Fecha: 12 de septiembre de 2014. Lugar: En algún lugar de la comarca del Gironès, provincia de Girona, Cataluña, España.
Total fotografías tomadas: 127. Total fotografías publicadas: 102.
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Nunca he sido un amante del fútbol, eso no es un secreto. Ni amante de nada que mueva a las masas, a decir verdad, excepto una causa justa, quizás. Pero todos sabemos que las causas justas pocas veces mueven a las masas, ¿no? Pues eso, nunca he sido un amante de las masas, ni del fútbol.
Y sin embargo, que bien se siente uno en la decadencia de este lugar invadido por la maleza, cual si se tratase de un mundo post-apocalíptico donde los campos de fútbol han quedado vacíos porque las masas han desaparecido, su sonido silenciado por canto de la naturaleza que ha invadido el lugar. En definitiva, uno podría creerse que se halla en un mundo sin seres humanos o en todo caso, en un mudo donde los escasos supervivientes están más ocupados en sus vidas que no en perseguir las sombras de unos pocos hombres disputándose un balón.
Yo conocí este campo de fútbol en mejores tiempos, cuando trabajaba de educador social y traía aquí a algunos de mis chavales a entrenar. De hecho, unos años antes trabajé en el mismo edificio que se halla enfrente de estas viejas y deterioradas instalaciones deportivas. Efectivamente, tuvo mejores épocas.
Ahora, permanece olvidado mientras la maleza empieza a invadir su interior. Olvidado, puesto que nuevas instalaciones han sustituido a éstas, que ahora ya son algo obsoleto. Ya no son un campo de fútbol, sino un campo donde merodean los conejos, los gatos y las aves.
La naturaleza reclama lo suyo.
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