miércoles, 21 de noviembre de 2018

SERES FANTÁSTICOS Y LEGENDARIOS DE LA MITOLOGÍA INUIT

La mitología inuit surge dentro del conjunto cultural de uno de los grupos humanos más sorprendentes del planeta: los inuit (literalmente, “los hombres” o “las personas”); con este nombre se designa, de forma genérica, a los pueblos inupiat del estrecho de Bering y norte de Alaska, el conjunto de los pueblos inuit de la bahía de Hudson y el norte de Canadá y los inuit de Groenlandia. Este artículo pretende recoger y hacer un breve repaso de algunas de las criaturas fantásticas más emblemáticas de los mitos y leyendas de los inuit: espíritus, monstruos y dioses surgidos del mar, del cielo, de la tierra, y las nieves y hielos que cubren una de las regiones más duras e inhóspitas del planeta: el Ártico. Los dibujos ilustrativos que acompañan este artículo son meramente orientativos, ya que cada cual es libre de hacer su propia interpretación de cada una de las criaturas surgidas de estos mitos.

Nanook, el espíritu del oso polar.

Los inuit han vivido en las regiones árticas durante miles de años sobreviviendo, incluso a los más rigurosos inviernos de la tundra salvaje, y más allá, en los reinos de la roca, la nieve y el hielo, desarrollando una vida nómada adaptada a las migraciones de los animales que pescan y cazan, entre los que destacan los caribúes, osos polares, focas y ballenas, aunque realmente aprovechan todos los recursos que les puede entregar la tierra y el mar. De estos animales aprovechan todas las partes posibles para alimentarse, abrigarse, construir tiendas y viviendas, trineos, embarcaciones y herramientas para pescar o cazar. Organizados en grupos familiares, más o menos extensos según el caso, cada miembro del mismo tiene asignada una tarea específica. Actualmente, debido al fuerte proceso de globalización, se está produciendo un cambio en sus formas de vida originarias, aunque siguen practicando algunas de sus costumbres, como la caza de focas.

La rica mitología inuit se ha transmitido de forma oral durante generaciones, pero es mediante la interacción del pueblo inuit con los diversos exploradores provenientes de diferentes regiones del mundo, que muchas de sus costumbres y relatos llegaron hasta nosotros a través de sus libros y diarios. Posteriormente, con la incorporación de la escritura en la propia cultura inuit, llegarían muchos otras historias.

Sus mitos y leyendas son de un marcado sentido animista y chamánico,  y están influidos por la lucha constante que los inuit tienen que sostener contra los elementos, y como éstos, muchas de sus historias son ásperas y sin piedad, y dan cuenta de sus tradiciones y del origen del mundo que habitan. En su conjunto, estos mitos tienen un carácter práctico. Sus mitos especulativos se refieren siempre al destino de los hombres y a la influencia que sobre él ejercen las acciones humanas, con vistas siempre a conciliarse con los dioses, espíritus y las demás potencias sobrenaturales, pero también con el propio mundo que les rodea, especialmente los animales de los que se alimentan.

Sedna.

Los animales tienen un alma y el cazador debe celebrar un breve ceremonial cuando muere para que su alma vaya al mundo no terrenal. En la mitología inuit, un inua (pl. inuat) es un espíritu o alma que existe en todas las personas, animales, plantas, rocas, lagos o montañas, que a veces, en las leyendas, llegan a ser personificados en forma de hombre, animal o espíritu. Para los inuit y otros pueblos del ártico, el ser humano y los animales son iguales: toda la vida tiene el mismo tipo de alma o “esencia vital” (inua). Esto crea un problema o dilema moral, ya que, para sobrevivir, las personas deben matar a otras criaturas que son como ellas. El reconocimiento de este dilema se encuentra en el centro de la práctica de la caza, que se basa en el respeto y la reciprocidad hacia la propia presa. El cazador solo tendrá éxito si el animal decide dar su vida como un regalo a cambio de un comportamiento moral y respetuoso por parte de toda la comunidad. Por ejemplo, después de matar una foca, se vierte agua dulce en su boca para que su alma no tenga sed y le diga a las otras foca el respeto que se le ha mostrado, de modo que éstas, llegado el momento, también estén dispuestas a morir y sacrificarse como favor al pueblo.

Así pues, para los inuit, el mundo está bajo el dominio de una multitud de fuerzas invisibles o inuat. En la naturaleza todo tiene su inua: el aire, el mar, las piedras y los animales. Estos últimos pueden convertirse en guardianes y firmes apoyos del hombre, en cuyo caso reciben el nombre de torngak. Si el espíritu de un oso se convierte en el torngak de un ser humano (indistintamente de su género), éste puede ser devorado por un oso y volver luego a la vida. En tales circunstancias, este redivivo se convierte en un angakok, la figura espiritual por excelencia de los inuit, que puede ser equiparable a un chamán u hombre-medicina.

Los angakoks mandan a capricho el buen o mal tiempo, tienen la facultad de curar, de ver cosas ocultas y descubrir los crímenes cometidos, gracias a un segundo sentido de la vista. Por ello, son como una especie de magistrados y unas figuras muy respetadas. Además, los angakoks poseen ciertos espíritus familiares, los torngak -denominación que proviene de Torngaksak, el más poderoso espíritu, en cuyo nombre ejercen su mandato-.

Akhlut.

Torngaksak es conocido entre los inuit como el “Ser Bueno”, pero no coinciden en darle un aspecto determinado. Algunos dicen que carece de forma, otros le atribuyen una figura de oso, y mientras otros lo representan como un hombre de alta estatura y con un solo brazo, no falta quien lo pinta del tamaño de un dedo. Es inmortal, aunque posiblemente fue muerto por Crépito, espíritu maligno o dios que, según los inuit del sudoeste de Alaska, es el único ser capaz de matar al Ser Supremo, en sí mismo inmortal.

No puede decirse que Torngaksak sea el creador de todas las cosas, pero sí es cierto que posee todos los caracteres de la divinidad, y, a pesar de su poder más bien limitado, los esquimales lo llaman el “Gran Espíritu”. Este pueblo tiene igualmente espíritus del fuego, de las aguas, de las montañas y de los vientos; demonios con figura de perro, almas de abortos convertidas en espectros horrorosos e incluso duendes que describiremos más abajo. A un niño que había perdido a su madre se le apareció el espíritu de ésta en pleno día y le dijo “No temas; soy tu madre, que te ama”. También en este país de escarchas, el amor es más fuerte que la muerte.

En estas inhóspitas tierras, las personas, cuando mueren, van al cielo o al infierno, pero una parte de su alma pasa a un pariente recién nacido. Es costumbre, pues, que a un recién nacido se le ponga el nombre de la última persona que murió, ya que parte del alma del difunto pasará a ella.

Un nanorluk durmiendo bajo las aguas heladas.

Para los inuit, existe en el cielo un mundo inferior. Este mundo, por su semejanza con el nuestro, puede ser comparado a veces con el mundo humano, excepto, quizás, en que tiene un cielo y un sol más pálidos. En ocasiones aparece constituido por cuatro cavernas, dispuestas una sobre otra: las tres primeras son bajas y poco confortables, mientras que la última es espaciosa y acogedora.

El mundo superior, más allá de la bóveda celeste, gira en torno a la cima de una montaña. Al igual que la Tierra, tiene valles y colinas. En ella residen los inuas, cuerpos celestes que en otro tiempo fueron hombres y, transportados al cielo, quedaron allí convertidos en estrellas.

El camino que conduce a este mundo superior está asimismo lleno de peligros. A su paso por la Luna, se trata de provocar la risa a los viandantes, y a los que no pueden contenerla, les arrancan las entrañas.

Qalupalik.

Según una vieja tradición groelandesa, cuando los inuit no pueden cazar focas, los angakoks deben bajar al fondo del mar para obligar a Sedna a soltarlas. Para llegar adonde ésta se encuentra, el angakok debe atravesar primero el reino de los muertos, luego un abismo donde giran incesantemente una rueda de hielo y un caldero hirviente lleno de focas, y por último, después de sortear el enorme perro que guarda su puerta, debe franquear un segundo abismo, sobre una pasarela tan delgada como el filo de un cuchillo. Allí, en esa terrible región del infierno, descansa la temida y respetada diosa marina Sedna, de la que hablaremos más adelante.

Tales son algunos de los peligros que corren los esquimales para trasladarse al país de los espíritus.

Los esquimales creen que en torno a estos seres superiores evoluciona una infinidad de espíritus inferiores y de monstruos, favorables a los hombres, los unos, persiguiéndolos encarnizadamente, los otros. Un pequeño ejemplo de ellos es esta pequeña historia: “Cierto día, un angakok se adentró en alta mar persiguiendo una foca, y de pronto se vio rodeado de extraños kayaks. Se trataba de espíritus del fuego que habían acudido a apoderarse de su persona. Pero he aquí que entre ellos se produjo un remolino, y el angakok advirtió que, a su vez, eran perseguidos por un kayak cuya proa se abría y cerraba como una boca inmensa, devorando cuanto se oponía a su paso. Y con la misma presteza con que se habían presentado, desaparecieron. El angakok había sido salvado por su espíritu protector.”

