viernes, 29 de abril de 2011

LA LEYENDA DEL ORIGEN DE LA COSTA-ROJA DE SANT JULIÀ DE RAMIS - Versión en castellano.



Cuadro que homenajea la leyenda de la Costa-Roja,
en el Ayuntamiento de Sant Julià de Ramis.

Yendo de Girona dirección a Figueres por la N-IIa (o al revés), nos encontramos con el municipio de Sant Julià de Ramis, entre las poblaciones de Sarrià de Ter y Medinyà. Parte de la carretera hace pendiente, y exactamente al lado de la carretera y corriendo paralela a ésta, nos encontramos la Costa-Roja, que se llama así por su particular color rojizo.

Dice la leyenda que los últimos señores del castillo fortificado de Sant Julià, conocido hoy en día, también, como Castellum Fractum, ya que su origen, aunque después pasó por muchas manos, es romano... Dice la leyenda, digo, que los tres últimos señores del castillo fueron tres hermanos que, yendo del más grande al más pequeño, respondían a los nombres de Ramon, Bernat, i Guillem.

Reconstrucción dels antiguo castillo de Sant Julià.
Todo iba bien entre ellos, hasta que los tres se sintieron cautivados por una doncella del lugar; una mujer bella en extremo, que les hacía perder la cabeza, encendiendo sus corazones.

A causa de este hecho, poco a poco, la armonía y la bienaventuranza de los tres hermanos se fueron convirtiendo poco a poco en celos y, bien pronto, los celos pasaron a convertirse en odio y malevolencia.

Así, cada uno por su lado, maquinaban el modo de librarse de los otros dos para no tener competidores para ganarse los favores de la bella dama. Y así fueron pasando los días, creciendo el rencor en sus almas, hasta que el más pequeño, Guillem, propuso a Bernat una treta para deshacerse del primogénito, Ramon.

Y de esta manera, la confabulación  tomó la forma de un día de cacería.

Llegado el día, habiendo comenzado ya la cacería, y hallándose ya en medio del bosque, aprovechando el momento oportuno, Bernat se quedó junto a Ramon, y en un olvido, cuando éste bajó la guardia, Bernat apuñaló a su hermano mayor, que cayó muerto a sus pies.

Cometido el crimen, Bernat quiso cometer el horrible fratricidio a su hermano confabulado, el joven Guillem, y decidió buscarlo por el bosque, no dándose cuenta que él mismo sería víctima de la misma vil traición. Y así fue. Guillem, escondido detrás de unos arbustos, lo había visto todo, y una vez cometido el crimen por parte de su hermano, le atravesó el corazón con una flecha, cayendo el cuerpo de Bernat no muy lejos del cadáver del otro hermano asesinado.

Con sus dos oponentes liquidados, Guillem se dirigió lleno de gozo hacia el castillo, esperando gozar de los amores de la bella doncella a partir de aquel momento en que ya se veía librado de la competencia de sus hermanos. Pero, entonces, oyó detrás de él un fuerte rumor de agua y, al girarse, vio un torrente desbocado de sangre que parecía dirigirse hacia él, persiguiéndolo con la furia de un rebaño de caballos enloquecidos. Conmocionado ante tan espantosa visión, huyó corriendo a la desesperada sin ningún tipo de orientación y loco de remordimiento por lo que había hecho, desapareció de aquel lugar. Al mismo día siguiente, fue hallado su cuerpo difunto.

Y dice la leyenda que fue la sangre que brotó del lugar donde fueron asesinados los otros dos hermanos, la causa del tono rojizo que nos muestra la tierra de la Costa-Roja.

Hoy en día, dentro del Ayuntamiento de Sant Julià de Ramis, que se halla al otro lado de la carretera donde encontramos la Costa-Roja, podemos encontrar un cuadro que conmemora esta leyenda y, a su lado, un pequeño escrito donde se explican estos hechos.

La Costa-Roja.

La Costa-Roja.

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