, otros humanos), y grabándolo se hubiera podido apreciar de que forma cruel habían atado a esos peces y los habían dejado allí abandonados a su suerte, pero creo que en ese momento sólo pensaba en liberalos lo más rápido posible para que no sufrieran más. Creo que he hecho bien actuando en ese momento, sin pensar en otra cosa, pero del otro modo, mostrándolo en imágenes, no dudo que hubiera sacudido más la conciencia de la gente.

jueves, 25 de abril de 2019

LA LLEGENDA DEL NEGRE DE LA RIBA

La Barceloneta és un barri mariner de Barcelona, a la comarca del Barcelonès, construït el 1753, i el més nou del districte de Ciutat Vella. És podria dir que és un barri nascut sobre les mateixes aigües del mar, ja que s’aferma sobre la terra que antigament havia format part de l’illa de Maians, i el seu naixement està lligat estretament al creixement i desenvolupament del port de la ciutat. És, per tant, un barri de tradició marinera, i bona part de la seva idiosincràsia rau amb aquest mar que frega les seves platges. Si el visitem, no podem deixar de fer una visita al Negre de la Riba, que avui dia es troba en aquell punt del carrer Andrea Doria que es creia amb el carrer del Baluard i que dona a la part posterior de lesglésia de Sant Miquel del Port.

El Negre de la Riba.

Cap a finals del segle XIX i principis del segle XX, el barri de la Barceloneta va tenir durant molt de temps el seu propi espantainfants: el Negre de la Riba. Com molt altres espantainfants, tenia la particularitat d’emportar-se als nens que no feien bondat, i mares i pares sovint empraven el seu nom perquè la canalla es portés bé, amb la particularitat de que si bé altres espantacriatures un no els podia veure -però se’ls podia imaginar-, el Negre de la Riba tenia una presència molt real i visible dins del barri mateix. Era fàcil fer-los creure que aquell espantós negre era ben capaç de cobrar vida i despenjar-se de nit -i ves a saber si de dia!-del lloc on es trobava per endur-se als infants.

Aquesta inquietant figura de color negre i estranya fisonomia (com podeu observar a la foto que li vàrem prendre) sembla ser que originalment era part del mascaró de proa d’un bergantí que molts anys enrere, cap allà l’any 1860, si fa no fa, va anar a parar, en el seu darrer viatge, als molls de Barcelona. Expliquen que aquest vaixell no identificat es va cremar accidentalment al port, i després d’això va ser desballestat, mirant d’aprofitar aquelles parts que es podien recuperar. Una de les parts desballestades era el mascaró de proa, que no era una altra que la figura del personatge que ben aviat passaria a ser conegut com el Negre de la Riba.

El Negre de la Riba, detall del rostre.

Conten que un boter de la Barceloneta anomenat Francesc Bonjoch va ser el primer propietari d’aquesta figura de faccions subsaharianes (tot i que anys més tard es descobriria que no era així, com ja comentarem més endavant). La va adquirir, com ja havia fet amb altres peces marineres, com a decoració marinera per atraure clientela al seu local. Va serrar la base de la figura, i la va posar a la porta de la seva puda (una mena de taverna de l’època) situada al moll de la Barceloneta com a reclam -cosa que es feia habitualment en aquella època-, i la figura de seguida es va fer molt popular al barri.

Amb la reforma del moll les pudes van desaparèixer i el Negre de la Riba va ser traslladat primer a un magatzem de vins de la mateixa família que tenien prop de l’antiga plaça de toros del Torín de la Barceloneta, i després va anar rondant per altres establiments, com per exemple un a prop del cementiri del Poblenou i posteriorment al Barri de Sant Martí, a una zona coneguda com la Ciutat d’en Nyoca. Sembla que va estar sempre en locals dels Bonjoch, fins el 1887, en què va morir l’últim descendent de la família. En tot aquest trànsit fins i tot va arribar a presidir un ball, motiu pel qual va ser restaurat i se li van afegir les extremitats de guix pels punts que les tenia trencades.

Part posterior de l'església de Sant Miquel del Port, al carrer Andrea Doria.

Més tard, hi ha notícia que va decorar una portalada al número 8 del carrer Castillejos. I més tard encara, un comerciant de vins el va comprar i el va tenir breument al Carrer Pallerols, més o menys fins l’any 1900, en que va tancar el seu negoci. Va ser aleshores quan en Josep Moragas (no confondre amb el militar català que va lluitar pel bàndol austriacista a la Guerra de Successió) va comprar-lo i el va portar a una torre que es va fer a la muntanya del Carmel i el va posar com a decoració d’una de les façanes, posant-hi a sota un petit cartell on deia “El renombrado Negro de la Riba”. Per aquell temps els veïns de la Barceloneta ja el deurien tenir en força estima, doncs sembla ser que de vegades passaven a veure el seu antic veí de la Riba a la mateixa muntanya del Carmel, el que no deixa de ser una bona passejada i demostra l’estima que encara li tenien.

Sabem, per un anunci publicat a la Vanguardia l’any 1919 que el senyor Moragas deuria tenir guardat el mascaró al Poblenou, en concret al Passeig del Cementiri, 236, ja que se’l va voler vendre l’any 1919. Després d’això semblava que se li havia perdut la pista, però Francesc Carreras Candi, historiador i polític català, s’alegrava anys després d’haver rebut la trucada d’una família que el tenia i li va deixar veure. En aquell moment, a l’any 1933, el Negre de la Riba es trobava al passatge de Corbinetty, actual passatge del General Bassols, prop del Cementiri del Poblenou, en mans de la família Pla. Resulta que en Moragas havia permutat la seva torre al Carmel amb un solar del mateix passatge i pel que sembla ningú li havia comprat el Negre de la Riba responent a l’anunci al diari i per tant va passar a mans d’aquesta darrera família, que l’any 1934 el va donar al Museu Marítim de Barcelona, lloc on actualment es troba la figura autèntica del Negre de la Riba, tot i que aquesta va ser policromada, quan es va descobrir que la seva figura no era la d’un guineà sinó la d’un indi iroquès.

