Texto: Joan Ramon Santasusana Gallardo.
Fotografías: Joan Ramon Santasusana Gallardo y Sandra de Montserrat.
Como "La vie en rose", la famosa canción cantada por Édith Piaf que ha sido inmortalizada en numerosas obras del cine, de algún modo, y que, de algún modo, también ha quedado ligada a la ciudad de París, donde se puede escuchar su tonada particular en los pasillos subterráneos del metro, o en las calles, interpretadas por los instrumentos de músicos ambulantes y bohemios artistas, o vendida como un souvenir turístico en forma de pequeños organillos musicales, "La vie en rose" tenía que hacer su presencia en París.
¿Qué mejor regalo, entonces, que una rosa para la mujer que, como en la letra de la canción, me ha regalado multitud de sensaciones con sus abrazos, miradas y susurros?
Un abrazo, para ella, y su rosa...
Una rosa para la chica que quiero. Una rosa para la chica que, con su sonrisa, sabe regalarme momentos de felicidad y alegrarme el día. Una rosa particular que tiene su historia; una historia que guardaremos en secreto.
Tendida en una cama de raso rojo, observo como su mano sujeta la copa de la rosa que le regalé... Es la vie en rose.
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