Bueno quizás algunos me conozcáis, o quizás no, pero si me conocéis ya sabréis que me gusta hablar o escribir sobre cualquier tema. He escrito sobre el amor, he dedicado algún homenaje a un buen amigo, he explicado algunos cuentos o leyendas o, simplemente, me he dedicado ha rellenar algún cuestionario o test de poca credibilidad que me resultaba curioso, ya que era un modo de darse a conocer entre los amigos... Me gusta escribir sobre cosas que me gustan, me preocupan, me dan que pensar o me llaman la atención... Y hoy quiero hablar de un tema que considero muy especial porque se habla poco de ello: ¡LAS CACAS!
Porque no deja de ser curioso que algo que está en boca de todos en el lenguaje popular de cada día (especialmente si las cosas nos salen mal), y que, como acción, realizamos de la forma más natural y habitual, a no ser que vayamos restreñidos, tenga tan pocos escritos. Hablo, como no, del cagar y de lo que esta acción produce: una mierda. Eso sin recordar el hecho de que cuando uno acaba con esta acción (cagar) suele sentir un enorme alivio o placer, más decansado, relajado y menos pesado. Porque cómo dice Daniel el Higiénico (y la Quartet de Baño Band) en una de sus canciones, "Hay quién ve fantasmas donde nunca habrán, una mierda es una mierda, aquí y en Madagascar". O sea que llamemos las cosas por su nombre, y hablemos de ello.
Yo no sé que pasa, que parece que en nuestra sociedad, aunque no sea un tema tabú, sólo se habla de las cacas cuando uno hace referencia a los excrementos de los perros en las aceras, al daño que hacen las cagaradas de las palomas sobre las piedras de los edificios históricos, sobre los pañales y las caquitas de los bebés, o de mandar a la mierda a alguien, o de que este país se va a la mierda. ¡Y no, señores, no!... éste tema es más complejo...
¡Complejo, sí! Admiremos las lineas de los inodoros actuales, un sitio de agradable confort, donde pasar nuestras horas de agradable lectura, de profunda meditación o, simplemente, de liberación de un peso que nos oprime (literalmente). ¡Cuando uno piensa en lo mal que puede llegar a pasarlo cuando no encuentra unos de estos objetos! ¡O cuando lo encuentra en la peor de las condiciones! Y es que no es lo mismo cagar en la intimidad de la propia casa que en el inodoro de un bar, o en medio de un campo... ¡Y no digamos ya el papel higiénico! No se puede comparar la suavidad de su textura con la aspereza de una hoja de periódico o el hecho de pasarse una piedra, un puñado de hojas o un manojo de hierbas por el culo, en el caso de una imprevista cagarada campestre...
Y es que si pensamos en ello, la ciencia evoluciona una barbaridad. Buscando por internet he encontrado la siguiente información sobre la invención del primer retrete con depósito incorporado: "John Harrington, ahijado de la reina Isabel I de Inglaterra, inventó en 1596 un retrete con depósito de agua corriente incorporado, que soltaba agua quitando un tapón. Pero lo tomaron a broma y cayó pronto en desuso, pues fueron múltiples las objeciones que se le pusieron, entre las que cabe citar que, debido a las fugas, podría ser el causante de una grave sequía si se generalizaba su uso. Tuvieron que pasar tres siglos para que, en 1884, el hojalatero inglés Thomas Crapper inventara el WC (iniciales de water closet, "armario de agua" en inglés) que resultaba más práctico al evitar el despilfarro de agua. Este nuevo WC incorporaba un tubo en zigzag que retenía agua evitando así el problema de los malos olores. Este modelo, con algunas mejoras, es el que se usa en la actualidad."
A continuación el texto continúa detallándonos los pormenores de la aparición del papel higiénico: "En cuanto al papel, fue el neoyorquino Joseph C. Gayetty quién lanzó al mercado lo que él denominó Papel Medicado Gayetty, un papel higiénico que consistía en hojas de papel manila sin blanquear, marcadas al agua con el apellido del inventor. Pero el éxito comercial no acompañó tal iniciativa. En 1879, el inglés Walter Alcock lo intentó de nuevo, pero él lo hizo con rollos de hojas para arrancar, separadas por líneas de perforación, en un diseño prácticamente idéntico al actual. Pero el puritanismo inglés de la época impidió su triunfo comercial. Gracias a una agresiva y eficaz campaña publicitaria, los hermanos estadounidenses Edward y Clarence Scott consiguieron el éxito comercial con este producto y su uso se generalizó."
En fin, caga el pobre y caga el rico, caga el actor y caga el político, cago yo y caga el vecino, esté en nuestro país o en el quinto pino...
Porque, a ver, ¿cuantos sinónimos conocemos para la palabra caca? Mierda, boñiga, excremento, truño, cagada, deposición, mojón, bollo, hez, zurullo, popó, cagarro, bosta, defecación... y sin duda, si nos paráramos a pensar, irían surgiendo muchos más.
