jueves, 6 de agosto de 2015

URBEX: LOS JARDINES ABANDONADOS DE FONT PICANT

Texto y fotografías: Joan Ramon Santasusana Gallardo.
Fecha: 12 de julio de 2015. Lugar: En algún lugar de la comarca de la Selva, Cataluña, España.
Total fotografías tomadas: 67. Total fotografías publicadas: 37.
Si quieres saber qué es el urbex: Urbex: exploración urbana.
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En medio de la espesura del bosque y la montaña, justo al lado de una carretera poco transitada y cerca de cierto balneario que conoció tiempos mejores, se hallan los viejos jardines abandonados de Font Picant, un lugar antaño dedicado al paseo y ocio relajado, que hoy en día es un lugar invadido por los árboles y la maleza.

En su interior aún se mantienen erigidos ciertos muros, multitud de escaleras y se puede caminar por unos pocos senderos desbrozados mientras hierbas, zarzas y ortigas invaden su interior... En cierta parte un viejo pozo de hielo tapiado y cerrado... Cerca de allí un bolso vacío y destripado... A medida que uno se adentra en este parque abandonado en plena naturaleza, la presencia del bosque se vuelve omnipresente.


De regreso a la carretera, y cruzando ésta, a pocos metros se halla la riera d’Osor, de aguas tranquilas, claras, transparentes... Nos pareció que la gravilla de la orilla se movía, y al acercarnos descubrimos porqué. Decenas, cientos, ¡me atrevería a decir miles!, de pequeñas ranas y sapitos deambulaban fuera del agua y las orillas, adentrándose muchos de ellos al interior del bosque, bajo la protección de la hojarasca y las matas bajas... Ranitas y sapos más pequeños que la uña de un pulgar, de ojos maravillosos y movimientos repletos de vida, que no pude contenerme de tener en mi mano.

De vuelta a la carretera, y ya con ánimos de regresar a nuestro vehículo, pues aún nos quedaba mucho por ver, me acerqué a la vieja casona de Mansolí Nou, justo al lado del asfalto y apenas a veinte metros de los viejos jardines de Font Picant, para fotografiar su exterior, ya que su interior me resultaba inaccesible... A poco más de cien metros, más allá, queda el viejo balneario, que quizás visitemos en otra ocasión...




































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