Disquisiciones personales sobre llevar el cabello largo o corto...
Recientemente, hará unas dos semanas, me corté el pelo... ¡Me dolió! No físicamente, claro, pero me dolió... Después de varios años llevando melena, volví al cabello corto. Corto para mí, me refiero, porque algunas personas aún consideran que llevo el pelo largo, pero bueno, eso es otra cuestión. El caso es que, desde mi punto de vista, llevo el pelo corto. Bueno... ¿Cabello largo o corto, corto o largo? Personalmente prefiero el cabello largo, me siento mejor. ¿Más guapo? No, más guapo no, pero más cómodo, más yo; no hablo tanto de una comodidad física como de una comodidad espiritual, mental, natural, más en consonancia con el mundo que me rodea, que para nada es el del hombre actual...
Recapitulemos...
“¡Qué guapo!”, “¡Con el cabello así [de corto] estás mejor!”, “¡Vaya cambio!”, “¡Se te ve mucho más joven!”, “¡Eyyyyy, has ganado!”... Estos días me han taladrado a base de bien con comentarios y frases de este tipo. Familiares, amigos, compañeros de trabajo y conocidos del Facebook y el mundo virtual, muchos de ellos me han ido diciendo lo mismo, salvo algunas pocas excepciones. ¡Benditas excepciones!
Sé de sobras que para la mayoría de gente, yo incluido, con el cabello corto “estoy más guapo” -lo que no significa que sea guapo, sino sólo menos feo- y “parezco mucho más joven”, lo sé desde hace años, no es algo que me venga de nuevo. Pero eso no significa que me guste. Personalmente no necesito verme más guapo, ni más joven, ni más nada... con cabello largo o corto, soy el mismo. Sin embargo, en el fondo, detrás de que lleve o llevase el pelo largo -o no, en el caso actual- había toda una filosofía propia.
Lo cierto es que, como digo, estos comentarios no me han sorprendido demasiado, aunque eso no significa que no me hayan hecho sonreír, ¡eso sí! Siempre le alegra a uno el día, o la noche, que le digan que está más guapo, más interesante o más sexy... ¡No, no, borrad eso último, nadie me ha dicho que esté más sexy! Sin embargo, como digo, eso es algo que ya sé desde hace años: por norma general, con el cabello corto la gente suele verme más guapo y más joven, y lo mismo me sucede a mí, pero -¡Ah, sí, siempre hay un pero...!- lo cierto es que a mí me gustaba más llevar el pelo largo, suelto, salvaje... que es tal como siento mi espíritu, mi espíritu animal, que digo yo. ¡Libre! ¡Rebelde! El cabello largo encajaba mejor con mi propia filosofía de la vida.
Así pues, ¿por qué cabello largo?, ¿por qué cabello corto?...
CABELLO LARGO...
El cabello largo encaja mejor con buena parte de mis aficiones, con mi modo de ser, mi propia introspección; no con mi propia personalidad, porque eso no varía demasiado por llevar el cabello corto o largo, pero cuando llevo melena, ésta representa el mismo bárbaro al que muchas veces he interpretado en diversas ferias medievales y actividades lúdicas. Salvaje, primitivo, genuino... Y no uso las palabras “salvaje” y “primitivo” en un tono peyorativo, al contrario. Para mí, salvaje y primitivo significa estar más en consonancia con la naturaleza, en sintonía con el universo, apartado de las leyes de los hombres... Es ser más genuino, más auténtico, más uno mismo, no ya como ser humano perteneciente a una sociedad, sino como ser individual de una especie, una especie animal, por mucho que los seres humanos pretendamos separarnos de ellos... En realidad, el llevar el cabello de un modo u otro no afecta para nada a todo eso, pero viene a ser como una reafirmación de mis mismas creencias personales. Por norma general no tengo demasiados problemas con el resto de los seres humanos, ya que por mi modo de ser no choco demasiado con el resto del mundo, simplemente vamos por caminos distintos. Me siento un “bárbaro” o un “animal” en un mundo de humanos que ni van ni vienen conmigo. Con el cabello largo o corto, yo voy a lo mío, mientras me dejen tranquilo, y sólo me siento atado a mi familia o amigos; para nada al resto de una sociedad que no comprendo. Le debo mi existencia a la naturaleza, y no a un gobierno, por eso respeto la Tierra o los mismos animales y plantas que me como para alimentarme; a ellos les debo respeto, a los hombres que me dicen como debo ser, no.