Detall del Negre de la Riba.

Malgrat totes les voltes que va donar l’estatueta, els veïns de la Barceloneta no l’havien oblidat i l’any 2003, quan es celebrava el 250é aniversari de la creació de la Barceloneta, el van tornar a portar al barri on es va fer conegut perquè ja si quedés, tot i que l’actual Negre de la Riba que veiem a la Barceloneta és una reproducció de fibra de vidre del original, mantenint, això sí, la figura tal i com es va conèixer originalment, com la d’un misteriós negre d’estranya fisonomia que servia per espantar als infants, tot i haver perdut avui en dia el seu tarannà d’espantacriatures

El que no posem en dubte és que és un personatge molt estimat, ja que forma part de la història i la vida del barri.

Part posterior de l'església de Sant Miquel del Port.

Podeu trobar més llegendes catalanes clicant aquí.

martes, 23 de abril de 2019

LA LLEGENDA DEL PONT DEL DIABLE DE MARTORELL

Possiblement, de tots els ponts del Diable que hi ha a Catalunya -i no n’hi ha pocs, precisament!-, el més popular i conegut sigui el Pont del Diable de Martorell, que uneix la vila i municipi del mateix nom, al marge dret del riu Llobregat, a la comarca del Baix Llobregat, amb el municipi de Castellbisbal, a la comarca del Vallès Occidental, a l’altre marge del riu. D’origen romà (fou construït aproximadament al voltant de l’any 10 a.C.), aquest pont de 130 metres de llargada formava part de l’antiga Via Augusta, tot i que al llarg dels anus sofriria diverses reformes i modificacions, motiu pel qual juxtaposant-se al parament romà també trobem una part de construcció romànica, gòtica i moderna (tot i que respectant els estils que anteriorment hem mencionat). Però anem a per la llegenda!

El Pont del Diable de Martorell.

Diu la llegenda que antigament, a Martorell, hi havia una vella que cada dia, de bon matí, havia d’anar a buscar aigua a la Font de l’Eudó que hi havia a l’altra banda del riu, i que, per creuar-lo, s’havia de mullar, o si el riu venia molt crescut, havia de donar una gran volta que li portava hores de camí. Farta com estava d’aquesta situació, doncs amb els anys les cames ja li feien figa, el Diable un bon dia se li aparegué i li va fer la promesa que li construiria un gran pont sobre el riu en una sola nit si a canvi la vella li entregava l’ànima del primer que passés. El Diable ho preparà tot perquè l’acabament del pont coincidís amb el pas de la vella. Aquesta, però, s’ho va ensumar, així que va agafar un gat negre i el va ficar dins d’un sac, i al matí, quan va arribar a l’alçada del pas del pont, abans de posar-hi un peu a sobre, obrí el sac, i deixà anar el gat, que esverat va travessar el pont a tota pressa. I així, tot el que es va poder endur el Diable fou l’ànima d’aquell gat negre, quedant d’aquesta manera burlat.

La Font de l'Eudó, amb un relleu que representa la llegenda del Pont del Diable.

Segons una altra llegenda, molt més elaborada, hi havia una vegada a Martorell, al costat del Llobregat, un hostal molt important i amb molt moviment de gent. A l’edifici no havia aigua i la criada es passava la major part del dia fent viatges a la Font de l’Eudó carregada amb dos grans càntirs. La font era a l’altra banda del riu i la noia l’havia de creuar per unes passeres que, quan el riu anava ple, quedaven cobertes. A més a més, sempre tenia el risc de relliscar i que el corrent l’arrossegués aigües avall. Un dia de fira que havia plogut molt, el cabal era important, i la serventa va haver de fer moltíssims viatges a la font. Desesperada, va prometre la seva ànima al diable si aquest li feia un bon pont que li estalviés tots els maldecaps i perills. Al moment se li aparegué un gran cavaller que li prometé fer un gran pont en una sola nit a canvi de la seva ànima. La infeliç criada -que ja n’estava ben tipa- va acceptar l’oferta. En plena nit, es despertà i va sentir molt terrabastall per la banda del riu. Va mirar per la finestra i va veure un formigueig de diablons que ja estaven a punt d’acabar un pont magnífic i esvelt. La criada -plena de terror- s’adonà de la bestiesa que havia fet i va anar corrent a explicar-ho tot a la mestressa, la qual li va assegurar que ella resoldria l’afer. Va omplir una galleda d’aigua, va anar al corral i la va vessar damunt del gall que dormia, el qual, es va despertar de cop i immediatament es va posar a cantar. El cant es propagà ràpidament de gall a gall fins arribar a Palau-solità. Allí, el gall negre de Can Cortès va entonar un cant particularment altiu en el precís instant en que el Diable passava volant amb una enorme pedra del Montseny, la qual era justament l’última que mancava per acabar el pont. A causa que el dimoni només té poder durant la nit, en sentir el gall, es va pensar que el dia naixia, i ple d’ira, va fer un crit esgarrifós que va fer tremolar la terra, al mateix temps que es va sentir un gran tro, i deixà anar la pedra que duia, la qual es va clavar cinc metres sota terra. Des d’aleshores, la Pedra del Diable o Pedra Llarga fou al mateix temps objecte de balls i focs pagans en Sant Joan i lloc des d’on es beneïa catòlicament el terme per la Santa Creu, el 3 de maig. Avui, d’aquell camp de Can Cortès només en queda una petita plaça a la cruïlla dels carrers Monòlit  i Pedrallarga de Palau i Plegamans (Vallès Oriental), amb el menhir al mig.

Naturalment hi ha altres versions d’aquesta llegenda, tot i que a grans trets, aquestes altres són petites modificacions de les dues versions que us hem explicat.

DOCUMENTACIÓ FOTOGRÀFICA EXTRA

A continuació us deixo algunes de les fotografies que vàrem prendre del Pont del Diable de Martorell, i de la Font de l’Eudó, que es troba just a la seva vora, a la riba dreta del Llobregat, pel costat de Martorell, que espero que us serveixin per poder-vos ambientar una mica més amb la llegenda que us hem explicat.

