miércoles, 4 de diciembre de 2013

FRÍO (CAMA VACÍA)

Dedicado a toda esa gente que echa especialmente a alguien de menos en las largas noches de frío...


Hay noches en que echo de menos el calor de un cuerpo humano junto a mí cuando me acuesto. Con la llegada del frío del invierno, esta necesidad se acentúa. Recuerdo aún como era sentir el tacto de un cuerpo contra mi cuerpo, oler el cabello de la cabeza que reposaba contra mi pecho, respirar sintiendo su olor, notar ese cálido calor en el que a veces se mezclaba el amor...

Recuerdo que buscando ese calor, ese cuerpo a veces se giraba y con las yemas de sus dedos acariciaba mis mejillas, sus labios me buscaban y besaban  mis labios, mis párpados, mis mejillas... A veces sentía un tierno abrazo y nuestras piernas se cruzaban. No, ahora no hablo de amor, no hablo de sexo, sólo hablo de compañía. ¡Qué bien se dormía abrazado, desnudo, bajo las mantas! ¡Qué bien se dormía así!

No siempre ha sido igual. Tiempo de vivir en pareja, y en compañía, tiempo de vivir en soledad. No es que me importe demasiado, también estoy bien así, siendo un lobo solitario, pero aún recuerdo... y en invierno hace frío y se echa de menos ese calor, esos abrazos, esos besos...

Hoy hace frío, y quisiera abrazar a alguien, sentir un cuerpo, durmiendo juntos. Quizás, entonces, si viniera al caso y no estuviéramos cansados ni exhaustos, besarnos y dejarnos llevar. Un torbellino de amor, sexo y pasión bajo el calor de las mantas. Y después de que los minutos y minutos pasasen así, quizás un par de horas, volver a dormitar, y sonreír, feliz de nuevo. Sin frío...

Sin embargo, estos últimos meses duermo solo. No me quejo, ya me está bien así. Pero en los días más fríos... echo de menos ese calor.


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