miércoles, 4 de mayo de 2011

EL ORIGEN DE LA LEYENDA DEL HOMBRE DEL SACO

"¡Sabed, niños, que si os portáis mal, vendrá el hombre del saco y se os llevará!"

Desde nuestra más tierna infancia, a algunos de nosotros nos explicaron la existencia del hombre del saco. Nadie daba una descripción claramente definida de este misterioso individuo, excepto por una característica en común: la de que llevaba un enorme saco en los que metía a los niños que se portaban mal, y se los llevaba.

El hombre del saco
Hace ya algún tiempo, cuando jugaba a "Half-Life" y a "Guerra de pandillas" llevé un personaje cuyo nombre era "Sacoman", y a varias personas les dije que un día les daría una explicación del origen de este nombre, ya que, sacoman, no deja de ser la palabra spanglish con la que se define al hombre del saco en alguna zonas de Estados Unidos o Puerto Rico.

Lo que escribo a continuación, básicamente, es un cortar-pegar de parte de aquel mail que escribí tiempo atrás, en el que explicaba el origen de esta figura creada con la finalidad de meter miedo a los niños, para que se portaran bien. En fin, que quién quiera se lo lea, ya que se basa en una vieja leyenda que ha recorrido el mundo a lo largo de los años, y ha ido modificándose y evolucionando.

¡Bien! El origen del hombre del saco se remonta, más o menos, a la aparición de las primeras diligencias, y podría decirse que era una especie de leyenda urbana de aquellos tiempos en que este vehículo tirado por caballos hizo su aparición...

El sacamantecas
La aparición de las diligencias, en su momento, causó cierto revuelo e impacto entre el vulgo debido a que podía alcanzar unas velocidades muy superiores a la del carro común debido a un sistema de muelles en el eje de sus ruedas que le permitía amortiguar los golpes. Debido a eso, si un carromato vulgar debía circular despacio para no correr el riesgo de que se partieran los ejes de sus ruedas (pongamos que a una velocidad de 3-15 km/h), una diligencia se podía permitir el lujo de ir a velocidades mucho mayores (pongamos que entre 15-40 km/h, según la prisa que llevase). Por ello, debido a esa velocidad tan infernal (para la época) que este carruaje podía alcanzar, mucha gente del pueblo llano veía en la diligencia la mano del Diablo (como en tantas otras cosas).

Pronto comenzó a circular el rumor de que si una diligencia podía correr tanto era porque sus conductores engrasaban los ejes de las ruedas con la grasa de los inocentes (o dicho de otra manera, de los niños). ¿Y como se proveían de esta grasa? Se decía que antes de que una diligencia llegara a un pueblo o ciudad, solía aparecer un hombre con un gran saco, que secuestraba a los niños que deambulaban solos por las calles, o se los llevaban de sus propias casas, y cuando tenía el saco lleno de tiernos chavales, se iba a un descampado solitario y allí, con un gran cuchillo, les sacaba la grasa (o la manteca) de la espalda. De ahí que en algunas regiones también se conozca al hombre del saco como el sacamantecas.

Cara Botón
A partir de aquí, la figura del hombre del saco se empleó para asustar a los niños que no se portaban bien, y con el tiempo se convirtió en una figura que, de algún modo u otro, englobaba las características de todo tipo de criaturas mosntruosas del imaginario infantil, anteriores y posteriores a él: el tío Camuñas, el hombre del gancho, el hombre de los caramelos...

Y con esta explicación tan breve, ya está explicado el origen del hombre del saco. aunque el tema daría para mucho, mucho más. Pues al fin y al cabo, el hombre del saco no deja de simbolizar nuestros miedos más profundos, dándoles una forma humana, aunque ambigua y desdibujada.

El Espantapájaros
Y el cine ha sabido explotar este hecho de gran manera, creando personajes con características propias, que sin embargo cumplen la función del hombre del saco tradicional, sustituyendo el saco de este ser por una máscara, que no deja de simbolizar lo mismo: los miedos escondidos que no podemos ver.

Así, personajes como Michael Myers ("Halloween"), Jason Voorhees ("Viernes 13"), Cara-Botón ("Razas de noche") o el Espantapájaros ("Batman Begis"), disfrutan de sus características tenebrosas, convirtiéndose en hombres del saco modernos.

En todo caso, el hombre del saco es solo una leyenda... que solo los chicos y chicas malas deben temer... ¡HAW, HAW, HAW!


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