La furia del akhlut.

Dicho todos esto, vamos a hacer un breve repaso de algunas de los monstruos, espíritus y dioses surgidos de la imaginación del pueblo inuit.


AGLOOLIK

En la mitología inuit, Aglooloik es el espíritu tutelar de las cavernas de las focas, que vive bajo el hielo, protegiendo a estos animales de cualquier daño: los cuida y vigila, les proporciona alimento y mantiene los depredadores a raya, lejos de sus cachorros. A su vez, proporciona peces y focas a los pescadores y cazadores, por lo que es considerado un genio favorable.


AGLU

Ser mítico, habitante de las aguas marinas que entró en conflicto con otro monstruo marino llamado Kilu Kpuk (ver: Kili Kpuk), al que venció y desterró a retirarse a tierra firme, aunque debido a su enorme peso, Kilu Kpuk se hundió y todavía está condenado a moverse bajo tierra, abriéndose galerías gracias a la movilidad total de sus defensas delanteras que usa de pico y pala.

AHKIYYINI

En el folklore inuit, el ahkiyyini es un espíritu con forma de esqueleto que toca el tambor para crear desastres, mientras que su baile crea la ruina. Los hombres que a lo largo de su vida se pasan mucho tiempo bailando o tocando tambores, pueden continuar haciéndolo en la muerte como un ahkiyyini. Para hacer música, un ahkiyyini usa el hueso de su brazo como baqueta para batir su escápula, que actúa como un tambor o un xilófono. Cuando golpea este instrumento improvisado, hace temblar el suelo y los ríos se vuelven violentos, destruyendo kayaks, canoas y barcos, y matando a sus pasajeros.

AIPALOOKVIK

El aipalookvik es un espíritu maléfico que vive en el mar. El constante anhelo de destrucción de esta criatura convierte en sus víctimas a todos aquellos que viven cerca del agua o los indefensos barqueros que navegan en ellas. Se lo ha descrito como un cadáver en descomposición que abandona el agua en busca de presas humanas a las que drena su calor corporal, pudiendo, el espíritu que habita el cadáver, acceder a la memoria del difunto y adoptar la personalidad del mismo.

AKHLUT

En la mitología inuit, akhlut es una orca espíritu que toma la forma de un lobo gigantesco o un híbrido lobo-orca cuando está en tierra. Es una bestia peligrosa y viciosa que se aventura en la tierra para cazar humanos y otros animales. Sus huellas pueden reconocerse porque son huellas de lobo que vienen del océano y conducen hacia él, lo que indica que esta criatura está esperando una presa bajo las aguas cercanas. A menudo, los perros que son vistos caminando hacia el océano o dentro de él, son considerados malignos por esta misma circunstancia. Poco se sabe de este espíritu, excepto que cambia de orca a lobo cuando tiene hambre. No hay muchos mitos relacionados con él.


AKSELLOAK

En la mitología inuit akselloak es el espíritu de las rocas bamboleantes, un tornaq (ver: tornaq) considerado como favorable.


AMAROK

Amarok o Amaroq, el espíritu del lobo, es el nombre de un lobo gigantesco proveniente de la mitología inuit que caza y devora a cualquier cazador lo suficientemente estúpido como para cazar de noche. A pesar de que los lobos cazan en manada, Amarok siempre caza solo.


Según cuenta una leyenda, en el origen del mundo tan sólo había un hombre (el Hombre) y una mujer (la Mujer), y no había animales con ellos. La Mujer pidió a Kaila, el dios del cielo, que poblara la Tierra. Entonces, Kaila le ordenó hacer un agujero en el hielo para pescar, y la Mujer fue sacando del agujero, uno a uno, todos los animales, hasta sacar el último: el caribú. El caribú era el mejor regalo que Kaila podía hacer al Hombre y la Mujer, porque alimentaría a su pueblo. Así, el caribú se multiplicó y los hijos del Hombre y la Mujer pudieron cazarlos, comiendo su carne, y tejiendo sus vestidos y confeccionando sus tiendas con sus huesos y pieles. Sin embargo, los humanos siempre elegían los caribús más bellos, más grandes y más fuertes, y de este modo, poco a poco, los caribús más sanos fueron desapareciendo, hasta que, un día, sólo quedaron los animales débiles y enfermos, por lo que los inuit no quisieron cazar más y empezaron a pasar hambre. La mujer se quejó entonces a Kaila, y el dios la volvió a enviar al hielo para que pescara, enviado por Amarok, el espíritu del lobo, que se encargaría de comerse a los caribús débiles y enfermos, de manera que sólo sobrevivieran los caribús con buena salud. Una versión similar dice que, viendo que los inuit empezaban a pasar hambre, Kaila habló con Amarok, el espíritu de los lobos, que vivía cerca de él en el cielo, y le pidió que enviase a los lobos a la tierra para que éstos se comieran los caribús débiles y enfermos. Desde lo alto de una colina, los hombres observaban los lobos, y vieron que después de reunirse en el bosque, la manada de lobos se dirigió sin ruido hacia los caribús que rumiaban tranquilamente. Al ver los lobos, los caribús se agruparon, formando un círculo protector alrededor de los animales débiles y jóvenes, pero los lobos se lanzaron para romper el círculo formado por los caribús, alejando a los más fuertes, para cazar y devorar a los más débiles. Desde aquel día, el espíritu de Amarok reina en el Gran Norte.

Los inuit dejan cazar tranquilos a los lobos, porque saben que el caribú nutre al lobo, pero el lobo mantiene la buena salud de los caribús.

AMAYERSUK

Entre los inuit netsilik, se dice que Amayersuk es una criatura peligrosa con el aspecto de una mujer gigante que tiene un gran espacio en la espalda y roba a los niños.

A-MI’-KUK

Los esquimales del estrecho de Bering hablan del a-mi’-kuk, una extrañísima criatura espigada, de piel parecida al cuero, con cuatro largos brazos, que vive en el mar. Tiene la capacidad de nadar a gran velocidad por el agua, en el hielo y, finalmente, en la tierra. Se dice que estas criaturas viven en ciertos lagos volcánicos del interior de la tierra y que de allí llegan nadando hasta el mar, creando con su paso un canal que seca el lago. Pero cuando regresan, el agua los sigue y llena de nuevo el lago.

ATAKSAK

Vive en el cielo, y su forma es la de una bola. Personifica la alegría. Sobre su vestido brillan varias cuerdas, y su cuerpo brilla también cuando se mueve. Se presenta a los esquimales por mediación del angakok, y es considerado como un espíritu benéfico.

AULANERK

Su vida también transcurre en el mar. Va desnudo, se agita constantemente y da origen al oleaje. Los esquimales ven en él una fuente de alegría.

AUMANIL

Entre los inuit, Aumanil es una especie de dios o espíritu benéfico que vive en tierra y sirve de guía a las ballenas.

AZ’-I-WÛ-GÛM KI-MUKH’-TÎ

Entre los esquimales del estrecho de Bering, es el perro-morsa, un misterioso ser marino con la cabeza, la dentadura y las cuatro patas de perro, pero con una imponente cola de morsa con la que puede matar fácilmente a un hombre. Está cubierto de abundantes escamas y vive con las demás morsas. Es muy agresivo y peligroso con los hombres.


EEYEEKALDUK

De existencia también terrestre, tiene el aspecto de un hombre de corta estatura. Es peligroso mirar sus ojos. Su rostro es negro. Habita en una piedra, y su carácter benévolo se manifiesta en el hecho que cura las enfermedades.

ERQILIK

Erqilik (sing.), erkigdlit (pl.). Ser mítico, miembro de un pueblo de pequeños seres que viven bajo tierra, semejante a los gnomos europeos, pero que tienen el aspecto híbrido de hombre y perro, tal vez reducido sólo al hocico canino o, como considera Rink, figura humana en la parte superior y de perro de cintura para abajo. Tienen el curioso hábito de reír continuamente, pero pese a esta bonachona hilaridad son muy peligrosos. En particular están siempre en busca de mujeres, el deseo de las cuales los vuelve casi locos.


HILAP HINUE

Son los espíritus intermediarios del aire. Viven, por lo general, en el aire, y en todo caso nunca en los lugares cerrados. Tiene las formas más variadas: enanos, gigantes u hombres corrientes, y son los espíritus asistentes de los chamanes (angakoks).

IGNERSUJET

Entre los inuit netsilik, se dice que los ignersujet (“relacionados con el fuego”) son seres que se parecen casi exactamente a los humanos, excepto que los bordes de sus ojos son muy estrechos y nunca duermen.