¿Cabello largo para ser más guapo? ¡Va ser que no! Al menos si me baso en mi propia opinión o en la de la mayoría de la gente. Para verme más guapo, me dejo el cabello corto. Pero no me gusta corto si con ello me convierto en un individuo más normalizado, en uno más, ni me interesa sentirme más aceptado. No me interesa socializarme demasiado, nunca me he sentido identificado con las modas ni con los estereotipos que la sociedad espera de sus individuos. En ese sentido, cortarme el cabello, en cierto sentido, es como someterme a la “normalización”; aunque no nos engañemos, estar “normalizado” va más con la personalidad que no con lo físico o un corte de pelo o un modo de vestir, y de un modo u otro, todos estamos sometidos a las etiquetas sociales, sea de un grupo mayor o menor.
Por eso me interesa más sentirme salvaje, bárbaro, primitivo, porque me identifico más con el animal que llevo dentro, el ser que no está sometido por la mano del hombre. La esencia, el espíritu de mi propio yo, que va más allá de las palabras.
Y, ¡qué demonios!, el cabello largo pegaba mucho mejor con mis disfraces medievales... Y aquí, al decir esto, me tengo que reír.
CABELLO CORTO…
Es más práctico, no lo voy a negar. El cabello corto molesta menos, cuando hay viento no te queda revuelto, no te lleva mucho tiempo peinarlo, en cierto modo uno se siente más despejado, resultas menos sospechoso. Con el cabello corto pareces más amable, más moderno, más “serio”… No, todo eso no lo negaré… Y en nuestra sociedad está mucho mejor visto. Y con ello no digo que el pelo largo esté mal visto, tampoco es eso; pero sin duda entrasmás dentro de lo que podríamos definir como “normalidad”. Por otro lado, en mi caso, con el cabello corto parezco más joven. ¡Y esa es otra pega que le veo!
No me interesa parecer más joven de lo que soy. Durante años siempre he parecido mucho más joven de lo que soy, tanto por mi aspecto físico como por mi carácter, y en ciertos aspectos eso ha pesado sobre mí, a veces, como una lápida, como un estigma. El parecer más joven ha influido de sobremanera en algunas de mis relaciones personales con la gente. Por norma general siempre me he entendido mucho mejor con personas más jóvenes que yo, o, como mínimo, que tienen el mismo espíritu afín. En principio eso no me supone demasiados problemas, pero tenerlos, los tiene, para que nos vamos a engañar.
Aún así, finalmente me he cortado el pelo. Fue más cosa de un error, un despiste, un malentendido... ¡No importa demasiado, la verdad! Durante años llevé el cabello corto y tampoco me molesta ahora en exceso, y, llegados al caso, sé que éste puede volver a crecer. Sin embargo no deja de ser curioso que este cambio haya coincidido con toda otra serie de cambios en mi vida, y hubiera preferido que no fuera así. Pero bueno, nunca vienen mal los cambios, y éste va a ser uno más de ellos. Hablando de comodidad, no negaré que físicamente el cabello corto es más cómodo, y ando con la vista más despejada, aunque por lo que hay que ver en las ciudades o la gente, eso podría ahorrármelo muy bien. Como digo, el mío es más un espíritu solitario, salvaje, primitivo…
Quiero que vuelva el bárbaro que hay en mí… y tanto me da como me crezca el pelo. Es en mi interior donde debe operarse el cambio.
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