jueves, 14 de noviembre de 2013

AMIGO...

Per tu, que vas ser el meu millor amic…


Hoy me enterado de la muerte del que fue uno de mis mejores amigos. No sólo uno de mis mejores amigos: de hecho, durante muchos años fue mi mejor amigo. ¡El amigo! Aquella persona con la compartí tantos y tantos cómics y con la que hablé tantas veces de que haría si fuese un superhéroe, con el que hacía campanas o novillos en la época del instituto para irnos de tapas, con el que tuve tantas y tantas conversaciones filosóficas y pseudo-filosóficas, con el que compartí tantos buenos momentos y alguno de malo, junto al que estuve trabajando durante años en un guardarropa durante las fiestas de carnaval de Vilanova mientras veíamos al resto de la gente divertirse, el amigo que me acompañó y llevó hasta casa en alguna loca noche de borrachera, aunque él mismo nunca bebía, el que aguantaba mis chistes malos o mis penas amorosas de adolescente, el que me oyó cantar tantas canciones con mi mala voz… Era un amigo que me vio reír infinitas veces y llorar unas pocas en que lo necesité… Y yo, yo también lo escuché, sabía cosas que jamás compartió con nadie, excepto conmigo, al que también llamó su mejor amigo varias veces. Sus fantasías, sus sueños, sus amores…

La noticia me ha pillado de sorpresa. Es una de esas noticias que te llegan, la digieres, la pareces asumir, pero no te la acabas de creer. Sé que necesitaré unos días. Ahora mismo escribo esto, y aún no sé que creer. No sé si estoy en estado de shock o qué, simplemente, pese a hacer años que no nos veíamos ni hablábamos, me cuesta asumir que alguien que significó tanto para mí, ya no está. Pero es la realidad de la vida. Trabajo en una clínica forense, veo esto casi cada día… La muerte nos llega a todos.

Podría decir que tengo muchos amigos, pero sinceramente mentiría, porque para mí la palabra amigo tiene un significado muy íntimo. Amigos amigos, amigos de verdad, creo que puedo contarlos con los dedos de mis manos; puede incluso, que con los dedos de una mano me basten. Y hoy uno de esos dedos ha desaparecido. Da igual que hiciera años que no hablábamos, porque en mi interior el jamás había dejado de ser el amigo que fue.

Fue un gran amigo mientras nuestra amistad duró. Como digo, durante mucho tiempo, fue mi mejor amigo. Entonces, un día, sin entender demasiado cómo ni por qué, se fue alejando de mí. Me evitó. Desapareció. Nunca supe sus razones. No diré que no me importó…Me importó y me dolió que eso sucediera, pero son cosas de la vida, a veces esas cosas pasan, y tú no sabes el motivo. Lo acepté. Sin odio, sin rencor, porque esas cosas pasan. Así es la vida…

Pero jamás lo olvidé, ni creo que lo olvide. Era, fue, un amigo de ésos que verdaderamente te tocan el alma, una buena persona, un tipo que siempre guardaré en la memoria. Su recuerdo siempre permanecerá y aún de vez en cuando pensaré en él.

Hoy las letras no me podrán librar del dolor...

2 comentarios:

  1. Hola
    Acabo de conocer tu blog, parece muy interesante.
    Mucho ánimo.

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    1. ¡Gracias a ti, por tu apoyo! Son cosas de la vida, y la muerte es algo que tengo muy asumido, pero a veces te pillan de improviso y necesitas algo de tiempo para digerirlo.

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