Fecha: 29 de noviembre de 2015. Lugar: En algún lugar de la comarca del Pla de l'Estany, provincia de Girona, Cataluña, España.
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La ermita de Sant Roc -en realidad, una de las muchas ermitas catalanas que reciben este nombre- es una pequeña ermita situada en pleno corazón de la comarca del Pla de l’Estany, a medio kilómetro del pequeño núcleo urbano de Vilademí (y digo pequeño porque apenas son cinco casas y una iglesia). En esa zona rural de pequeños campos agrícolas rodeados por bosques, a unos cien metros de la pequeña carretera que discurre por el lugar, hallamos esta pequeña edificación en ruinas, precisamente dentro del límite marcado por un campo de cultivo que había sido arado no hacía mucho y el bosque cercano.
Rodeada de grandes matas de romero y tomillo, vimos que la ermita actualmente está en ruinas, ya que ha caído buena parte de su tejado, aunque el pequeño conjunto no deja de tener aún cierto encanto. Las paredes de esta construcción parecen estar formadas por travertí o travertino, lo que posiblemente le da su peculiar aspecto, tanto exterior como interior, ayudado, sin duda alguna, por la acción libre de la propia agua de lluvia. Efectivamente, todo el edificio parece marcado por gran cantidad de texturas donde las sales disueltas parecen haber jugado un papel importante.
Aunque es difícil determinar la fecha exacta en que el edificio fue construido, posiblemente sea una construcción del siglo XVIII, ya que es la fecha en la que se construyeron la mayoría de casas de la zona. La ermita fue dedicada a sant Roc (conocido como san Roque en castellano) posiblemente en calidad de santo protector contra la peste, la cólera y otras enfermedades.
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