viernes, 19 de septiembre de 2014

URBEX: LA FÁBRICA DE LOS ESPÍRITUS SEDIENTOS

Texto y fotografías: Joan Ramon Santasusana Gallardo.
Fecha: 18 de septiembre de 2014. Lugar: En algún lugar de la comarca del Gironès, Cataluña, España.
Total fotografías tomadas: 84. Total fotografías publicadas: 62.
Si quieres saber qué es el urbex: Urbex: exploración urbana.
Si quieres ver otros archivos urbex: Archivos urbex.


Algunas ruinas parecen tener muy poco que ofrecernos, pero por poco que uno busque, siempre hallará algo que fotografiar: un graffiti, una lata, un neumático, un viejo zapato olvidado, una planta germinando entre la basura, los líquenes o musgos floreciendo entre las gritas o los tejados y el moho criando en la pared... La exploración urbana no es sólo fotografiar, ni explorar siquiera, sino un vuelo a la imaginación y a la aventura, una búsqueda del pasado olvidado y una fantasía de un futuro donde la naturaleza ha recuperado lo que es suyo, enterrando poco a poco el recuerdo de la obra del hombre, que va quedando en el olvido bajo el peso de los elementos.


Durante muchos años pasé delante de la fábrica que ocupa este pequeño reportaje, y reconozco que jamás detuve mi coche para explorarla, Hacía tiempo que hacía este tipo de visitas espontáneas a lugares abandonados, mucho antes de descubrir el mundo de la exploración urbana y su filosofía, pero jamás este viejo edificio me llamó demasiado la atención. Así, vi como se iba deteriorando cada vez más y más, año tras año, sin molestarme siquiera a parar un día el coche y explorar su interior.


¿Qué me llevó pues, después de tantos años, a investigar este lugar? No lo sé. Quizás fue el pensamiento de que este edificio, visto su estado, pronto desaparecería. Quizás fue el aburrimiento, o una curiosidad que tardó en aflorar. Quizás, simplemente, el impulso de salir a tomar el aire, pasear, y aprovechar el momento para hacer unas pocas fotografías. Sea como fuere, finalmente me decidí a visitar este lugar.


Debo confesar que no esperaba encontrar demasiado: cuatro paredes prácticamente caídas y ya está. Quizás por eso me sorprendió un poco lo que encontré allí, que no fue demasiado, lo confieso, pero sí mucho más de lo que esperaba. Lo suficiente para poder hacer un pequeño artículo fotográfico, que ya era mucho más de lo que esperaba, ya que a menudo visito lugares de los que apenas puedo echar unas pocas fotos que no dan ni para un artículo.


Decidí bautizar este sitio como la fábrica de los espíritus sedientos por varios motivos. El primero de ellos fue porque en el interior de sus ruinas descubrí una gran cantidad de botellas de agua amontonadas, semienterradas, olvidadas allí. El otro, porque los graffitis del lugar, y los viejos pósters descoloridos donde aún se veían una multitud de superhéroes, me recordaron a los viejos espíritus del recuerdo…


El nombre del lugar dejaba claro cual fue el negocio de esta vieja empresa, pero nada nos impide soñar.

























































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