El Pont del Diable de Martorell.

Vista del pont des de la riba del riu Llobregat.

El Pont del Diable des de la banda de Martorell.

El Pont del Diable vist des de la riba del riu Llobregat.

El Pont del Diable des de la banda de Martorell.

El Pont del Diable des de la banda de Castellbisbal.

El Pont del Diable des de la banda de Castellbisbal.

La portalada romana del Pont del Diable.

Entrada per l'antiga portalada romana.

Sobre el Pont del Diable.

L'autor de l'article en el cim del pont.

Pedra explicativa del Pont del Diable.

El relleu de la llegenda a la Font de l'Eudó.

Podeu trobar més llegendes catalanes clicant aquí.

domingo, 21 de abril de 2019

LA LLEGENDA NEGRA DEL PANTÀ DE CAN BOGUNYÀ O EL LLAC PETIT DE TERRASSA

El pantà de Can Bogunyà, més popularment conegut com el Llac Petit o Llac Petit de Terrassa, es troba dins del terme municipal de Terrassa, a la comarca del Vallès Occidental. Amagat entre l’espessor del bosc, aquest pantà d’escassa capacitat (poc més de 10.000 metres cúbics), s’alimenta de les aigües del torrent de Can Bogunyà, les fonts de la Bardissa i de l’Alzina. El misteri i la llegenda envolta aquest lloc: des del seu propi origen i finalitat, passant per tot un seguit d’estranyes desaparicions, morts i aparicions de boires i ombres entre d’altres. Una llegenda negra relativament moderna, com ho és l’existència del pantà mateix, que es comença a desenvolupar a mitjans del segle XX arrel d’alguns fets reals, on ben aviat s’hi va afegir la imaginació del poble.


UN ORIGEN MISTERIÒS

D’entrada, el mateix origen del pantà de Can Bogunyà forma part del seu misteri, ja que no se sap ben bé quina va ser la data exacte de la seva construcció, ni amb quina finalitat exacta es va construir. Uns diuen que el pantà es va aixecar cap a finals del segle XIX, tot i que el més probable es que la data fos al voltant de l’any 1907.

L’adjudicació d’aquesta obra s’atribueix, a dir d’alguns, a l’antic amo de la finca de Can Bogunyà amb la finalitat d’abastir-se d’aigua per regar els extensos camps de conreu de la seva masia. Altres, però, assenyalen que la va construir un tal Andreu Marí per tal de dur l’aigua a la propera ciutat de Sabadell, basant-se en el fet de que una de les principals mines d’aigua de Terrassa, la Vinyals, ja va ser comprada l’any 1872 per aquest mateix personatge.

Però fos quina fos la utilitat original d’aquest pantà, i fos qui fos la persona que va encarregar la seva edificació, el cert és que ben aviat va quedar oblidada, per passar a convertir-se ben aviat en un lloc d’esbarjo popular. Era l’inici de la dècada dels anys 20 del segle XX, i la gent va començar a visitar aquest indret per pescar, banyar-se, fer un dinar o berenar, i fer passejades o excursions pel seu voltant. Aquest èxit popular, però, amb el transcórrer dels anys quedaria enterbolit per tota una sèrie de fets inexplicables, que si bé alguns d’ells tenen una bona base real i una bona explicació, poc a poc es van anar barrejant amb la fantasia i imaginació, per esdevenir així en llegenda.

MORTS MISTERIOSES VORA EL PANTÀ

Si alguna cosa ha ajudat a crear una llegenda negra al voltant del pantà de Can Bogunyà, és la gran quantitat de morts que hi ha hagut dins les seves aigües i pels seus voltants les seves rodalies. Morts accidentals, suïcidis i assassinats... no en falta cap a la llista. I si per això fos poc, també es parla d’estranyes desaparicions per la zona! Alguns d’aquests fets són reals i fins i tot han sortit a la premsa, però la llegenda ha desvirtuat els fets, canviant, traient i afegint d’aquí i d’allà, de manera que es fa difícil separar la realitat de la ficció.


Sembla ser que la primera mort al llac va succeir el 19 de juny de 1910. Tres germans - Juli, Joan i Samuel Paüls- van tirar-se a l’aigua sense saber nedar. Un xicot, Ramon Salas Ballbé, que estava prop del lloc es va llençar a l’aigua per rescatar-los, aconseguint salvar els dos primers; malauradament, el Samuel morí ofegat. En reconeixement a aquest acte heroic, el 26 de desembre de 1915, la Societat Econòmica Barcelonesa d’Amics del País acordà concedir a Ramon Salas un premi procedent de la Fundació Josep Mora Blich.

Uns anys després, el 26 de juliol de 1925, tres joves es van presentar a la comandància de la Guàrdia Urbana per informar que, junt amb un altre company, Antoni Ballbé i Boada, de 27 anys, es trobava banyant-se al Llac Petit i que, quan aquest últim  es va endinsar a l’aigua i es va capbussar, va desaparèixer. Segons els seus companys, no sabia nedar.  La policia va declarar que la causa de l’accident va ser l’estat de brutícia i l’espessor de les algues que havien envaït el pantà, sense descartar un suïcidi. Segons Francesc Sàbat, que va ser alcalde de Terrassa per la CNT durant la Guerra Civil, Antoni Ballbé i Boada era un noi d’idees llibertàries i escrivia treballs per a la revista àcrata, Inquietud. En algun altre lloc es refereix que el mort era, Antolí Ballbé, un noi de 17 anys, que va morir ofegat.

El setembre del 1957 es troba un nou cadàver surant a les aigües del llac. És un home d’uns 60 anys vestit de pagès, a qui no es va poder identificar.

El mes d’abril del 1970, en un abocador de brossa pròxim al llac, s’hi troben les restes d’un lleó i de dues lleones decapitats els cossos dels quals algú havia abandonat allà.

