Visitando la localidad de San Miniato (en la región de Toscana, Italia), nos tropezamos de pura casualidad con la segunda edición de la feria medieval “Maravigliosa Francigena” que se celebraba precisamente ese día, domingo 18 de septiembre de 2016. Era una feria pequeña, sencilla, sin demasiadas pretensiones, pero en la que se notaba el cariño que habían puesto todos sus participantes, por lo que la disfrutamos a gusto.
En la Edad Media, la población de San Miniato se encontraba en la Vía Francígena, una de las principales rutas de peregrinación y de paso que conectaba el norte de Europa con Roma, por lo que esta localidad estaba constantemente expuesta al tráfico de comerciantes, peregrinos, ejércitos –algunos amistosos y otros hostiles- y todo tipo de viajeros.
Con esto, no es de extrañar que esta ciudad tenga un importante bagaje cultural e histórico a sus espaldas, ideal para realizar una feria medieval de este tipo, que no sólo se basa en la historia, sino también en las leyendas, destacando entre ellas la leyenda de Pía de’ Tolomei, que quizás explique en otra ocasión.
Para ser sinceros, era una feria sencilla, no demasiado grande, y su fuerza reposaba más en sus exposiciones de esculturas, cetrería, armas y de vestidos, que no en sus puestos y tenderetes de artesanía y alimentación, típicos de la mayoría de ferias medievales que solemos visitar. ¡Eso sí!, disfrutamos de un buen par de jugosos bocadillos con carne de cochinillo que fueron una delicia para el paladar.
El lugar donde se celebraba la feria era ideal para la misma; aunque no se puede hablar de villa medieval propiamente dicha, las edificaciones del lugar eran sin duda viejas, recordándonos quizás más al Renacimiento, con sus iglesias, torres y palacios, junto a calles adoquinadas, angostas y estrechas en los que solían verse grabados escudos y blasones, y en los que uno iba hallando las estatuas y esculturas de diferentes santos o bien monstruos de hierro forjado, invitando a situarte y ambientarte en la feria.
Poco más nos queda por decir, la nuestra, a pesar de que amamos las ferias medievales, fue una visita rápida, pues aún teníamos que visitar otros lugares a lo largo de ese día, pero, en todo caso, aquí dejamos unas cuantas fotos para ilustrar algunas de las cosas que allí vimos.
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