Y no digamos de todas esas expresiones que se utilizan en nuestro lenguaje cotidiano y popular:
- "¡Pillar una buena mierda!": Pillar una borrachera.
- "Fumar mierda": Fumarse un porro hecho con costo o chocolate.
- "Ser un mierda": Dícese de aquella persona que no vale nada.
- "¡Y una mierda!": Enviar al carajo a alguien o a una opinión suya.
- "Mucha mierda": Desear buena suerte (Aunque esta expresión nunca la he acabado de entender. En su origen viene por eso que dicen que pisar mierda trae buena suerte. Pero no dudo que quién dice eso es que nunca ha tenido que limpiar luego sus zapatos.)
- "¡Me cago en todo!" (pronúnciese "¡Mecagontó!)": Cuando alguien lo envía todo a parir.
- "Estar hecho mierda": Cuando uno considera que no vale para nada, ya sea físicamente, o mentalmente.
- "¡Mierda!" Expresión muy corriente que equivale a "¡Joder!" o alguna cosa similar...
- "¡Me cago en la puta! (pronúnciese "¡Mecagonlaputa!)": Interjección blasfema y universal para quejarse cuando las cosas no van bien.
- "Estar de mierda hasta el cuello" Cuando un tiene tantos problemas, que no sabe como va a salir de ellos.
- "¡Vete a cagar!": Enviar a alguien a la mierda.
- "¡Escupe toda la mierda!": Decirle a alguien que saque con palabras todo el veneno o malos sentimientos que lleva dentro.
- "Comer mierda": Comer algo realmente desagradable o de sabor asqueroso.
GUÍA DE CAMPO Y CIUDAD DE LAS CACAS HUMANAS
Hace tiempo me enviaron por correo sobre tipo de caquitas. La verdad es que me descojoné, porque estaba escrito con gracia y bastante coña, pero no dejaba de ser cierto que cada una de ellas era real. Todos hemos hecho, más o menos, una de cada tipo. ¡Y si no leed, leed! A lo que me enviaron he añadido unas pocas de mi propia cosecha.
- Caca fantasma: Cuando uno siente que se está cagando, pero cuando se sienta en el inodoro, o se pone en cuclillas... ¡no sale nada!
- Caca fantasma 2: Es aquella que al voltear al interior del inodoro para observar con orgullo la obra, ¡ha desaprecido!
- Caca perfecta: Es cuando uno caga, se limpia y ve que el papel higiénico está tan completamente limpio, que uno ya lo tiene listo para sonarse la nariz.
- Caca húmeda: Cuando uno, no importando que se haya limpiado el culo 50 veces, sigue sintiendo el culo húmedo. Es entonces cuando uno decide ponerse un poco de papel higiénico entre la cola y la ropa interior y sale del baño disimulando la incomodidad.
- Caca encoré: Cuando ya habiendo cagado, te estás levantando los pantalones y a medio camino, apenas por las rodillas, sientes que todavía queda más por cagar.
- Caca Hulk: Es aquella en la que el simple hecho de ir a cagar se convierte en un esfuerzo tan desmesurado que infla las venas de tu cuello y toda la sangre sube a tu cabeza y, apretando puños y dientes, terminas exhausto de tanto esfuerzo.
- Caca tipo isla Ésta ocurre cuando la cagada es de tales proporciones épicas, que la mierda supera la línea del agua del inodoro, formando una pequeña montaña de tierra seca. Suele requerir dos pulsadas de botón para que se vaya completamente por el caño.
- Caca explosiva: Ésta va acompañada de ruidosos gases y suele ser escuchada por todos los habitantes de la vivienda. Bastante comprometedora, la verdad.
- Caca alcohólica: Muy común después de una noche de beber y beber. Se caracteriza por los pincelazos que deja a su paso por las paredes interiores del inodoro. Es de color negro, excesivamente olorosa y tiene una consistencia poco sólida.
- Caca quiero pero no puedo: Cuando uno siente que se está cagando y se sienta en el inodoro, pero al cabo de unos minutos sin poder cagar, decide regresar más tarde. A veces esto sucede repetidas veces, hasta que por fin logra soltar el zurullo, o simplemente se olvida de que quiere cagar.
- Caca parto difícil: Ésa que duele tanto al salir, que uno piensa si el bollo no le estará saliendo atravesado.
- Caca splash!: Es la que viene tan rápido y tan pesada, que al caer en el agua, nos salpica las nalgas y el culo, haciéndonos encabronar.
- Caca exorcista: Ésa en la que la mierda sale medio verde y amarilla, y de unos tonos tan sospechosos, que uno se pregunta si su estómago o su culo no estarán poseídos por el mismísimo demonio.
- Caca alta sociedad: Es aquel tipo de caca que no tiene olor.
- Caca espía: Dícese de aquélla que después de haber jalado la cadena, regresa sorpresivamente.