A final de la dècada dels anys 80 es produeix una altra troballa macabra a les rodalies del llac: és el cos d’un home mort per un tret que estava estirat al costat d’una escopeta de caça, que segons deien tenia el canó retallat. La justícia ho va considerar com un cas de suïcidi.

L’any 1991 es troba el cos d’una noia de 16 anys escanyada en un dels camins que porta  al llac.

L’any 1992, prop del pantà es localitzen les restes d’un jubilat que havia desaparegut del seu domicili feia tres mesos i del qual ningú va poder explicar què hi feia allà.


L’any 1993, un any després, es troben les despulles d’Antoni Bruch, un mosso d’esquadra de Sant Cugat del Vallès a qui algú havia robat la pistola reglamentària. Tenia la mandíbula trencada per un fort cop i un tret al cap.

L’any 1994 es van escorcollar els voltants del llac buscant el cos del difunt Jaume Martínez, un joier a qui dos desconeguts van matar a trets en un carrer de Terrassa per després fugir amb el seu cadàver en l’automòbil de la víctima. No es refereix que es trobés el cos.

L’1 de setembre de 1999, Elhouari F., un nen d’origen magrebí de 10 anys que havia anat d’excursió amb els seus germans, desapareix. Quan els seus germans van trobar-lo a faltar van donar avís a les autoritats. Després d’unes hores d’exhaustiva recerca, els submarinistes finalment troben el cos despullat del menor, enfonsat al fons de l’embassament. Ha mort ofegat. Ara bé, una altra versió diu que el dia en que això va succeir era el 2 de setembre, quan quatre nois que havien anat d’excursió a prop del llac -no es refereix enlloc que fossin germans- van decidir pujar a un turó pròxim. Un d’ells, de 10 anys, es va quedar al costat del llac, i quan els seus companys van retornar al llac, el menor estava surant despullat en el pantà. La policia que va investigar el cas va dictaminar que s’havia tret la roba per banyar-se i que s’havia ofegat.

El 12 d’abril del 2006, un caminant denuncia que hi ha un cadàver surant al llac. Poc després van arribar al lloc el bombers i les patrulles de la policia  Una vegada treuen el cos de l’aigua es comprova que es tracta d’un home de 35 a 40 anys, que està embolicat amb una lona, lligat de mans i peus, i té una corda lligada a una pedra. El mort presentava signes evidents d’haver estat assassinat. El cos no es va poder ser identificat, ni ningú va denunciar cap desaparició.

I probablement, si busqueu bé, sentireu parlar d’altres morts i desaparicions. El boca a boca a fet molt, i internet encara hi ha ajudat més.

COTXES I MOTOS AL FONS DEL PANTÀ

Oblidat per un temps, entre les dècades del 1960 i 1970, el Llac Petit es va tornar a posar-se de moda com a destí de berenars i excursions familiars, i molts joves de les poblacions veïnes utilitzaven aquest indret per acampar els caps de setmana. A causa d’això, el paisatge va començar a degradar-se ràpidament; a part de les deixalles que deixaven molts d’aquests visitants, molta altra gent venia a també per desfer-se de la seva brossa, i en pocs anys, aquestes escombraries van estar a punt d’obturar les rieres que desaiguaven al llac.


L’abandonament i degradació d’aquest espai va propiciar que el lloc ben aviat es convertís en un cau per drogoaddictes i petits delinqüents. Era l’època de l’heroïna i les xeringues. Es deia que el fons del llac era ple les restes dels cotxes i motocicletes, entre molts altres objectes, que aquests robaven i enfonsaven allà per fer-los desaparèixer, convertint-lo en verdader cementiri de vehicles.

És probable que fos en aquesta època quan va començar a crear-se la mala fama de Can Bogunyà, com a lloc inhòspit i tèrbol, perillós i gens recomanable.

Malauradament, encara avui en dia, l’incivisme d’alguns visitants embruta el paisatge, per un altre costat encantador, amb els plàstics, llaunes, ampolles, burilles i altres restes que deixen abandonats. Per això, alguns grups de voluntaris de Terrassa van a fer neteja de tant en tant, arreplegant tota la brossa que aquests altres irresponsables deixen abandonada per l’indret.

JOCS MORTALS D’INFANTS

Anys enrere, sembla ser que alguns nens de la contrada tenien per costum anar a la zona del llac amb bicicleta per jugar. Un d’aquests “jocs” consistia en passar amb bicicleta per sobre de l’estret mur de la resclosa, amb el conseqüent perill de caure o bé a l’aigua -amb el perill d’ofegar-se accidentalment si això succeïa-, o bé contra les roques de daltabaix, cosa que passar probablement hauria acabat amb un fatídic accident mortal.


Avui en dia el pas pel cim de la resclosa està barrat, encara que això no impedeix necessàriament l’entrada.

BOIRES, OMBRES I FANTASMES...

Alguns testimonis diuen que vora del llac es produeixen estranyes aparicions: es parla de boires sinistres i aparicions d’estranyes ombres i fantasmes durant la nit. Hi ha qui diu que fins i tot s’escolten veus, i s’experimenten olors desagradables i canvis sobtats de temperatura, a més d’inexplicables alteracions en el camp magnètic.

No és estrany, doncs, que aquest lloc també s’hagi convertit en un dels llocs predilectes de grups esotèrics, espiritistes i caçadors de fantasmes, que visiten els seus voltants per captar les estranyes energies que, segons ells, desprèn aquest lloc. Al seu parer, l’indret està carregat d’energia favorable per a aquest tipus de fets, i hi ha grups que el visiten per realitzar meditacions i invocacions.

LA MISTERIOSA BÈSTIA DEL LLAC

No falta qui diu que dins del llac, sota les seves aigües, hi ha un monstre o una bèstia estranya. És sorprenent que un llac tant petit pugui donar origen a un monstre aquàtic, però és cert que si bé el pantà és petit, les seves aigües verdoses són força tèrboles, i un no pot albirar que s’amaga o s’arrastra a bona part de les seves aigües, i ja no diem al seu fons. Amb això ja n’hi ha prou per deixar volar la imaginació.

