jueves, 4 de abril de 2013

MEMORIAS DE UN BÁRBARO: LA XVII FIRA MEDIEVAL D’HOSTALRIC (29, 30 y 31 de marzo de 2013)




Superada la prueba de llevar durante dos días consecutivos mi armadura de cuero con todos los complementos y las armas de soft combat medievales necesarios para caracterizarme para este evento como un bárbaro salvaje –como ya es mi costumbre-, subiendo y bajando constantemente por las cuestas del castillo d’Hostalric cargado con todo el peso que eso supone, por fin puedo descansar en casa relajadamente y reflexionar sobre esta magnífica fiesta medieval, pero aún más magnífica gente, que ha sido la XVII Fira Medieval d’Hostalric, celebrada durante los días 29, 30 y 31 de marzo de 2013.


Los días 29, 30 y 31 de marzo de 2013, se celebró la XVII Fira Medieval d’Hostalric, feria a la que llevo asistiendo desde hace unos años, ya que se cuenta entre una de mis ferias preferidas, sean medievales o no.

La feria medieval de esta población se celebra cada año durante los días del fin de Semana Santa (viernes, sábado y domingo), reservándose el viernes básicamente para el mercado medieval (a lo largo del carrer Major), y los sábados y domingos para el mercado y la mayor parte de actividades y espectáculos (a lo largo de la calle y en el castillo). Todos esto se reparte entre el casco antiguo de la población -lugar donde se halla el mercado medieval- y el castell d’Hostalric, una antigua fortaleza medieval reformada donde se recrea parte de la vida medieval, se celebran la mayoría de espectáculos y exhibiciones, y donde también pueden encontrarse algunos puestos de mercado.


Entre las actividades que se celebran en la zona de la calle Major (y parte de Via Romana y Raval), que sigue el trayecto de la antigua vía romana que atravesaba la zona, destaca el enorme mercado medieval formado por multitud de tenderetes de artesanía, puestos de comida y bebidas artesanas y tradicionales, comedores entoldados y muchos otros puestos que ofrecen múltiples productos. A lo largo del día, además, este centro de comercio se ve animado por diferentes pasacalles, grupos musicales y algunos grupos de recreación medieval que van arriba y abajo totalmente caracterizados, aparte de los cada vez más numerosos visitantes que también se presentan vestidos para la ocasión.


Fabuloso fue el pasacalle donde algunos de los representantes (sino no todos) de cada uno de los grupos de corte medieval que estos días anduvieron por esta vieja villa desfilaron al son de la música de las flautas y tambores de los grupos musicales Festinamus y Graiatus. Así, entre música, desfilaron los caballeros templarios, con sus blancas túnicas adornadas con la roja cruz; contemplamos el sugerente baile de las danzarinas de Brisa del Desert; a los Cazadores del Cielo, con sus aves de cetrería, a los acorazados y temibles miembros de La Hermandad del Acero y La Garra de Alastor; el misterio y exotismo oriental de L’Armée des Maures, enfundados de negro, maestros de la llama y el fuego; a algunos de los caballeros y luchadores de Drakonia, junto a su grupo de aventureros voluntarios (entre los que me encontraba), o els Arquers de Sant Celoni, con sus arcos y flechas...


Si abandonamos las calles, siguiendo distintas rutas, para dirigirnos al castell d’Hostalric, también conocido como la Fortalesa (la Fortaleza), podemos disfrutar de múltiples recreaciones y espectáculos medievales a lo largo de los fosos, patios o plazoletas de la fortificación: exposiciones de aves rapaces y exhibiciones de halconería, tiro al arco con arco tradicional, distintos campamentos medievales (formados por caballeros o guerreros, templarios, arqueros...), caballos, la escuela de caballeros expresa para niños, distintas animaciones itinerantes, paseos con asnos, demostraciones de oficios y talleres, exhibiciones de combates de caballeros –cuerpo a cuerpo o a caballo-, espectáculos de danza, con serpientes y fuego, cuentacuentos...

Este año, sin duda, la feria destacó por la gran cantidad de grupos que intervinieron, todos ellos muy bien caracterizados, abarcando un abanico tan amplio como el espectáculo medieval puro y duro, la música, la danza, la cetrería, la pirotecnia, las recreaciones medievales estilo rol en vivo o soft combat, el espectáculo agrícola y más, animando los pasacalles, el mercado o alrededores e interiores del castillo a lo largo de estos días. Entre ellos, cabe destacar los siguientes grupos:

  • Arquers de Sant Celoni (Arqueros).
  • Brisa del Desert (Danza oriental).
  • Cazadores del Cielo (Halconería y cetrería).
  • Dalladors Remences d’Els Hostalets d’en Bas (Espectáculo agrícola).
  • Drakonia (Espectáculo medieval de luchas y torneos).
  • Festinamus (Grupo musical).
  • Graiatus (Grupo musical).
  • L’Armée des Maures (Danza oriental y espectáculo de fuego).
  • La Garra de Alastor (Grupo recreativo medieval).
  • La Hermandad del Acero (Grupo recreativo medieval).