- Caca de exhibición: La clase de cagada tan monstruosa, que es difícil creer que haya sido producida por un ser humano. El creador suele dejar su obra en el inodoro para que todos la aprecien y evita arrojar el papel higiénico para no obstruir la visión de su obra.
- Caca desintegrable: Es la que sale en una forma bastante sólida, pero cuando uno aprieta el botón parece explotar en miles de pequeños pedazos.
- Caca rajita de canela: Es aquélla que queda marcada en la ropa interior (también conocida como derrapón o crayolazo).
- Caca Drácula: Es aquella que deja un rastro de sangre en el papel higiénico.
- Caca estalactita: Es ésa que parece venir en una sola tira y que, por más que uno intente fruncir el ano, no se corta. Suele colgar unos instantes hasta que uno comienza a agitar las caderas o abrir y cerrar sus nalgas con las manos.
- Caca sorpresita: Es ese tipo de cagada que uno piensa que puede aguantar, por lo que entonces uno decide no ir al baño. Pero... ¿adivinas qué?... ¡Entonces, te cagas!
- Caca Santa Claus: Es esa caca tan voluminosa que uno se pregunta como hará para pasar por el caño cuando se apriete el botón. Y que sin embargo, lo hace a la primera.
- Caca Titanic: Ésa que queda flotando y parece ser insumergible por lo imponente.
- Caca arcoiris: Es el tipo de cagada que tiene por lo menos siete colores distintos.
- Caca orgullosa: Cuando uno lucha tanto para conseguir que el bollo salga, que una vez que logra sacarlo, lo primero que hace al salir del baño es contárselo a algún amigo, familiar o conocido.
- Caca dietética: Es ésa en que se caga tanto que se pierden como tres kilos. A menudo, después de tan descomunal cagada, la gente suele comprobar su peso si tienen una balanza en el baño.
- Caca ritual: Es la que ocurre a la misma hora, día tras día. Genera extrañas costumbres como "No pudo dormir si no cago a las 22:30" o "Necesito encontrar el periódico porque a las 21:00 h tengo que ir al inodoro".
- Caca gruñona: Es la clase de cagada que viene tan dura o de tal tamaño que no sale sin la asistencia de un fuerte y gutural ruido vocal. Y uno, en el mejor de los casos. A veces hace falta sostener varios gemidos y gruñidos hasta alcanzar el clímax de soltar todo el zurullo.
- Caca mosca: Es esa que queda prendida de las paredes del inodoro y el agua no consigue despegar. Suele retirarse con un trozo más pequeño de papel bien doblado.
- Caca anónima: Es la que suele aparecer misteriosamente en el inodoro de una casa y nadie se adjudica su autoría.
- Caca suicida: Ese bollo que se va o intenta irse solo por el caño aún antes de apretar el botón.
- Caca mariachi: Es esa que uno cree que es un pedo pero al dejarlo ir suavemente nos damos cuenta de que viene seguido del acompañamiento de una singular cagada.
- Caca ¿Y ahora, qué?: Sucede cuando uno, después de cagar, observa, sorprendido, que no hay papel. Suelen sacrificarse entonces, las hojas del primer periódico o revista que se tenga a mano, una media o un calcetín, e incluso el tubo de cartón del rollo de papel vacío, finamente despegado capa por capa y enrollado y desenrollado varias veces para darle suavidad y textura al material resultante.
- Caca puzzle: Es esa mierda en que, cuando uno ve su aspecto y los pequeños tropezones de que está formada, puede deducir parte de lo que ha comido, pieza por pieza.
- Caca chorro de grifo: Es esa horrible cagarada líquida que sale como si de un grifo a presión se tratase y que mancha toda la taza por encima de la salida del agua, la parte inferior de la tapadera sobre la que nos sentamos y el propio culo. Si uno está muy enfermo cuando la hace, no se preocupa demasiado, pero si está sano coge un enorme cabreo al tener que limpiar todo el inodoro a base de coger un montón de papel higiénico, y de tener que asegurarse de que las nalgas de su culo están limpias.
- Caca de cabra o conejera: Es cuando en vez de sacar una pieza más o menos homogénea, o partida en unos pocos trozos, lo que salen son un cúmulo de pequeñas bolitas compactas y casi esféricas. A veces vienen pegadas unas a otras, y a veces salen una a una.
- Caca napalm: Es esa que nos viene cuando se ha abusado de tal modo de comida o salsas picantes, que en cuanto caga tiene la sensación de que el culo le arde. A veces es tan terrible el ardor que uno teme el momento en que el ojete se le vuelva a estrechar, puesto que entonces el ardor es más intenso. Si hay un bidet a mano, el recurso más habitual es intentar remojarse el culo una vez se ha limpiado, para poder refrescárselo con agua fresquita. En algunos casos extremos, uno desearía poder beber agua por el ano (como el proverbial Camilo José Cela presumía ser capaz de hacer) con tal de poder aliviar el escozor picante que recorre todo su recto.
Jajajajajaja muy bueno
ResponderEliminar