Lo escribí en algún momento a principios de enero...
Siento faltar tu mirada, siento faltar tus palabras, el calor de tus abrazos y el olor de tu cabello.
Si me dejas libre, no esperes que te espere. Si me dejas libre, otros senderos seguiré. Podría esperarte y perderte, podría no esperarte y, sin embargo, volverte a encontrar. Si me dejas libre, puede que me pierda y diluya, o puede que vuelva a mi ser.
Contigo me sentí feliz y no conocí tristeza hasta el día en que te perdí. Contigo mis miedos no tenían sentido. Puede que durante unos días, ahora que has desaparecido, esté algo fuera de mí, callado, reflexivo, taciturno, triste... No te preocupes, a veces uno necesita un tiempo para pensar, para reflexionar o simplemente lamerse las heridas y descansar. Volveré a ser yo mismo.
Yo no sé nada del azar o del destino, pero de poder ser, lo sé, sería yo contigo.
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