viernes, 6 de mayo de 2011

ENTENDER EL INFINITO...

Nunca entendí el concepto de infinito...

Puede que contemplase las estrellas en una noche serena, y creyera sumergirme en ella. Puede que viera el mar y creyera perderme en el horizonte. Puede que, tumbado sobre la hierba, mirase el cielo celeste, limpio de nubes, y allí imaginase que en realidad estaba cayendo en un vacío infinito que nunca acababa... En esos momentos me parecía entender lo que era eso, ese concepto, el infinito... pero irremediablemente me equivocaba, porque mientras más pensaba sobre él, mientras más lo perseguía, el infinito siempre parecía ir más allá, un paso por delante de donde yo lo alcanzaba.

Supe entonces que nunca entendí ni entendería mejor lo que es el infinito que cuando sentía el modo en que me perdía en tus ojos cuando me devolvías la mirada. En ti me perdía, creyendo tenerlo todo, y que, con tu mirada, tú todo lo abarcabas.

No sé si fuíste, eres, o serás, pero sí sé que en algún momento ya te imaginado y contemplado... Recuerda que no te hablo de un cuerpo, sino de un alma...Ya no sé si fuíste algo del pasado, sólo un vago recuerdo en mi memoria, o eres el porvenir. Quizás tan sólo la triste fantasía de un loco... ¿Pensaste quizás alguna vez en mí? ¿Llegaste siquiera a imaginar que quizás yo te estaba esperando?

Así sé del infinito... Así me sé sumergido en él...

Cuando me pierdo en tu mirada...

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