IJERKET

Entre los inuit netsilik, se dice que los ijerket (“ojos peculiares”) viven en las grietas de las montañas. Por lo general, se parecen a los humanos, excepto por el guiño lateral con los ojos. Son corredores extremadamente rápidos y pueden adelantar al caribú y atraparlos vivos.

IJIRAQ

El ijiraq o ishigaq es un monstruo que rapta a los niños y los esconde para siempre. Su nombre significa “el que se esconde”.  Presuntamente miden cerca de doce pulgadas de altura y se desplazan por el suelo, viviendo más tiempo que los esquimales. Si los niños logran persuadir al ijiraq para que los deje ir, estos encontrarán su camino de regreso mediante el inuksuk de piedra -un inuksuk (pl. inuksuit) es un hito o montículo de piedras construidos y utilizados por los inuit, y otros pueblos de la región del Ártico en Norteamérica.

ILKALU NAPPA

El ilkalu nappa (“medio pez”), también llamado iqalu-nappa, a veces es confundido con la diosa Sedna, ya que, como ella, esta criatura marina tiene un aspecto semejante al de las sirenas marinas, es decir, con cuerpo humano de cintura para arriba, y cola de pez de cintura para abajo. Los hay de ambos sexos.


INGNERSUAK

Ingnersuak (sing.), ingnersuit (pl.). Espíritus marinos que viven en lugares escondidos, entre los hielos, que sólo resultan accesibles por medio de rocas que se abren y se cierran. Según sea su estado de ánimo, adoptan formas diferentes. Los benévolos tienen aspecto humano, con nariz pequeñísima y ojos rojos; ellos protegen a los pescadores y pueden mezclarse con los hombres en los períodos de la marea alta. Su nombre es kutdlit. Los maléficos, en cambio, no tienen nariz en absoluto y son calvos. Tal vez por envidia, su entretenimiento preferido es capturar a los pescadores y cortarles la nariz; su nombre es atdlit.

INUARUGLIGARSUIT

Entre los inuit netsilik, se dice que los inuarugligarsuit son enanos que viven en las montañas. Tienen figura humana y viven exactamente como los esquimales. Las piezas que cazan también son pequeñas, sus osos son poco más grandes que los lemmings. Cuando son vistos por los esquimales, estos enanos tienen la capacidad de crecer en tamaño hasta la altura de los seres humanos comunes.

INUGPASUGSUK

Entre los inuit netsilik, se dice que Inugpasugsuk vivió en tiempos pasados. Era un gigante que atrapaba el salmón con la mano y mataba a las focas con un palo. Tenía tanto miedo y afición por los humanos, que se tomó grandes molestias para no dañarlos.

ISSITÔQ

Así son llamados los espíritus familiares de los chamanes inuit. El nombre significa “ojo gigante”, y hace pensar que se trata de una especie de cíclopes. Tienen piernas cortas y brazos muy largos, y la extraña característica de tener la boca cortada verticalmente.

ITQILIT

Los itqilit son una legendaria raza de hombres-perro, que fue exterminada en una épica lucha contra los inuit.

IVIGTUT

Entre los inuit netsilik, se dice que los ivigtut (“los inquietos”) están asociados con una piedra grande cerca de un río en Iluileq. A pesar de sus figuras humanas, tienen la peculiar habilidad de desaparecer en la gran piedra si son visto por las personas. También existe la creencia de que se alimentan de piedra.

KAK-WHAN’ Û-GHAT-KIG-Û-LU’ NIK

Criatura mencionada por los esquimales del estrecho de Bering. Es el nombre que adoptan ciertas ballenas, que tienen la capacidad de transformarse en animales terrestres en el momento en que muestran esta apariencia terrestre. Generalmente la metamorfosis es en forma de lobo, pero también puede ser de reno. Se han encontrado incisiones que muestran animales terrestres cuyo cuerpo termina en cola de pez, que se supone que representan este monstruo en el momento de metamorfearse.

KALOPALING

Los kalopalit (kalopaling, en singular) son unos misteriosos seres marinos, antaño muy numerosos, pero reducido luego a unos pocos ejemplares. Tienen aspecto humano, con unos grandes pies semejantes a boyas de piel de foca. Están cubiertos de la piel y las plumas de los eider (o urogallos, en algunas versiones); no hablan, sino que tan solo emiten un grito quejumbroso. Son capaces de nadar muy rápidamente, haciendo un gran ruido con los brazos y los pies. Tienen un gran capuchón en el que aprisionan a los hombres caídos de los kayaks. Cuando los esquimales descubren a uno de estos seres adormilado, lo matan con el arpón, porque lo consideran un peligroso enemigo. La carne de los kalopalit es venenosísima, pero en cambio es una buena comida para los perros.

KEELUT

Espíritu terrestre y maléfico, parecido a un perro desprovisto de pelaje.

KILU KPUK

Kilu Kpuk o Kiligvak es un ser mítico, que inicialmente era un habitante de las aguas -su nombre significa la “Ballena Kilu”-. En el mar entró en conflicto con otro monstruo marino llamado Aglu, y fue definitivamente vencido por este último y condenado a retirarse a tierra firme. Pero a causa de su enorme peso, Kilu Kpuk se hundió y todavía está condenado a moverse bajo tierra, abriéndose galerías gracias a la movilidad total de sus defensas delanteras que usa de pico y pala. La pesadez que evoca este ser es tal que en Groenlandia se le atribuyen seis patas para sostener su mole. También dicen que si accidentalmente el Kilu Kpuk llega a travesar la corteza terrestre y respirar el aire, muere inmediatamente. Se ha pensado que la idea de este ser pesado y torpe, dotado de colmillos, que vive bajo el subsuelo, se debe a hallazgos de cuerpo de mamut, a veces perfectamente conservados bajo el hielo.


KINÂK

Es un ser gigantesco que una mujer, huyendo de su cruel marido, caminó sin saberlo durante cinco días enteros a lo largo de su cuerpo, instalándose al final entre sus bigotes, que usaba como leña para hacerse fuego.

KINGMINGOARKULLUK

Vive en tierra y se parece a un esquimal de minúscula estatura. Siempre canta alegres melodías. Espíritu benévolo.

KOODJANUK

Éste es un espíritu de primer orden. En la creación del mundo era una ave de gran tamaño, negra cabeza, ganchudo pico y cuerpo blanco. Es un genio benéfico, que tiene poder para satisfacer los deseos de cuantos recurren a él. Cura también a los enfermos.

KUTJUJAJURQ

Míticas criaturas de aspecto sorprendentemente parecido a los grylloi medievales, compuestas por una cabeza enorme, apoyadas sobre patas dotadas de tres dedos, sin cuerpo ni brazos, y con pechos en las mejillas. Según las leyendas locales son duendes que vagan durante la noche, dando golpes a las paredes de los iglúes. El hallazgo de iglúes parcialmente demolidos se atribuye a las actividades de estos seres.

NAKASUNGNAIKUT

Entre los inuit netsilik, se dice que los Nakasungnaikut no tienen pantorrillas o espinillas. Esto los hace gatear en lugar de caminar. Son comedores de hombres extremadamente peligrosos.

NANOOK

En la religión Inuit, Nanook, Nanuk, o Nanuq (lit. “oso polar”), es el amo de todos los osos, y es quién decide si los cazadores merecen tener éxito, o no, en la búsqueda y caza de los osos polares, y tmbién es quién castiga las violaciones de los tabúes.


Nanuk, el oso polar, es fuerte y poderoso, y los inuit creen que es “casi un hombre”. Los cazadores inuit adoran a este gran oso porque creen que él decide si los cazadores tendrán éxito en sus cacerías. En el pasado, los inuit comían carne de oso polar y usaban su piel para hacer pantalones cálidos para los hombres y kamiks (una especie de botas suaves) para las mujeres. El cazador colgaba la piel del oso en una sección especial de su iglú para mostrarle respeto, donde permanecería durante varios días, y ofrecían al espíritu del oso diferentes objetos simbólicos: armas y otras herramientas de caza si era un macho, y cajas de agujas, raspadores (usados para raspar la grasa) y cuchillos, si era una hembra. Los nativos creían que los osos polares se dejaban matar para obtener las almas de esos objetos (tatkoit), que llevarían con ellos en lo sucesivo. La leyenda dice que si un oso polar es tratado adecuadamente por el cazador que lo mató, su alma compartirá las buenas noticias con otros osos, por lo que éstos estarán ansiosos por ser cazados por él. Por el contrario, si los cazadores no muestran el debido respeto por el espíritu del oso, el resto de osos se mantendrán alejados de ellos.