Si algun dia visiteu el pantà de Can Bogunyà i ja fa caloreta, fàcilment podreu comprovar que de bèsties no en falten; el lloc està replet de tortugues d’aigua al·lòctones que algú ha abandonat allà imprudentment, i en aquelles aigües l’espècie ha arribat a prosperar bé. Tot i així, és d’un altre tipus de bèstia de la que la gent parla.


Un tal Christian, en una data inconcreta, refereix per internet: “Suelo llevar a mi perro, como mucha más gente, pero hace cosa de un mes escuché que vieron un perro que, mientras nadaba, se sumergió de golpe y desapareció. Si es cierto, no descarto que alguien haya soltado algún caimán también, o algo asi. Si alguien sabe algo, iría bien que compartiera esa información.”

Ja veieu, així s’inicia una llegenda!

DOCUMENTACIÓ FOTOGRÀFICA EXTRA

A continuació us deixo algunes de les fotografies que vàrem prendre del pantà de Bogunyà que espero que us serveixin per poder-vos ambientar una mica més amb el seguit de llegendes que us hem explicat.





Podeu trobar més llegendes catalanes clicant aquí.

sábado, 20 de abril de 2019

EL MISTERIÓS HOME DEL SAC DE L'ESTACIÓ DE FRANÇA

L’Estació de França de Barcelona, comarca del Barcelonès, es troba a l’avinguda del Marquès de l’Argentera, al districte de Ciutat Vella, tocant la Barceloneta i del Parc de la Ciutadella. Aquesta monumental estació va ser construïda en motiu de l’Exposició Internacional de l’any 1929, sobre l’antiga estació, que fou construïda l’any 1854. De gran monumentalitat, la seva estructura de maó quedava amagada pels revestiments de marbre policrom que contrasten amb el blancor de les cúpules sostingudes per grans arcs de ferro. Però tota aquella monumentalitat, en la seva època, no amagava les ombres d’una sinistra figura que es relacionava amb la velocitat antinatural -per l’època- que aconseguien aquelles grans màquines de ferro, els ferrocarrils. Reapareixia així, com ja ho havia fet anteriorment amb l’aparició de la diligència, i segles abans, per mil temes diferents, la figura tètrica de l’home del sac.


A pocs mesos de començar el servei ferroviari de l’antiga estació de França, va començar a córrer la veu de que s’havien produït misterioses desaparicions de nens a diferents barris de Barcelona, especialment del de la Riba i la Barceloneta, que eren els més propers a l’estació. Aquest fet, a més a més, com sol passar en aquests casos, es deia afectava a les famílies més humils. El rumors se succeïren, i de seguida va córrer la veu que perquè la pesada maquinaria dels ferrocarrils poguessin funcionar i aconseguir la gran velocitat que tenien (50 km/h en aquell temps), feien servir gran quantitat de grassa, i al ser possible, de la millor qualitat. I tothom sabia per aquell temps, que la millor grassa era la grassa que s’obtenia dels nens i nadons.

Deien, doncs, especialment les mares, que l’encarregat d’obtenir aquesta grassa o sagí era l’home del sac o el saginer, una espècie d’home brut que carregava sempre al damunt un gran sac per ficar-hi els nens, especialment aquells que no eren obedients, a dins. Tot sovint s’identificava aquest amb els rodamóns, gitanos i altra gent marginal que corria per la zona, especialment si eren estranys.


Deien que l’home del sac corria pels carrers de Barcelona (com ho feia a tants i tants altres llocs!) buscant a nens per treure’ls el sagí. Uns deien que els atreia cantant una mena cançoneta encisadora (com un modern flautista d’Hamelín), fent jocs de mans o posant teatrets al carrer, atraient-los fins el seu sac, i portant-los llavors fins un paratge solitari i apartat, on amb un enorme ganivet els hi treia el sagí. Altres deien que un cop els tenia ben a prop i lluny de la vista de la gent, els torçava el coll, els ficava al sac i els duia a l’escorxador, on li pagaven un bon preu per aquells cossos infantils, que llavors eren esquarterats i se’ls treia la grassa, que era venuda a preus exorbitants a la companyia ferroviària. No deixa de ser paradoxal, però, que la majoria de vegades els saginers s’identifiquessin amb gent de baixa condició, pobrament vestits.

El fet és que totes aquestes contarelles van dur a les zones de la població per on passava el tren a sofrir una mena d’histerisme col·lectiu, produint-se protestes i manifestacions que culminaren en un violent disturbi, conegut com el Motí de les dones de la Barceloneta, les quals assaltaren l’estació de França amb la intenció de destruir les locomotores per tal d’evitar la desaparició dels seus fills.


Així, durant molt de temps, es prevenia als nens perquè mai s’allunyessin de casa ni anessin a jugar a camp obert, i sobretot no s’acostessin a cap desconegut. I això és així fins a dia d’avui, tot i que potser a la figura de l’home del sac se li ha canviat un xic l’aspecte i se li ha donat un altre nom: l’home dels caramels, el drogoaddicte, el pedòfil... L’home del sac és tot aquell de qui podem tenir por o sospitar, una figura que pot ser real o imaginaria, que s’amaga entre les ombres, que s’emporta a la canalla, sempre amb finalitats fosques i sinistres. Un monstre amb aspecte humà.

DOCUMENTACIÓ FOTOGRÀFICA EXTRA

A continuació deixo algunes fotografies que vàrem prendre de l’Estació de França en la nostra visita a la ciutat comtal que espero que us serveixin per poder-vos ambientar una mica més amb la llegenda que us hem explicat.






Podeu trobar més llegendes catalanes clicant aquí.