Este año, la Fira Medieval d’Hostalric, a nivel personal, ha significado mucho más que una feria medieval más; para mí ha sido una prueba a nivel físico y social. A nivel físico, porque aún no sabía si estaba totalmente recuperado de mis problemas lumbares, a nivel social, debido a mi relativo retiro del mundo estos últimos meses.

A nivel físico, el hecho de tener que cargar alrededor de los 12-14 kilos de peso constante que suponen la armadura de cuero que llevaba, así como el resto de complementos (cinturones, gamesón, bolsas, armas de soft-combat, botas, etc.), y de tenerlo que hacer durante un par de días más de 10 horas diarias, subiendo y bajando las empinadas cuestas del castillo d’Hostalric, o permaneciendo constantemente de pie o caminando, suponía una dura prueba, debido a mis pasados problemas musculares con la espalda. Una prueba que, si la superaba, significaba (y parece que así ha sido) mi reentrada gradual al mundo del soft combat y el rol en vivo medieval. Bien, ya puedo decirlo sonriendo: ¡Prueba superada!


Por otro lado, a nivel social, me ha recordado que el mundo no se acaba porque una relación sentimental se acabe. Al contrario, es un momento de nuevas oportunidades, para volver a aficiones que habían quedado aparcadas, relegadas a un lado. Y me ha emocionado ver la respuesta positiva que me ha dado mucha gente, animándome a que participe en algunas de sus actividades, a que me meta en su mundo. Espero que pueda ser así, y con ello poder empezar a embarcarme, poco a poco, en nuevos y futuros proyectos.

A nivel social, meterte de lleno en una feria así puede significar llegar a conocer a mucha gente (demasiada, tal vez, como para recordar a todo el mundo), aunque muchos de estos encuentros sólo sean a modo anecdótico -gente que se quiere fotografiarse contigo o tus compañeros, personas que inician una conversación sobre tu indumentaria o tu aspecto medieval, transeúntes que te preguntan sobre temas relativos a la feria, etc.). Pero más allá de estos encuentros casuales, también llegan a compartirse muchos y muy buenos momentos en compañía de viejos conocidos a esta afición o aficiones similares (ferias medievales, practicantes de soft combat o juegos de rol medievales, aficionados a los disfraces o vestuarios alternativos...) con los que ha menudo se coincide, teniendo entonces entretenidas conversaciones sobre esta afición u otras aficiones de corte similar. Y poco a poco, entre feria y feria, evento y evento, puedes irte permitiendo el lujo de conocer un poco más profundamente a ésas y a muchas otras personas, fortaleciendo los lazos con la gente con la que más ha menudo coincides, ya sea por compartir gustos similares o bien por simple simpatía.


Finalmente, quiero dedicar este escrito, a toda la gente con la que he coincidido durante este magnífico fin de semana: a todo el equipo de Drakonia (Cesc, David, Eduard, Guillem, Josep, Marc, Marcos, Mireia, Silvia... y muchos más que seguro que me olvido), algunos de cuyos miembros ya conozco desde hace tiempo, con los que tuve el placer de colaborar como voluntario; A Bernat Costa Faura y Maica, con los que hacía tiempo que no hablaba tanto; a los voluntarios y colaboradores de Drakonia, individuos nacidos de mundos fabulosos –Aarón Martín, Dramian Corvus, Duncan Trisquel, Félix Goggles, Laura Miró, Nimue Arianhrod, Wui De Lue...-; a la gente de Empordanesken Associació (Clara Heras, Marc Heras, Pitov McPitu y Núria Arbat); a todos los miembros de la L’Armée des Maures, la Hermandad del Acero y la Garra de Alastor, con la que compartimos platos, comida y conversación; a viejos amigos reencontrados, como Pasku y Laura Valldeoriola, Noelia y Martin Hemi (al que tan sólo conocía por el Facebook); a Dani Martínez de Leyendas Medievales; a algunos de los miembros de Regne Hostil con los que tropecé casualmente en la feria; a Vany Miranda y los fabulosos Caballeros del Unicornio, con la que apenas pude compartir unas palabras, aunque falta de hablar más con ellos no me faltaron; y naturalmente a Eduard y Marcel Carbonell, mis sobrinos, que aparecieron vestidos como pequeños grandes caballeros, y al resto de mi familia que se presentó por ahí, gracias a los cuales pude disponer de algunas fotografías... Y a muchas más personas con los que apenas tuve tiempo de compartir unas palabras o de los que no recuerdo sus nombres. ¡Gracias a todos!


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