NANORLUK

Animal parecido a un oso blanco de dimensiones gigantescas, pero totalmente adaptado a la vida marina. Vive en el fondo del agua y sólo sube a la superficie para respirar por agujeros hechos en el hielo, como las focas. Entre los inuit netsilik, se dice que los nanorluk son osos gigantes con un gran gusto por la carne humana. Sus mandíbulas son tan grandes que son capaces de tragarse a hombres enteros, que se ahogan en el vientre del oso.


NARAJET

Entre los inuit netsilik, se dice que los Narajet (“barrigas grandes”) son como los humanos, distinguidos, sin embargo, por sus capacidades chamánicas y carácter glotón: en una sola comida pueden comer una vaca de caribú y su ternero. También son corredores rápidos y excelentes cazadores de caribú.

NOESARNAK

Su vida transcurre asimismo en la tierra. Es un espíritu benéfico, y tiene la forma de una mujer de piernas delgadas. Sus vestidos son de piel de gamo, y lleva una máscara, hecha con la piel de este animal.

NOOTAIKOK

Es el espíritu de los icebergs. De carácter benévolo, tiene por residencia el mar y procura focas a quien lo invoca.

OLUKSAK

Divinidad de los lagos, en cuyas riberas vive. Los Angakoks reciben su inspiración a través de él.

OOMARK

Vive en tierra, y tiene el aspecto de un hombre de talla pequeña, pero robusto. Los mortales corren peligro al verlo. Debe ser tratado con muchos miramientos.

OOYARRAUYAMITOK

Esta divinidad no tiene una residencia claramente definida. A veces se sitúa en la tierra, y en ocasiones, en el cielo. Si es respetada e invocada, proporciona carne a los inuit o, por lo menos, el medio de procurársela.

PAL RAI YUK

Mencionado por los esquimales de Alaska. Hipotético animal marino muy feroz, del que tan sólo se ha llegado a ver, a veces, la cabeza y el cuello, que sobresale de dos a tres metros del agua y que son semejantes, en cuanto a forma, a los de una serpiente. Según los nativos, se trataría de un animal que agrede a las embarcaciones; algunas representaciones del estrecho de Bering lo muestran con una cabeza extrañamente parecida a la del caimán, un cuerpo largo y delgado, y seis patas; en la parte posterior de la cabeza tiene dos cuernos cortos puntiagudos. Este animal recibe el nombre de Pal Rai Yuk en la isla de Nunivak, y Tizheruk en la King Island.


PUKKEENEGAK

Este espíritu, de apariencia femenina, tiene el rostro tatuado. Calza grandes botas y viste graciosos trajes. Se la considera de carácter benéfico, ya que proporciona alimentos y materiales para confeccionar vestidos. Da también hijos a las mujeres esquimales.

QALUNEQ

Hijo del mar y de una mujer terrenal, tenía el aspecto híbrido de un hombre de cintura para arriba y de foca por debajo. Su gestación fue particularmente laboriosa y duró seis años. Qaluneq podía matar a cualquiera con la mirada; gracias a esta habilidad era el más hábil de los cazadores de focas y ballenas. Pero a causa de su forma híbrida no encontraba a ninguna muchacha dispuesta a casarse con él. Entonces se hizo con las alas de un pájaro gigantesco y, volando, encontró a una chica que le gustó, la raptó y tuvo un hijo con ella. Habiendo asegurado así una estirpe futura, regresó con su padre, el Mar.

QALUPALIK

El qalupalik es una criatura parecida a un ser humano que vive en el mar, con cabello largo, piel verde y uñas largas. El mito cuenta que  los qalupaliks usan una amauti (pl. amautiit), una forma de bolsa que los padres inuit usan para llevar a sus hijos, para poder llevarse a los bebés y los niños que desobedecen a sus padres. Esta historia era usada para evitar que los niños se vagaran solos o se alejaran, contándoles que los qalupalik tomaban a los niños en su amauti para llevárselos bajo las aguas, reteniéndolos allí para siempre.


Se dice que los qalupaliks emiten un zumbido distintivo; por lo tanto, pueden ser oídos antes de que aparezcan.

QUINQUERN

Quinquern (o qiqirn, o qiqion), es un animal fantástico, cuyas apariciones en los pueblos presagian acontecimientos excepcionales, tanto en sentido positivo como negativo. Es un enorme perro con seis u ocho patas, pero que no tiene dientes ni pelo, salvo unos mechones alrededor de la boca, en los pies, en las orejas y en la punta de la cola.

SEDNA

Entre los esquimales, Sedna es la diosa del mar, y tal vez su divinidad más importante. De ella depende la vida de los animales marinos, ella es quién permite una pesca más o menos fructuosa y, en definitiva, dispone de la propia vida de los esquimales. Sedna se siente ofendida por varias infracciones de las normas morales, destacando ante todo las relativas a los animales, a los homicidios y las de orden sexual. Como consecuencia de faltas de este tipo no duda en bloquear la pesca, causando graves carestías.


Existen muchas versiones del mito de Sedna. La más conocida habla de una muchacha que rechazaba a todos sus futuros maridos, hasta que el padre de ella, furioso ante sus continuos rechazos, la obligó a casare con uno de sus perros. Los hijos engendrados en esta unión se convirtieron en los antepasados de los blancos y los indios. A continuación la joven fue inducida a casarse con un petrel. Su padre y sus hermanos fueron a secuestrarla, para robársela a su extraño esposo (no más extraño, por otra parte, que el que ellos mismos le habían impuesto anteriormente). Pero el petrel, furioso, persiguió el barco de los raptores, provocando una gran tempestad. El padre, asustado, arrojó a su hija al agua y, dado que ésta se aferraba a los bordes de la barca, le cortó los dedos para mandarla al fondo. De los dedos cortados nacieron ballenas, focas y otros animales marinos; y Sedna se hundió en los abismos marinos, dónde aún hoy es la reina de los peces.


En la iconografía generalmente se representa a Sedna como una sirena marina, aunque a veces su cuerpo es de foca y no de pez, y otras veces el único componente humano que conserva es la cabeza injertada en un cuerpo ictiomorfo, con o sin la presencia de brazos. El nombre Sedna, adoptado comúnmente por los occidentales para nombrarla, nunca ha sido utilizado por los inuit. Parece, en efecto, que sólo se trata de un locativo, que significa “la que está lejos y abajo”. Existen muchísimos otros nombres personales de la diosa. Entre los de uso más frecuente tenemos Takanakapsaluk (“el ser terrible de las profundidades”), o Takanaluk Amaaluk (“la mujer de las profundidades”), o Uinigumisuitok (“la que no deseaba marido”). Otros nombres más circunscritos geográficamente son Arnakäpsaluk, Arnaquagsak, Aviliajog, Kannakapfaluq, Kavna, Nerrivik, Nuljaluq, Sättuma Eeva, Taleelayu, o Tallulyuk. El nombre Ilkalu Nappa (“medio pez”), parece no hacer referencia a la diosa, sino a seres marinos.


TAGLERQET

Entre los inuit netsilik, se dice que los taglerqet son sombras que se mueven rápido, con figura humana. Viven y cazan como los esquimales, pero son invisibles y no se pueden ver hasta que mueran.

TARIAKSUQ

En la mitología inuit, el tariaksuq -o taqriaqsuk, taqriaqsuq, tarriaksuk, tarriaksuq, tarriassuk, o tarriassuq (plural: “gente-sombra”, taqriaqsuit, tariaksuit, tarriaksuit, o tarriassuit)- es una criatura relacionada con las sombras, la invisibilidad y la oscuridad.

Se dice que, en su mayor parte, son igual que cualquier otro ser humano. Tienen casas, familias, armas, herramientas y más. Sin embargo, se diferencian de las personas normales en que no son visibles si se los mira directamente. Al mirarlos directamente, desaparecen en el mundo separado que ocupan, aparte del nuestro, o solo son vistos por la sombra que proyectan. Sólo se hacen visibles si son asesinados.

Aparte de la extraña condición de su visibilidad, también se sabe que sólo pueden capturar presas mientras las cazan a pie.

TEKKEITSERTOK

En la mitología inuit, Tekkeitsertok es el dios de la tierra y el señor de todos los caribús, por lo que es considerado uno de los dioses de la caza más importantes de este pueblo. También es el protector de aquellas criaturas que entren en cualquier parte del cielo del norte, y tiene el poder de brindar ayuda a las criaturas que entran a su propiedad, o bien de expulsarlos del área. Su poder es superior al de las demás divinidades juntas. Cada año, antes de que empiece la época de caza, se le dedican numerosos sacrificios.

TI’-SIKH-PUK

Ti’-sikh-puk es el “Gran Gusano” que aparece en muchas leyendas de la zona del Estrecho de Bering. Surge en los tiempos en que los animales tenían la capacidad de adoptar forma humana. Se representa como un gusano gigantesco con la cabeza humana.


TIZHERUK

Ver: Pal Rai Yuk.