LA LLEGENDA DEL CASTELL DE CLARÀ - Sobre revoltes, tresors amagats, mines secretes, fantasmes, els mals usos i la venjança d’un poble

En aquesta ocasió viatgem fins el petit conjunt romànic format pel castell de Clarà i la capella de Sant Andreu de Clarà, al cim de la muntanya de Sant Andreu, dins del terme municipal de Moià, a la comarca del Moianès. Per arribar-hi, podem accedir des de diferents camins rurals de terra fins arribar a la Bassa de Coromines, on aparcarem el cotxe per continuar el camí a peu per un petit sender fins arribar a les runes del castell de Clarà, al peu del qual, uns metres més avall, veurem la capella de Sant Andreu. Em vingut fins aquí per admirar les vistes de la comarca del Moianès des d’aquest punt alhora que rememorem algunes llegendes d’aquest indret.

El castell de Clarà.

A continuació us explicarem la llegenda del castell de Clarà, que popularment es coneguda com la llegenda de la cabra d’or. Com podreu comprovar, no és només una sola llegenda, sinó tot un enfilall d’elles, on es barreja història amb fantasia, mite i realitat. Tenim revoltes a l’antiga Marca Hispànica, un fabulós tresor, un esperit damnat que ronda el castell de Clarà, l’existència d’una mina secreta, un noble malcarat disposat a exercir el dret a cuixa, i la terrible venjança d’un poble. No hi falta res!

UNA PETITA INTRODUCCIÓ HISTÒRICA

Era l’any 826 quan el noble Aissó -per alguns estudiosos un cabdill got, per altres un valí musulmà-, seguit de diverses guarnicions del comtat d’Osona,  inicià la seva revolta contra el comte franc Bernat de Septimània i el comte aragonès Asnar I Galí, que governaven Catalunya, considerats com uns usurpadors estrangers. Des de l’àrea vigatana controlada per Aissó es produïren diverses ràtzies i operacions de càstig contra les actuals comarques d’Osona, el Bages, el Moianès, el Berguedà i principalment el Vallès Occidental, arribant fins les rodalies de Barcelona i la comarca de la Cerdanya, arrasant els pobles poc fortificats que trobaven i destruint nombroses viles i granges que encara perduraven des de l’època romana, deixant pràcticament despoblades aquelles terres. Immediatament Guillemó, esgrimint els drets de sang que tenia al ser fill de l’antic comte de Barcelona, Berà I, es va unir a la revolta i aglutinà gots i hispans descontents amb l’ocupació franca, i altres barons de la Marca Hispànica i de la Septimània s’hi afegiren.

Bernat de Septimània va sol·licitar reforços a l’emperador franc, però aquesta petició no fou ben rebuda i tan sols es van trametre a la marca tres llegats: el ministre Elisachar, bisbe de Trèveris, i els comtes Hildebrand i Donat, els quals havien d’estudiar la situació per adoptar les disposicions necessàries, especialment pel que feia a la defensa del Rosselló.

Part posterior de la torre del castell de Clarà.

A inicis de l’any 827, els revoltats van rebre l’ajut militar de l’emir de Còrdova Abd al-Rahman II, qui els va enviar tropes musulmanes que arribaren a Saraqusta (l’actual Saragossa) el mes de maig liderades per Ubayd-Al·lah Abu-Marwan, comandant de la ràtzia de l’any 815. Juntament amb les tropes comtals de Guillemó i als contingents locals van emprendre els setges de Barcelona i de Girona. La poca paciència que van mostrar en l’intent de conquesta d’aquestes ciutats probablement significava que esperaven la complicitat dels seus habitants, però finalment aquesta no es va produir i ambdós setges fracassaren. La participació de tropes musulmanes en el conflicte indicava una certa confluència d’interessos entre la població local hispano-romana-gòtica-musulmana i l’emirat de Còrdova, el qual lògicament era contrari als propòsits expansionistes de l’imperi franc.

Finalment, commogut per la situació de la Marca Hispànica, l’emperador franc demanà al seu propi fill Pipí I d’Aquitània i als comtes Hug de Tours i Matfrid d’Orléans, partidaris del primer ministre Vala de Corbie, que reclutessin un exèrcit, però aquests ho feren lentament per tal d’afeblir el comte Bernat de Septimània, ja que aquest altre era partidari de l’emperadriu Judit de Baviera, oposada al primer ministre Vala de Corbie. El 27 de setembre les tropes comandades per Pipí i Oliba I de Carcassona es trobaven encara entre Tolosa i Carcassona, de manera que, finalment, Bernat de Septimània hagué de fer front ell sol als rebels amb l’únic suport del seu germà Gaucelm, i possiblement d’Asnar I Galí.

Abu Marwan i el seu exèrcit ja havien retornat a territori musulmà amb un gran botí, abans que l’exèrcit franc de socors entrés als territoris de Bernat. Finalment, la major part dels rebels, entre ells Guillemó, abandonaren el país durant el 827 en direcció a Saraqusta. Finalment, la revolta havia fracassat.

COMENÇA LA LLEGENDA...

Diuen que quan l’emperador franc va enviar en contra de les forces d’Aissó el seu gran exèrcit comandat pel governador franc del comtat de Barcelona, Bernat de Septimània, aquest va anar arraconant els revoltats que encara quedaven per les terres catalanes.

Novament, Aissó va demanar ajuda a l’emir de Còrdova, que li va enviar un gran tresor per ajudar a finançar la revolta: grans quantitats de monedes d’or i un fabulosa cabra d’or que conferia a qui la posseís una força sobrehumana i una virilitat fora de mesura; el tresor però, no va arribar a temps.

Era ja l’agost del 829, i les forces d’Aissó, derrotades i perseguides pels soldats de Bernat de Septimània, carregant el seu fabulós tresor varen arribar a Moià, amb el temps just per refugiar-se a les runes de la vella torre de Clarano (que en un futur es convertiria en el castell de Clarà), i allí varen enterrar aquelles exuberants riqueses que els havia fet arribar l’emir de Còrdova, per seguidament fugir.

Restes del castell de Clarà.

