jueves, 6 de marzo de 2014

LOBA SALVAJE

Texto de: Joan Ramon Santasusana Gallardo.
Ilustración de: Esther Ortega López (Moltes gràcies pel dibuix!).


Con mis ojos de lobo solitario, contemplé, siguiendo un camino salvaje con paso errabundo e incierto, tu lejana figura de loba salvaje en aquel horizonte crepuscular.

Allí, donde los ojos de los hombres cazadores siempre están ávidos de una nueva presa a la que cazan (¡y asesinan!) tan sólo por la belleza de su  piel, ellos, los asesinos, no te supieron ver ni encontrar. Sin embargo, siguiendo tu rastro que nunca supe comprender del todo hasta que te vi, yo te contemplé con mi mirada penetrante, y entonces supe que tú eras aquella a quién estaba buscando. ¡Seres humanos menospreciables y sin corazón que, buscando la belleza exterior, jamás llegaron a contemplar la belleza de tu alma!

Y este viejo lobo gris de espalda malherida, viendo desde lejos tu espíritu a través de tu mirada, con su curiosa mente, olfato y corazón se guiaba y lentamente se acercó hacia ti. Puede que hubiese habido y encontrado a otras lobas en su perdido camino sin rumbo, pero si jamás escogió a ninguna de ellas fue porque no era ése su destino. Pero tú, loba roja de roja cabellera, tú llevabas escrito “Destino” sobre tu piel.

¡Y hoy, así, aquí estás y aquí están! Y corren lobo y loba, salvajes, siguiendo el patrón dictado por una naturaleza inmemorial que trasciende todas las leyes que los hombres trataron de imponer. Guiados por el instinto y el corazón, corren juntos entrelazando sus caminos.

¡Loba, que me muerdes y me besas, que acercas tu hocico al mío, que eres capaz de lamer y curar mis heridas! Loba, hoy eres capaz de sacar mis verdaderos instintos animales de amor y protección. Somos los dos miembros de nuestra propia manada, loba, loba roja de mi amor.

Nos enseñamos los dientes, gruñimos, y enfrentando nuestras miradas -¡Hoy será una noche de caza!-, aullaremos en la oscuridad para que, más tarde, descansando nuestros cuerpos entrelazados, cuando regrese el alba y amanezca, nuestros espíritus yazcan saciados.

Hoy, el gris y el rojo se mezclaran.

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