TOOTEGA

En la mitología inuit, Tootega es una anciana diosa muy sabia, cuya figura es la de una mujer muy pequeña, que vive en una isla, en una choza de piedra y tiene la capacidad de caminar sobre las aguas.

TORNAQ

Tornaq (sing.), tornait (pl.). Nombre genérico de los espíritus malignos que viven en el interior de las masas de piedra y que tienen un solo ojo. Cuando una piedra rueda detrás de una persona, quiere decir que el tornaq que vive en ella le ofrece su protección. Los tornait son de tres especies: con forma humana, con forma de piedra o con forma de oso. Estos últimos son los más potentes y más buscados por los angakok (chamanes), que los convierten en sus espíritus guardianes.

TOTALET

Entre los inuit netsilik, se dice que los totalet (hombre foca) se parecen tanto a los humanos como a las focas.

TOTANGUARSUK

Entre los inuit netsilik, se dice que el totanguarsuk es el espíritu de la figura de cuerda o juego del cordel (muy popular entre los inuit). Es un ser muy peligroso que ataca a las mujeres y a los que se entregan a jugar excesivamente con figuras de cuerdas o juegos de cordel.


TUNEQ

Tuneq (sing.), tornit, tunrit (pl.). Fabulosa raza de gigantes que los esquimales creen que vivieron antes que ellos en los territorios del norte. Eran mucho más grandes que los hombres y tenían los brazos largos, las piernas largas y ojos con frecuencia torcidos. Eran muy fuertes y conseguían desplazar rocas, pero también eran muy asustadizos y evitaban el contacto con otros seres humanos. Su civilización era muy primitiva: no usaban los arcos ni los kayaks y no sabían curtir la piel de foca. No cocían los alimentos, los dejaban pudrir y se los comían después de calentarlos manteniéndolos entre las costillas y el vientre. Desaparecieron al ponerse en contacto con los inuit, quienes, aprovechándose de su estado salvaje y de su estupidez, los exterminaron. En la tierra de Baffin los llaman toonijuk.

TUPILAK

Tupilak, tupilaq. Nombre genérico de seres demoníacos que representan los espíritus de los muertos. Son muy temidos y se procura mantenerlos alejados de las casas, a las que quieren regresar. Una simple rozadura con ellos resulta mortal e incluso una sola mirada provoca enfermedades. En Groenlandia, en cambio, el tupilak tiene algún punto de contacto con el zombi haitiano; es un ser vivificado por un brujo (angakok), con el fin de destruir a algún enemigo. Se confecciona con partes pertenecientes a varios animales; y luego el monstruo puede adoptar el aspecto de cualquiera de dichos animales.


TUTUATIN

Ser fabuloso, humanoide con el cuerpo peludo, del que hablan los inuit del estrecho de Smith.

UGJUKNARPAK

Esta criatura es similar en apariencia a un ratón grande, de tamaño humano. Tiene una cola prensil. Es rápido, tiene un oído excelente y su piel es impenetrable para todas las armas, excepto las mágicas. El ugjuknarpak se esconde debajo de canoas volcadas, y desde esa posición, atrapa a las presas humanas que vagan demasiado cerca con su larga cola. Nadie se atreve a acercarse a su guarida.


UISSUIT

Misterioso pueblo de enanos que viven en las profundidades marinas. Los hay machos y hembras, pero nunca se les ve fuera del agua. Aunque con un truco se consigue pescarlos en las profundidades marinas, antes de salir siempre consiguen volver al fondo, de modo que a veces se les ha podido ver las piernas.

WI’-LU-GHO-YUK

Animal marino muy parecido a la musaraña, que vive en los glaciares y en los icebergs, según os esquimales del estrecho de Bering. Cuando ve a un hombre corre a su encuentro, agujerea su calzado, se introduce dentro de sus vestiduras y rápidamente recorre todo su cuerpo. Si el hombre permanece completamente inmóvil, el animal no le hace daño y además, a partir de ese momento, el hombre será muy afortunado en la caza. Si, en cambio, se mueve, la bestia penetra en sus carnes, alcanza su corazón, y lo mata.

BIBLIOGRAFÍA

  • BALIKCI, Asen. The Netsilik Skimo. Waveland Press Inc., 1970.
  • BILBY, Julian W. Among Unknown Skimo. Seeley Service & Co, 1923.
  • GUIRAND, F. Mitología general. Editorial Labor S.A., 1962.
  • HALPIN, Marjorie M. Manlike Monsters on Trial. Early Records and Modern Evidence. University of British Columbia Press, 1980.
  • IZZY, Massimo. Diccionario ilustrado de los monstruos. José D. De Olañeta, Editor, 1996.
  • MERKUR, Daniel. Powers Which We Do Not Know: The Gods and Spirits of the Inuit. University of Idaho Press, 1991.
  • PECK, Edmund James. Apostle to the Inuit. University of Toronto Press Incorporated, 1996.
  • ROSE, Carol. Spirits, Fairies, Gnomes and Goblins: An Encyclopedia of the Little People. ABC-CLIO, 1996.
  • VARNER, Gary R. Creatures in the Mist: Little People, Wild Men and Spirit Beings around the World. Algora Publishing, 2007.


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    sábado, 10 de noviembre de 2018

    LA LLEGENDA DE LA CUCAFERA DE TORTOSA

    De cuques feres n’hi ha tot un plegat de repartides per terres catalanes, però sense cap mena de dubte la més coneguda de totes elles és la Cucafera de Tortosa, convertida en un dels símbols més emblemàtics de la ciutat. La llegenda d’aquesta criatura es troba repartida per diferents indrets geogràfics de la comarca del Baix Ebre, que ens porten a indrets com la platja de la Punta del Fangar -al municipi de Deltebre-, o la ciutat de Tortosa i les seves rodalies, fins a la Vall d’en Rubí, on trobem la bassa d’en Xaco i la cova d’en Rubí, que formen part de la seva història. Apa, doncs, fem ara un breu repàs al passat, real i llegendari, de la Cucafera!

    La Cucafera de Tortosa.

    UNA MICA D’HISTÒRIA...

    La Cucafera de Tortosa és un dels monstres més emblemàtics del bestiari popular català, i en aquesta ciutat, la Cucafera no ve pas tota sola, sinó que l’acompanyen els seus fills: dues petites cuques feres que són coneguts com els cucaferons, havent-hi un de cada sexe.

    La seva existència, tan de la mare com de les filles, es remunta al segle XVI, i cap a l’any 1600 la Cucafera ja tenia guanyada la seva fama, apareixent en un poema de Francesc Vicent Garcia i Torres (1582-1623), més conegut com el Rector de Vallfogona, dedicat “A la Cuca-fera de Tortosa propria de la confraria dels pescadors d’aquella ciutat, que fentse la prosesó del Corpus Christi, disconcertà ab una morrada sis flautas de un organét portatil”.

    Pel que fa a les filles, el Rector de Vallfogona en dona la partida de naixement, accidentat i masculí segons ell: “Y de pur regirament / lo ventre de Bocaram / avorta els Cuca-ferons / com uns minyons de quinze anys”.

    El riu Ebre pel seu pas per Tortosa...

    Tradicionalment, aquesta bèstia  precedia la processó del Corpus Christi de la ciutat de Tortosa com una representació de la idolatria o l’heretgia, però avui en dia les cuques feres surten per les festes de la Mare de Déu de la Cinta i altres celebracions locals, a més a més de participar en moltes altres processons de caràcter més festiu arreu de les terres catalanes.

    Joan Amades (1890-1959), en el seu Costumari Català, diu: “La Ciutat de Tortosa ha conservat fins ara uns exemplars notables d’aquesta fauna mitològica, d’espècie diferent, de difícil classificar, per bé que volen semblar tortugues. Són qualificades de Cuquesferes. Són tres: una de grossa que vol figurar la mare, i dues de xiques, que són les filles... per efecte d’un dispositiu especial obren i tanquen la boca, i en cloure-la produeixen un petar especial de dents, que fa esporuguir la mainada, a la qual hom explica que cada dia es menja tretze gats i tres infants vius”.

    Un dels cucaferons de la Cucafera de Tortosa.

    A partir d’aquest punt passem a la llegenda...

    BREU DESCRIPCIÓ DE LA CUCAFERA

    Les cuques feres són uns monstres o animals difícils de classificar; no són víbria ni tortuga, però semblen talment una barreja de tots dos. Tenen el cos cobert per una gran closca feta d’escates, i el seu cap recorda al d’un drac o cocodril que estira i arronsa el coll, tot obrint i tancant la boca amb força soroll, fent petar els dents. Del règim alimentari no se’n té notícia, però hi ha qui explica que cada dia es menja tretze gats i tres infants vius.

