¿Quién lo iba a decir? Cuando creé MUNDOS PROPIOS lo hice más con ánimo de exteriorizar parte de lo que escribía, de mis sentimientos y emociones reflejados en las letras, que no otra cosa; pronto lo usé, también, para escribir sobre mis aficiones, mis sueños y fantasías. Por aquí he mostrado parte de mis penas y alegrías, parte de lo que soy y lo que me gustaría ser, parte de mi vida y parte de lo que guardo en mi interior, parte de mis éxitos y derrotas. Nunca he tenido miedo de mostrar quién soy, ni de que el mundo vea que no soy perfecto. Me basta con saber quién soy.
Jamás, hasta el momento en que me decidí a hacerlo, se me había pasado por la cabeza la idea de crear un blog, pero ante la política algo agresiva de Facebook de querer apropiarse y ser dueño y señor de toda foto, imagen o texto publicados en su red social, decidí que lo mejor era empezar a emigrar parte de lo que había publicado allí hasta el momento en forma de notas. Eso fue lo que me hizo tomar esa decisión y crear lo que algunas personas ya me habían sugerido antes, un blog donde meter todo lo que hasta ese momento había publicado por allí, a pesar que dos años y pico después, mucho me temo que aún me queda mucha cosa pendiente de trasladar aún de allí a aquí. Tampoco me obsesiono con ello.
Hasta el momento no he hecho ningún llamamiento para que la gente se una a este grupo, y quién lo ha unido a él lo ha hecho por iniciativa propia, y eso me llena de orgullo. Que 100 personas se hayan decidido a unirse a este grupo no como seguidores, sino como soñadores, por propia voluntad, me honra y quiero darles las gracias por ello. Intuyo que son personas que viven también para esos sueños que son propios de cada uno, y que éstos son parte de esa fuerza que les impide rendirse ante un mundo creado por los hombres que a veces amenaza con devorarnos. Y hablo de hombres y soñadores, porque quiero distinguir claramente el espíritu libre que guardamos en nuestro interior del ser al que la sociedad humana, a través de diversos mecanismos, ha tratado de convertirnos. Aspiramos a ser mucho más de lo somos, a mucho más de lo que nos han dicho que debemos ser, y para nosotros no hay más leyes que la libertad de uno mismo, que guardamos en nuestro corazón.
Sé que a algunos de estos soñadores los he conocido en persona. A algunos ya los conocía de mucho antes de la existencia de este pequeño mundo virtual donde exteriorizo mi mundo, y a otros he tenido la oportunidad de conocerlos después. Sé que a muchos otros no los conoceré jamás, pero a todos ellos, y a toda esa gente que me ha escrito en alguna ocasión en motivo de todo esto, dándome su apoyo, incitándome a escribir más, o bien añadiendo alguna aportación, quiero daros las gracias.
Me he resistido dar cabida aquí a la publicidad, aunque se me ha ofrecido esa posibilidad y la posibilidad de ganar con ello algún dinero. No me importaría ganar un dinero extra, ni me vendría nada mal, ¿por qué nos vamos a engañar?. El dinero nunca viene mal. Pero no quiero ganar dinero a costa de venderme para los demás, si con ello estropeo parte de lo que yo hago, de lo que soy o promuevo algo en lo que no creo. Tampoco quiero que un anuncio afee el diseño de una página pensada para poder ser leída usando unos colores, tonos y distribución adecuados, o complicar el acceso a su lectura en base de anuncios emergentes o de colores chillones que no harían otra cosa que entorpecer la concentración. Encuentro que es lícito tomar la opción de meter publicidad en un blog, no lo critico, pero mi opción final fue no incluirla, al menos hasta el momento, para que todo lo que publico fluya con más naturalidad, sin las interrupciones innecesarias de la publicidad, ya sea literal o estéticamente hablando. No, de momento continuaré dejando aparcado de lado ese tema. De todos modos creo que sí se me ha ofrecido ya una cuantas veces la posibilidad de meter publicidad en mis páginas es que quién lo ha hecho ha visto algo especial en ellas, y por eso mismo también agradezco el hecho de que se me haya planteado esa oportunidad.
Tema aparte, y ya que hablo de publicidad, aunque pocas veces lo hago, no me importa dar publicidad a través de escritos o artículos propios, a ciertos temas con los que sí promulgo o con los que me siento identificado o me preocupan. No me importa dar cabida, en mi blog, ni publicidad a través de éstos, a iniciativas o eventos que pueda considerar interesantes o interesante compartir. En ese sentido, no me sentiré jamás molesto porque alguien me pida ayuda en ese sentido, siempre que esa persona (o grupo de personas) acepte que estoy en mi derecho de acceder o no a esa petición, y no se sienta molesto en el caso de que me niegue a ello. No os cortéis a la hora de pedirme contribuir, a través de este blog, a promocionar algún evento cultural o contracultural de cualquier tipo, o cualquier otra cosa semejante, pues si está en mi mano lo haré, pero si me hacéis esa petición, hacedla siempre teniendo en mente que puedo aceptar o negarme a ella por mis propios motivos y aceptad esa decisión sin ofenderos en caso de una negativa.
Lo dicho, hago esto porque quiero. Con este blog no quiero alimentar mi ego, ni pretendo que nadie me lea si no quiere hacerlo; es sólo un pequeño espacio que a veces reservo para mí, sin preocuparme demasiado de si otros me leen o no, o un espacio que a veces quiero compartir con el mundo. No niego que a veces no puedo hacer otra cosa que sentir cierto orgullo cuando, en el mundo real, alguien se dirige a mí para felicitarme por el trabajo que he dedicado y dedico a estos MUNDOS PROPIOS, y me dice que me lee y me explica sus motivos o lo que le gusta o no le gusta de todo ello. ¡Sí, sí, también puedo escuchar críticas! ¡Jajajajaja! Y me encanta poder compartir unas palabras con alguien que sabe de mí gracias a ello. No soy una persona excepcionalmente sociable, lo sé, pero se puede hablar perfectamente conmigo; no soy huraño ni muerdo. Y sí, aunque lo evito, a veces no puedo evitar que mi ego se sienta algo orgulloso por el trabajo realizado.
No, este lugar no es perfecto, pero trata de ser un sitio donde los soñadores puedan relajarse o descubrir mundos nuevos, o ver que, como ellos, existe otra gente y no están solos.
Para vosotros, soñadores, va este escrito.
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