Però finalment Aissó i els seus guerrers van ser encalçats per les forces de l’exèrcit franc de Bernat de Septimània, novament derrotats, fets presoners, executats i per últim enterrats sota de l’antic dolmen de la Grossa. D’aquest dolmen avui en dia no queda cap rastre, ja que fou destruït quan van fer la carretera que portava de Manresa a Vic, però sembla ser que es trobava just a la vora de l’antiga casa coneguda com Hostal de la Grossa, vora l’actual carretera N-141c.

A partir de la mort del rebel Aissó, s’explica que de nit el seu esperit volta entre les parets del castell de Clarà protegint el tresor que allí va quedar amagat, canviant-lo de lloc cada vegada que algú s’hi acosta massa.

Però la llegenda no s’ha acabat pas...

MÉS DE CINC-CENTS ANYS DESPRÉS...

Han passat més de cinc-cents anys des de la mort d’Aissó a mans de les tropes de Bernat de Septimània, i la Marca Hispànica ja no existeix, tot i que el seu esperit continua rondant pel castell de Clarà. Aquestes terres ara pertanyen al rei Pere el Cerimoniós, sobirà de la Corona d’Aragó i comte de Barcelona

És l’any 1381, i el castell de Clarà roman abandonat.

Presentem ara una part dels personatges d’aquesta història. Els Planella eren una família d’origen moianès que durant els segles XIV i XV van assolir una gran fortuna i molta influència al costat dels comtes-reis. Al llarg del temps van tenir en propietat o arrendament diferents castells, com ara els de Tona, Castellcir, Granera, Rodors, Calders, Talamanca... Aquest mateix any 1381 aconseguiren la propietat del castell de Clarà i el domini feudal sobre Moià. En un antic molí que tenien, edificaren el gran casal gòtic de Castellnou de la Plana, que obtingué del rei el reconeixement de castell termenat.

Poc després, el mateix any, en Pere de Planella compra al rei tota la vila de Moià, arrodonint les considerables propietats que tenia aquesta família a tota la rodalia. Els habitants de Moià, valent-se d’antics privilegis reials, podien revocar aquesta venda i que fos considerada únicament com un empenyorament, però per fer-ho havien de reunir la suma dels 2.000 florins d’or necessaris per a recomprar la vila i obtingueren del rei el privilegi de ser considerats com a carrer de Barcelona, impedint així que la vila fos venuda o empenyorada mai més. Però per desgràcia, la vila no disposava de tants diners...

Ara els Planella són els amos de quasi bé totes les terres de Moià, i de retruc de tots els seus habitants. Pràcticament tothom s’ha de sotmetre a la seva voluntat; només uns pocs se’n salven.

Vistes des de la capella Sant Andreu de Clarà, amb Moià al fons.

La gent està inquieta. Els més vells comenten que només hi pot haver una explicació per la gran fortuna acumulada per en Pere de Planella, i que aquest hagi pogut comprar la vila: probablement aquest ha fet un pacte amb el Diable i gràcies a això ha pogut controlar l’esperit d’Aissó, que guarda el tresor al castell de Clarà. Per tant, té accés a totes les riqueses que allí hi han amagades.

Però no acaba aquí la cosa, no us ho penséssiu pas! La gent de la contrada comenta que de nit s’escolten sorolls estranys sota els camps de Moià. Les sospites apunten de nou cap en Pere de Planella. Tenint en el seu poder la fabulosa  cabra d’or que l’emir de Còrdova va entregar a Aissó, aquest ha estat imbuït d’una força sobrehumana, permetent-li construir una mina secreta que comunica el casal de Castellnou de la Plana amb el castell de Clarà, i així pot passar per sota terra sense ser vist, anant i venint d’un castell a l’altre per recollir, sempre que ho necessiti, parts del tresor amagat que, sota el seu domini, guarda l’esperit d’Aissó.

Però per molt poderós que fos, com a vassall del Rei, en Pere de Planella ha d’acompanyar-lo en els seus viatges i campanyes militars formant part de la Cort Reial i per això passa molt de temps lluny del seu castell. Queda llavors com a governador de Castellnou de la Plana el seu mig germà: en Guil·larà de Planella, un home malcarat, violent i envejós. És en absència de Pere de Planella, i estant ell com a governador, que succeeix la història que us explicarem a continuació...

Tot i que els Planella, com senyors feudals de Moià tenien poder pràcticament sobre tots els habitants de la contrada, que els devien vassallatge, uns pocs homes lliures quedaven exclosos d’aquest deure per una raó o una altra. Un d’aquests homes era Bernat de Prat Sobirà, un pagès que, quan Pere de Planella va comprar el terme va quedar lliure de vassallatge, ja que segles enrere el rei va recompensar els serveis d’un avantpassat seu concedint-li la plena possessió de les seves terres i de totes les que poguessin adquirir els seus descendents.

El cas és que en Bernat s’havia compromès amb matrimoni amb la Dolça de Casals, la donzella més bonica de la comarca, però per poder casar-se havien de complir un tràmit: com que els Casals estaven sota domini dels Planella, per poder contraure matrimoni necessitaven el permís del seu senyor.

Com que els Planella tenien per costum impartir justícia cada diumenge al matí, al sortir de missa, i escoltar i atendre les peticions, queixes i demandes dels seus súbdits, asseguts a la seva cadira envoltats dels seus guàrdies personals, el pare de la Dolça i els dos promesos varen anar a demanar la preceptiva llicència per contraure matrimoni aquell mateix dia, i en absència de Pere de Planelles, en Guil·larà era el senyor.

Aquest no posa cap inconvenient a la petició però, veient la bellesa i joventut de la Dolça de Casals, endut pel desig, la luxúria i l’enveja, es va acollir a la seva prerrogativa de  poder gaudir del dret a cuixa; una costum que consistia en el dret del senyor feudal de poder passar la primera nit de noces amb qualsevol noia de les famílies que estaven sota el seu domini. Aquesta era una prerrogativa que encara existia, tot i que ja feia temps que havia caigut en desús, ja que cap noble el feia servir pels problemes i les revoltes que comportava el greuge que això representava per a les famílies. Tant el pare de la Dolça com el seu promès s’hi varen oposar, però en Guil·larà, dominat pels seus instints més primitius, es va mantenir ferm.