    LA LLEGENDA DE LA TROBALLA DE LA CUCAFERA

    Hi ha una antiga llegenda, recentment popularitzada, que definia a la Cucafera com una mena de bèstia mitològica propera a una tortuga que va ser caçada després de quedar encallada al Fangar, en el municipi de Deltebre. Es tractaria doncs, d’una espècie de toruga marina monstruosa. Els pescadors que la van capturar i dominar la van dur a Tortosa per exhibir-la, però allí va morir. Per recordar aquella gesta, es va fer una reproducció d’aquella estranya criatura perquè sortís amb la Confraria de Pescadors de Sant Pere durant la processó de Corpus, tot i que posteriorment va passar a la Confraria de la Cinta.

    La platja del Fangar.

    A partir d’aquesta llegenda hi ha reculls literaris, com el realitzat per Francesc Vicent Garcia i Torres (1582-1623), el ciutadà tortosí popularment conegut com el Rector de Vallfogona, que descriuen la participació de la Cucafera a la celebració del Corpus i el seu comportament ferotge i lúdic que espanta la gent.

    Dunes de la platja del Fangar.

    LA LLEGENDA DEL RUFOLET I LA PRINCESA RUBÍ

    Posterior és una altra llegenda que conta que, fa molts anys, arribà a Tortosa un jove d’una talla fora del corrent de tant alt com era. De nom li deien Rufolet i venia d’un país molt llunyà per a rescatar una princesa, Rubí, qui havia estat encantada per un bruixot i amagada a una cova prop de Tortosa.

    La vall d'en Rubí.

    S’encaminà, sortint pel portal de Remolins, a la bassa de Xaco. Pel camí sentí uns forts crits i, en atansar-se a una bassa, veié un follet que s’estava ofegant. Amb dues passes entrà a la bassa i el tragué. Aquest, en agraïment, el portà fins a la cova on estava Rubí i l’alertà de la presència d’una bestiola estranya que treia foc pels ulls i bromera per la boca. El follet explicà a Rufolet que la bestiola, a qui anomenaven Cucafera, perdria els seus poders i força si li tallaven la cua i les orelles.

    La bassa d'en Xaco.

    En entrar a la cova per salvar a Rubí aparegué amenaçant la Cucafera. El follet, a qui anomenaven Xaco, i els seus companys Pepo, Guari, Canasta, Xanca, Moixina i Mut havien esmolat molt bé l’espasa de Rufolet, qui d’un cop va poder tallar la cua i les orelles de la Cucafera i es convertí, d’aquesta manera, en una bèstia mansa.

    La cova d'en Rubí.

    Després de tot, Rufolet, Rubí, els follets i la cucafera tornaren cap a Tortosa. En entrar a la ciutat trobaren dolçainers i tambors que anaven a tocar a la processó de Corpus. Tots plegats formaren una estranya comitiva que embadalí tots els ciutadans. Des de llavors, tots ells obren la processó de Corpus, tot i que avui ja no són de carn i ossos, perquè se’n van anar tots al país de Rufolet i encara no han tornat.

    La cova d'en Rubí, detall.

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    domingo, 4 de noviembre de 2018

    LA LLEGENDA DELS CAMPANARS DE SANT CLIMENT DE TAÜLL, SANTA EULÀLIA D’ERILL LA VALL I SANT JOAN DE BOÍ

    El conjunt d’esglésies romàniques de la Vall de Boí, nou d’elles declarades com Patrimoni de la Humanitat per la UNESCO, es troben repartides entre els diferents pobles d’aquest municipi, a la comarca de l’Alta Ribagorça. De totes elles, tres en concret, no només comparteixen el mateix estil arquitectònic, sinó que a més a més estan estretament lligades per una llegenda comuna; són les esglésies de Sant Climent de Taüll, Santa Eulàlia d’Erill la Vall i Sant Joan de Boí. La història, que uneix el destí d’aquestes tres esglésies, i més concretament dels seus campanars, us la explicarem a continuació.

    L'església de Sant Climent de Taüll.

    En el seu llibre Muntanyes Maleïdes, Pep Coll recull una llegenda que ens explica que en temps antics, a Taüll, vivia un jove de bona planta i més bon cor encara, que es deia Climent, i era l’hereu de la millor hisenda del poble. No hi havia pobre que passés per aquest poble, que no fos acollit a casa seva i sortís ben content i servit. El cas és, que aquest jove festejava amb l’Eulàlia d’Erill la Vall, una fadrina tan virtuosa i de bona família com ell. Ambdós festejaven, i el Climent tot sovint baixava de Taüll per veure a l’Eulàlia a Erill la Vall, i allà passaven unes hores junts, però quan ell se n’havia de tornar cap amunt, la noia es quedava molt trista.

    Així, per no passar tantes hores sense tenir noticies del seu estimat, l’Eulàlia va fer  alçar una torre de sis pisos, ben alta, de manera que pogués guaitar la casa de Taüll on vivia el seu xicot. Poc temps després, a Taüll, el xicot també edificava una torre similar, també de sis pisos d’alçada, de manera que, des de llavors, els dos amants podien passar llargues estones al cap d’aquell mirador fent-se l’aleta l’un a l’altre, de dia amb draps de colors i de nit amb teies.

    Però com passa tant sovint, no hi ha dos sense tres! Així, resulta que un xicot anomenat Joan que vivia a Boí -just el poble que es troba a mig camí de Taüll i Erill la Vall-, també es va encapritxar de l’Eulàlia, ja fos per la seva bellesa o les seves maneres. Aquest jove era molt bon xicot però més pobre que una rata. Tot i això, per tal demostrar el seu amor a l’Eulàlia, el Joan va començar a bastir una torre a Boí  per tal de poder-la espiar des de casa i, atès que els tres pobles es troben alineats en línia recta, fer ombra al seu rival de Taüll, ja que li impediria la vista de la seva estimada. Però si falten els diners, alguns somnis mai s’aconsegueixen; així que, quan el Joan ja havia edificat tres pisos del mirador, la seva bossa va quedar ben buida i ho va tenir que deixar córrer. Durant molt de temps, el  pobre xicot observava, tot resignat, com els amants festejaven nit i dia amb senyals que es feien per damunt del seu cap. Com es pot suposar, la noia sabia que el Joan també li feia l’aleta, però ella preferia el Climent, que tenia millor hisenda.

    L'església de Santa Eulàlia d'Erill la Vall.

    Al cap d’un temps, quan tothom ja parlava de casament, el Climent es va posar malalt i va morir poc després. Uns dies més tard, l’Eulàlia va anar a trobar d’amagat el Joan. La noia, amb llàgrimes als ulls, li va confessar que esperava una criatura del Climent i li demanava que es casés amb ella perquè la relliscada no quedés al descobert, però advertint-lo que, a partir d’aquell punt, ella tenia la intenció de romandre pura pel que li quedés de vida. El Joan, tot i la duresa de la condició, ho va acceptar sense pensar-s’ho gaire, ja que, per tal de tenir l’Eulàlia a la vora, hauria fet tot el que ella li hagués demanat.

    Uns mesos després de casats, va néixer la criatura, que el Joan tractà des del primer moment com a fill propi, encara que en realitat no hi tingués res a veure. La parella va dur una vida tan virtuosa i exemplar que, un cop morts, el Sant Pare de Roma els va canonitzar, juntament amb el Climent de Taüll, que com hem dit, també va ser molt bon xicot.

    En homenatge, els pobles on havien nascut cadascun d’aquests  joves els van adoptar com sants patrons i van convertir les seves cases en esglésies, i les torres en els seus campanars.

    Aquesta història explica per què els tres campanars de Taüll, Boí i Erill la Vall tracen una línia recta, i per què els de Taüll i Erill la Vall són més alts, esvelts i espigats, mentre que el de Boí és més baix i rabassut.

    L'església de Sant Joan de Boí.

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    sábado, 3 de noviembre de 2018

    LA LLEGENDA DE LA ROCA DEL SANTET

    Just al punt on es troba el límit de Viella (Vielha, en aranès) -al municipi de Viella i Mitjaran (Vielha e Mijaran), a la comarca de la Vall d’Aran (Val d’Aran)-, Senet -al municipi de Vilaller, a la comarca de l’Alta Ribagorça-, i els límits d’aquests amb Aragó, molt a prop del refugi de Conangles, trobem una gran roca vora la carretera N-230 coneguda com la Roca del Santet. En el seu llibre Muntanyes Maleïdes, Pep Coll ens explica la llegenda d’aquesta roca que és el partió natural d’aquests dos pobles i els seus respectius municipis.

    La Roca del Santet.

    Segons recull Pep Coll: “Senet i Viella són dos pobles veïns. De l’un a l’altre, però, hi ha cinc o sis hores de distància per camins de muntanya. L’any de la picor, quan es van fundar aquest pobles, els aranesos i ribagorçans es van reunir per determinar l’indret on havien de plantar les fites de divisió de terme. Després de moltes discussions, van acordar de decidir-ho en una carrera. Cada poble escolliria un home, valent i caminador, i a una hora convinguda sortiria corrent en direcció a l’altre poble. Allí on es trobessin, plantarien la fita.

