A mi reina bárbara, mi heroína, ¡mi loba!
Hoy me siento frente a este teclado y he de escribir sobre este tiempo que llevamos juntos desde que te conocí. Hoy hace ya tres años y medio y un día desde aquel día que quedamos delante de la oficina de Correos de Girona y te vi por primera vez en persona. Aún recuerdo los nervios y la ilusión que sentía… ¡Sí, aquel día te conocí y desde entonces has hecho que cada día desde que estamos juntos haya valido la pena despertar a tu lado!
Creo que te conocí en un buen momento. Estaba solo, soltero y en una situación en la que me sentía feliz. Quizás no totalmente feliz, pero sí mucho más feliz de lo que había estado en mucho tiempo. ¡Y te hablo de años! Sea como sea, me pillaste en una época en la que había decidido vivir mi vida haciendo aquello que me gustaba, sin planes, sin normas, presiones ni compromisos… Puede ser que tuviese mis momentos de nostalgia, momentos en los que desease tener una persona a mi lado con la que compartir mi vida, pero me sentía totalmente libre y no tenía prisa alguna por elegir a una compañera. No sabía muy bien lo que quería, pero sí tenía muy claro lo que no quería y lo que no me convenía.
Y aquel día, saliendo del trabajo algo nervioso, como ya te he dicho, te conocí.
Recuerdo aquel momento tomando un refresco en un bar, charlando, pero sobretodo rememoro aquel largo paseo que dimos juntos. Las horas fueron pasando amablemente.
Recuerdo nuestra despedida en la estación, mis sentimientos a flor de piel. ¿Volvería a verte otra vez?
¿Enamorado? No, aún quedaban días para eso, pero sí me sentí alegre, exultante, un poco más feliz de lo que ya me sentía antes de conocerte en persona.
No voy a dar aquí más detalles. Aún tenía que conocerte, pero aquel hecho que tanto me había atraído de ti antes de conocerte, tu gusto por los pequeños detalles y las pequeñas cosas ya habían atraído mi atención.
Hace tres años y medio y un día que te conocí, y desde entonces no me he arrepentido ni un solo día de ninguno de los momentos que hemos compartido. De como llegué a amarte… ¡Bueno, quizás un día te escriba sobre ello!
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