Malgrat tot, veient que els ànims s’encenien, no només de per part de les dues cases que s’havien d’unir mitjançant aquell matrimoni, sinó de tots els seus altres vassalls, va oferir al promès de la noia una possibilitat per renunciar a aquell dret: si en Bernat anava fins el castell de Clarà i trobava i li lliurava la llegendària cabra d’or que allí estava amagada, ell renunciaria a posseir la noia. Mentrestant, però, la Dolça seria feta presonera a Castellnou i només seria alliberada quan en Bernat li entregués la cabra d’or, ja que, en secret, Guil·larà sospitava que el seu germanastre havia trobat el tresor d’Aissó i ell volia també gaudir de les propietats màgiques que conferia la cabra al seu possessor, especialment el do de la virilitat, ja que la natura l’havia dotat d’un membre més aviat escarransit.

Restes del castell.

En Bernat, ajudat pels seus germans i tots els mossos de casa seva varen dirigir-se a les runes de Clarà a la recerca de la cabra d’or. No sabien ben bé què buscaven però varen resseguir les runes i varen remoure totes les pedres fins que finalment varen trobar, dissimulada a sota uns esbarzers, l’entrada de la mina. Allà, en un soterrani fosc i humit, a sobre d’una roca hi havia la cabra d’or. Tot encomanant-se a Déu en Bernat va abalançar-se sobre la roca i en el moment de tocar l’estàtua es va sentir posseït d’un gran força, i, mercès a aquesta força, d’un sol salt va poder sortir del soterrani amb la cabra d’or entre mans i just abans que l’esperit d’Aissó fes rodolar una gran roca per tancar l’entrada al soterrani i l’ensorrés, colgant per sempre el que restava del tresor, que les veus diuen que encara resta allí amagat.

El diumenge següent, a la plaça, davant de tot el poble, en Bernat va lliurar la cabra d’or a en Guil·larà de Planella però aquest no va complir la seva paraula. Protegit pels seus mercenaris va marxar cap a Castellnou dient a en Bernat que no es preocupés, que ja li tornaria la noia una vegada hagués provat amb ella les virtuts miraculoses de la cabra d’or.

En Bernat, davant el que li havia fet en Guil·larà de Planella, va jurar venjança. Aviat l’odi es va estendre entre tota la gent del poble fins al punt que el senyor de Planella només podia entrar a la vila d’amagat i fortament protegit pels seus mercenaris.

Els Planella, des de molt antic havien tingut una casa a la plaça de Moià que feia cantonada amb un carreró petit i estret anomenat el “carreró de la cansalada” que anava a desembocar a uns metres del portal de la muralla. En Guil·larà de Planella, per anar a aquesta casa sense ser vist, entrava sempre per aquest carreró, passant per darrere de les cases i entrava directament amb el cavall. Això hi havia qui ho sabia i aprofitant aquest fet es va planejar la venjança.

Un diumenge de bon matí en Guil·larà va sortir de Castellnou de la Plana amb els seus mercenaris i, mentre aquests entraven pel portal de la muralla, ell va dirigir-se, com feia sempre, cap al carreró de la cansalada, va obrir la portella i va entrar amb el cavall carrer enllà. Els qui l’esperaven varen tancar la portella al seu darrere mentre un munt de gent armada capitanejada per en Bernat de Prat Sobirà entrava al carreró pel cantó de la plaça emprenent-la a cops de roc amb el traïdor fins que va caure mort del cavall. Li varen tallar el coll i varen penjar-ne el cap en una de les teieres de la plaça.

Acte seguit es van dirigir cap a casa d’aquell dèspota, i allí varen trobar la cabra d’or, i per evitar que la possessió d’aquell objecte portés més desgràcies la varen fondre i de l’or que en va sortir se’n varen fer dos mil monedes, que era el preu que havien de pagar el moianesos al rei per poder tornar a ser una vila lliure i no haver de dependre mai més dels Planella.

Restes del castell.

Una vegada aconseguit el privilegi de carreratge, els moianesos obtingueren els mateixos drets que els ciutadans de Barcelona i gaudiren de la protecció del Consell de Cent barceloní. El 30 de maig de 1385, Ramon Valls, conseller de Barcelona, va rebre l’homenatge dels moianesos i en senyal d’unió amb Barcelona va clavar a cada un dels portals de la vila l’escut de Barcelona. Des d’aquella data Moià utilitza aquest escut, amb una petita variació: al mig hi porta representat un croat d’argent, anomenat també dineret. La inclusió d’aquesta moneda a l’escut simbolitza i recorda que foren els moianesos qui, amb els seus propis diners, compraren la seva llibertat del jou feudal.

ALLÒ QUE QUEDA...

Hi ha qui diu que, de les tres mil monedes d’or per pagar la llibertat de la vila Moià, en varen sobrar sis i que avui en dia, després de gairebé set-cents anys encara n’hi ha alguna de guardada per aquest poble. Aquestes monedes conserven encara una mica del poder màgic de la cabra d’or i potser mirant l’entrecuix dels nois de Moià sabreu qui en guarda alguna...

DOCUMENTACIÓ FOTOGRÀFICA EXTRA

A continuació deixo algunes fotografies que vàrem prendre del castell de Clarà, la capella de Sant Andreu de Clarà i la Bassa de Coromines que espero que us serveixin per poder-vos ambientar una mica més amb la llegenda que us hem explicat.

Bassa de Coromines.

Capgrossos a la Bassa de Coromines.

Interior de la torre del castell.

Interior de la torre del castell.

Part posterior de la torre.

Finestra de la torre.

Restes del castell.

Restes del castell.

Sant Andreu de Clarà, vista anterior.

Sant Andreu de Clarà, vista posterior.

Interior de la capella de Sant Andreu de Clarà.

Vistes des de la capella de Sant Andreu de Clarà.

Podeu trobar més llegendes catalanes clicant aquí.