    Els de Senet van triar un jove molt caminador i li van donar una bona berena perquè tingués més forces: un formatge, un xorís i una bóta de vi. El xicot, que passava més gana que coneixement, es va cruspir tot el masco amb quatre mossegades. I encabat, vinga traguets de vi, fins que la bóta va quedar ben escorreguda. Al cap d’una hora de camí, una mica més amunt del barranc de Beciberri, es va arreposar al peu d’una roca. “Descansaré una mica, bé tinc prou temps”, va pensar, amb el cap una mica enterbolinat.

    La Roca del Santet, entre la Vall d'Aran i l'Alta Ribagorça.

    Els de Viella, en canvi, no li havien donat ni menjar ni beure, al seu home. Això sí , li havien promès una bona picossada de diners. L’aranès, que també tenia bona cama, va enfilar com un isard la vall del riu Nere, i després el riu de Fontfreda i el canal del Port. Molt de tant en tant, s’aturava per amorrar-se a una tolla del barranc. Coronat el Port de Viella, no va veure al seu contrincant en part del món, tal com temia. Llavors va saltar pel dret les marrades de la Girgosa , travessà la Font i el pla de l’Espona, i avall que fa baixada! Fins una estona més avall del Pla de l’Hospital, no va trobar el seu competidor, clapant al peu d’una roca. No s’havia tornat a aixecar : el vi de la bóta li havia segat les cames.

    Des d’aquella feta, aquesta pedra -coneguda com la Roca del Santet perquè hi havia una capelleta dedicada a Sant Nicolau- és la fita que separa els termes de Senet i de Viella. Per això, encara avui, la Vall d’Aran comença en aigües ribagorçanes, un parell de quilòmetres abans de la Boca-sud del túnel.”

    DOCUMENTACIÓ FOTOGRÀFICA EXTRA

    A continuació us deixem algunes de les fotografies que vàrem prendre de la Roca del Santet i les seves rodalies, que espero que us ajudin a situar-vos dins del marc de la llegenda que us hem explicat.

    La Roca del Santet.

    La Roca del Santet, vora la carretera N-230.

    La Roca del Santet, just al límit de la Vall d'Aran.

    Añadir leyenda

    Paisatge al voltant de la Roca del Santet.

    El Santet (Eth Santet, en aranès), Vall d'Aran, a l'altre costat de la carretera.

    El riu Noguera Ribagorçana, a pocs metres de la Roca del Santet.

    El riu Noguera Ribagorçana.

    A l'altra costat de la carretera, ja tenim la provincia d'Osca, Aragó.

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    LLEGENDES DEL CASTELL DE MALMERCAT

    El castell de Bielsa o Malmercat, conegut també, popularment, com Casa Macareno, és troba al capdamunt del poble de Malmercat, al terme municipal de Soriguera, a la comarca del Pallars Sobirà. Esmentat per primer cop l’any 1122, originàriament era una obra de certa magnitud, però la construcció ha estat molt afectada per constants remodelacions que ha sofert i avui en dia està força compartimentada, formant diferents habitatges. Sigui com sigui, aquest edifici ha donat origen a un bon grapat de llegendes que us explicarem tot seguit.

    El castell de Bielsa o castell de Malmercat.

    EL DRAC DE SAVERNEDA O DRAC DE MALMERCAT

    Segons una llegenda popular, en el terme de Malmercat, i més concretament en un lloc conegut com el forat del Drac o cova del Drac, molt a prop de la casa de Saverneda, hi vivia un enorme drac que es cruspia el bestiar i les persones com qui res. Aquesta cavitat, que encara podem veure avui en dia, ha estat coneguda de sempre i utilitzada per la gent de la casa de Saverneda com a rebost, i a l’interior de la mateixa encara s’hi conserva l’escala per accedir-hi i part de l’edificació. El cas és que, per aquell temps, era molt el mal que causava aquesta fera, motiu pel qual, finalment, el senyor de Malmercat va decidir enfrontar-s’hi en persona. Però deixem que sigui en Joan Amades (1890-1959) qui ens expliqui la versió d’aquesta llegenda:

    Drac.

    “Es atribuïda al seu senyor (es refereix al senyor de Malmercat) la mort d’un terrible drac que van deixar els alarbs quan, empaitats pel comte de Pallars, hagueren de deixar aquelles terres. La bèstia vivia en una profunda cova dita del Drac, que té dos estanyols al seu interior, situada prop de Sorigueres (Soriguera), en el terme de la casa coneguda per Sa Verneda (Saverneda). La fera era el terror del país: s’havia menjat no poques persones, entre elles més d’un cavaller del temple que des de el seu castell d’Embiny (Enviny) havia tractat d’atacar-la.

    El cavaller de Malmercat tingué un enginy, i fou abraonar contra la fera tota una trepa de gossos llebrers que portaven el coll guardat per amples collars de ferro ben cosits de llargues i afinades punxes. En intentar atacar-los es ferí i, si bé en matà molts, d’altres la feriren a mossegades i punxades. Quan ferida, sortí del cau, el cavaller l’esperava i amb la llança la va acabar de matar. Per aquesta gesta tan solemne prengué com a divisa per al seu escut la ferotge figura d’un drac, que encara es pot veure gravada a la portalada del castell de Malmercat.”

    La cova o forat del Drac, Saverneda.

    Si la figura del drac encara està gravada en la portalada del castell, nosaltres no la vàrem saber trobar.

    En una altra versió molt similar d’aquesta llegenda, el senyor de Malmercat no va acompanyat de tot un estol de gossos, sinó només d’un de sol, vestit i recobert de navalles i ganivets, i tots dos junts s’abraonen contra la fera, donant-li fi.

    Però segons conta la història, no és aquest l’únic drac de Malmercat, doncs sembla que n’hi va haver un de molt més sinistre, i que va fer molts més morts, no a les rodalies de Malmercat, sinó en el seu mateix castell. Però això ja és una altra llegenda de la qual us explicarem dues versions a continuació.

    EL DRAC DEL CASTELL DEL SENYOR DE MALMERCAT

    Si bé algunes llegendes ens parlen d’un veritable drac, altres, molt més sinistres ens parlen d’un drac que no era tal, sinó una mena de trampa o enginy que el senyor de Malmercat tenia dins del seu castell, i que feia servir contra els seus propis súbdits, especialment quan el contrariaven o parlaven malament sobre els seus mals usos.

    Així, Joan Bellmunt i Figueras, diu que “La veritable llegenda, la conten els temorosos i soferts vassalls d’aquell senyor, del qual es diu que quan tenia alguna cosa contra algú l’enviava a buscar. Els seus vassalls així ho feien i portaven la persona en qüestió fins a la porta de l’estança on ell es trobava. Al obrir-la s’hi veia un llarg i estret passadís que, al fons, donava accés a una sala on hi havia el senyor assegut darrere la taula.

    -Acosta’t -deia l’amo- que vull parlar amb tu!

    Aleshores, l’infortunat anava avançant, però mai arribaria on es trobava el senyor de Malmercat, ja que en el passadís se li obria una trampa als peus que l’engolia per sempre.

    Van ser-ne alguns els que van començar a caminar aquella porta vers la taula del senyor però mai hi van arribar.”


    Restes del mur de l'antic castell amb obra nova.

    Tot i que similar, molt més extensa és la versió que Pere Català i Roca (1923-2009) recull en el seu llibre Llegendes de castells catalans. Ens explica que en temps antics, en el poble de Malmercat hi havia un senyor que tenia dret a tot, era amo de les persones i de totes les terres del terme. D’aquelles persones que no els hi venien bé o de gust, en feia el que volia. Deien que tenia un drac que tot ho engolia, i quan una persona no volia combregar amb les seves rodes de molí, ja començava a córrer la veu per la comarca que el drac del senyor de Malmercat tenia fam. Quan un home faltava de casa seva, el sortien a buscar, i si als tres dies no trobaven el rastre, deien: “Se l’ha menjat lo drac de Malmercat”. I d’aquesta manera en faltaven molts, d’homes i homes, per aquest país.

    Llavors no hi havia llei ni justícia per segons qui. Només hi havia aquesta: l’home que no estès conforme amb les voluntats del senyor del castell de Malmercat, el prenien una nit fosca i el feien acudir davant del senyor , i aquest no feia res més que malmirar-se’l i manava que el fessin passar pel forat del drac.

    Aquest forat es trobava a la mateixa casa del senyor de Malmercat. I quan havia manat la seva voluntat, un parell d’homes forçuts, d’aquells que servien al senyor, el prenien i el tancaven en un quartet que portava a un corredor molt llarg i fosc, que en deien la gargamella del drac, i del quartet, la boca del drac. L’empresonat, al veure’s tancat, anava seguint amb desfici aquell corredor buscant una manera de fugir, i el que trobava ben aviat era el ventall del forat de la mort.

