jueves, 21 de febrero de 2013

CUMPLEAÑOS... ¿FELIZ?


Mirado en perspectiva, un cumpleaños, lo mismo que una fiesta de fin de año, donde se despide un año y se da la bienvenida a otro, debería ser un punto de inflexión y de cambio, un momento de reflexión y meditación sobre el año que hemos vivido o la vida que hemos llevado, y un momento para pensar que queremos y a donde queremos ir. Es un buen momento, en realidad tan bueno como cualquier otro, para establecer nuevos propósitos y objetivos, y analizar los viejos. Y encuentro natural que un día como éste sea, también, un buen momento para rodearnos de los nuestros, la gente que queremos, y que de un modo u otro están con nosotros en este viaje que es la vida.

Bueno, un año más llega mi cumpleaños y debo preguntarme si éste es, verdaderamente, para mí, un cumpleaños feliz. Y bueno, aunque en realidad conozco perfectamente la respuesta, “¡No, no lo es!”, es bueno hacerse esa pregunta, porque más allá de ese simple sentimiento, me hace reflexionar sobre el momento que vivo.

Dejando aparte el hecho de que me haya convertido en un ser pesimista o no, porque de hecho hoy lo soy mucho más de lo que lo era antes, lo cierto es que de nuevo hoy siento un vacío y una tristeza que creía ya olvidados. No, no es fácil ser feliz cuando repentinamente te sientes desprovisto de aquello que más quieres, cuando dejas de poder hablar a la persona con la que solías hablar todos los días, cuando muchas de tus ilusiones se desvanecen como meros espejismos. Sin embargo, puedo decir que por un tiempo, fui feliz...

No, puede que éste no sea mi cumpleaños feliz, el cumpleaños que hubiese deseado, ni que lo celebre al lado de quién hubiese querido celebrar esta ocasión tan especial, pero puedo asegurar que aunque no me sienta feliz, si me siento contento y orgulloso de saber que tengo a muchos de vosotros a mi lado: familia, amigos, compañeros del trabajo y algunos espíritus afines virtuales... Sin vosotros, sin todos ellos, el camino me habría resultado mucho más difícil.

De nuevo solo. No sé, no soy yo quién vaya a establecerse unos objetivos claros para este nuevo año que para mí empieza, aunque sin duda hacerlo en algo me ayudaría. Los pocos objetivos que tenía se desmoronaron días atrás y ya no tienen demasiada lógica de ser, y los nuevos, tal y como estoy, creo que tendrán que venir solos o ganar fuerza e impulso a medida que mi estado mejore.

Ahora, desprovisto de una parte de mí, voy a estar ahí para vosotros, mi familia, mis amigos, e intentaré estar también a disposición de esa gente que me ha ofrecido la oportunidad de quedar un día para charlar y conocernos personalmente. Sé que ahora mismo no estoy preparado para eso, pero cuando llegue el momento, si vuestra oferta aún continúa en pie, quedaré.

¿Feliz? No, no me siento feliz, pero aún soy capaz de disfrutar de las pequeñas alegrías y aún soy capaz de sonreír.

Con eso, de momento, me ha de bastar.

2 comentarios:

  1. ¡Ánimo y adelante, Joan Ramon! Que aunque no se esté bien, también se puede crear, mejorar y avanzar, aunque no sea tan deprisa y aunque cueste más trabajo. Saludos cordiales.

    ResponderEliminar