    I allò era una mena de trampolí que hi havia al final del corredor, afinat com una balança. El pobre confiat marxava confiat en poder escapar, i tot d’una era abalançat i llançat al fons d’un pou per no eixir-ne mai més en vida. Al fons d’aquell pou hi havia una portella que es comunicava amb la panxa del drac, que era un forat que tenia l’eixida per damunt de la masia de Saverneda (es refereix a la cova o forat del Drac). Els homes del senyor s’hi escolaven de negra nit i treien el cos del pobre desgraciat per enterrar-lo per les rodalies del bosc, o bé se’l menjaven les feres saltvagines.

    Però la veritable llegenda la conten els temorosos i soferts vassalls d’aquell senyor, del qual es diu que quan tenia alguna cosa contra algú l’enviava a buscar. Els seus vassalls així ho feien i portaven la persona en qüestió fins a la porta de l’estança on ell es trobava. Al obrir-la s’hi veia un llarg i estret passadís que, al fons, donava accés a una sala on hi havia el senyor assegut darrere la taula.

    -Acosta’t -deia l’amo- que vull parlar amb tu!

    Aleshores, l’infortunat anava avançant, però mai arribaria on es trobava el senyor de Malmercat, ja que en el passadís se li obria una trampa als peus que l’engolia per sempre.

    Van ser-ne alguns els que van començar a caminar aquella porta vers la taula del senyor però mai hi van arribar.

    I potser això encara seria així, si no fos perquè la nissaga d’aquests senyors finalment es va acabar, el que ens porta a una altra llegenda.

    LA FI DEL SENYOR DE MALMERCAT

    Joan Lluís i Pallarés (1912-1999), en la seva obra El meu Pallars, ens explica una llegenda que marca la fi del senyor de Malmercat, de la qual aquí en faré una transcripció una mica lliure:

    Diuen les veus que d’aquella ronda de senyoriu no en va sortir cap senyor bo. Tots eren uns malvats de caps a peus -si més no, si se’n va salvar algun, va ser aquell cavaller que va acabar amb l’autèntic drac de Malmercat, si és que realment aquest va existir mai, cosa que nosaltres no posarem en dubte-. El cas és que un d’aquests senyors de Malmercat es va assabentar que a Tornafort hi havia un parell de fadrines molt boniques, i rossegat per la lascívia, el gormand del senyor se’n va pescar una idea i va fer acudir al seu casal els pares i germans d’aquelles noies tan formoses, per fer-los seguir el camí del drac i cruspir-se així, sense que ja ningú s’hi oposes, les donzelles.

    Part de l'antic castell sobre un dels carrers de Malmercat.

    Però sembla ser que entre els homes que va fer cridar i que ja feien camí cap al castell del senyor de Malmercat, hi havia un anomenat Valentí, que tenia la força d’un gegant i que era el germà d’una d’aquelles fadrines, i era prou astut i valent.

    Mentre baixaven pel camí que porta de Tornafort a Malmercat, ell va dir als altres:

    -Això d’avui no em fa bona espina!

    I tots li van preguntar mig esverats:

    -Què vols dir, amb això?

    I el Valentí de Tornafort digué:

    -L’altre dia li vaig veure una acció, amb aquest sòcio, que em va fer recelar. Vaig baixar a portar-li les delmes amb la meva germana, i el diablot del senyor li va fitar una mirada fibladora, mentre tot ell es desfeia a afalacs. Jo no me’l vaig deixar d’ullar. I ell que se n’adona del meu recel, m’engega aquesta per fer-me por: “És veritat, Valentí, que et vas barallar amb l’àliga, dies enllà?” “I amb el llop també m’agarbaria si convingués!” -li vaig contestar amb tota la intenció. Ell va seguir dient: “Però, i si te’n sortien dos a l’encontre, i et prenguessin la cordera, que faries, Valentí?” “Què faria, dieu? Arrencar-li’ls la budellada pestilenta i tenir el ganivet ben apunt per si venia el més gros. Ja ho sabeu, el que faria, senyor!” “Així sí que veig que ets de valent, de nom i de llengua. De totes maneres, els eixerits també ve un dia que tenen un descuit”, em va dir amb una mena de rialla traïdora. “Si no m’agafen adormit, tindran feina”, li vaig respondre amb la febre a les urpes. I no fora res estrany que, precisament avui, el senyor ens parés un parany i ens fes engolir pel drac famèlic, per fer sortir en acabat els seus gossos, que sempre els té a punt, i robar-nos les fadrines de casa nostra.

    -Jesús, Ave Maria Puríssima! Vols dir, Valentí, que podria fer això el senyor?

    -Pot fer això i tot el que vulgui, si la gent calla!

    -Què podem fer nosaltres, per evitar-ho, davant del poder del senyor? -van dir els companys acovardits.

    -Què podríem fer, dieu? Escanyar el senyor i els seus llops. El gros, deixeu-me’l per mi.

    -I què vindrà després, Valentí?

    -Després, Déu dirà...

    Els homes de Tornafort van arribar al portal de la casa del senyor, i al moment en que anaven a picar, la porta es va obrir, i al darrera hi havia un home preparat. Un cop van haver passat el llindar, la portalada va ser tancada i barrada pel guardaespatlles del senyor. Però no li va caler anar a buscar a Roma el perdó. Només va fer per veure’l, el Valentí li va clavar la sarpa al coll sense deixar-li dir xerric ni merric. I el va deixar com un porc, estirat darrera la porta. I sense dir paraula, aquells homes s’enfilen escales amunt del gran casalici.

    Arribat al replà, troben un altre home que també es comprèn que esperava complir la seva feina; però el Valentí li va voler estalviar i, més ràpid que un llampec, li clava les urpes i el deixa morat i amb un pam de llengua fora de la boca. I escales amunt, s’ha dit, i aquells homes, més valents que mai, entren de dret a dret al saló, i el senyor estava assegut esperant-los. Al veure’ls, els va dir:

    -O em doneu les fadrines de tot grat, o bé el drac us ensenyarà el camí etern.

    Ni a combregar va ser a temps, i el senyor i dos homes seus van fer la mateixa fi. Un pam de llengua fora la boca, i la pau als pobles.

    I així, podríem creure que amb la fi del la nissaga dels senyors de Malmercat, i del seu drac, de carn i óssos o d’estranya arquitectura, les llegendes haurien arribat a la seva fi, però no és el cas, no. Encara ens en queda una més per explicar.

    Part de l'antic castell des de la pujada del poble.

    EL FUM MISTERIÒS DE MALMERCAT

    Ja fa un bon grapat d’anys, a Casa Macareno -que, en temps, fou el castell de Malmercat- un mal dia va començar a sortir fum. La campana de l’església esvalotava tocant foc. Tot el poble va córrer amb galledes per aturar-lo de seguit. I feren un cordó des de la font fins al foc, i llençaven l’aigua damunt les flames. Més allò era un no acabar mai, si l’apagaven d’un costat, sortia de l’altre. Al final semblava que ja ni fumava. Farts de treballar, se’n van anar a descansar. Però a l’endemà tornem-hi, i així va durar més d’un any seguit aquell foc. Era un foc estrany, això es cremava i allò no. Tant i tant es va allargar, que va començar a preocupar a molta gent de la contrada. Tothom parlava del fum misteriós de Malmercat. “Ara vindrà lo fum”, deien alguns... Encara avui en dia es parla del cas: hi ha qui parla de màgica, altres, de càstig diví, i altres de fenomen natural, atribuint-lo als focs follets, que apareixen sense saber com.

    "Era un foc estrany, això es cremava i allò no..."

    El foc follet és un fenomen natural produït pels gasos -fosfur d’hidrogen- que es desprenen de la matèria orgànica en descomposició, que s’inflamen en posar-se en contacte amb l’aire, i no són gens estranys que apareguin en cementiris o terres pantanoses. Aquests llums, han donat origen a tota mena de llegendes: ànimes en pena, follets, màgica de capellans... i si anem més lluny encara, follets, com el famós Jack’o’Lantern que finalment ha donat origen a les famoses carbasses de Halloween.

    DOCUMENTACIÓ FOTOGRÀFICA EXTRA

    A continuació us deixem algunes de les fotografies que vàrem prendre del castell i el poble de Malmercat, que espero que us ajudin a submergir-vos en aquest seguit de llegendes que us hem explicat.

    Cartell a l'entrada del poble.

    Un dels carrers de Malmercat.

    Façana d'una de les cases del poble.

    Malmercat, detall.

    Sortint del poble, dirigint-nos a les fonts...

    Vista de Malmercat des de la zona de les fonts.

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