lunes, 27 de mayo de 2013

MI HUERTO URBANO - 2013

¿Por qué un huerto urbano? ¡¿Y por qué no?! Si tienes la oportunidad, un huerto urbano puede ser un pequeño remanso de paz, de exploración, de investigación y, sobretodo, una entrada al cultivo de nuestra propia comida sana y ecológica, y la excusa perfecta para sentirnos un poco más en contacto con la naturaleza; descubrir el placer de comer algo nacido de nuestro esfuerzo...Un huerto urbano bien organizado nos puede permitir ahorrar, reciclar, y abastecer nuestra propia despensa en una pequeña medida, haciendo aflorar pequeños oasis de vida entre tantos edificios de metal, cristal y ladrillo que invaden nuestras ciudades.


Cada mañana, desde la ventana de mi cocina, mientras me tomo mi medio litro diario de leche cargado de cacao y miel, contemplo las macetas que reposan el alféizar de mi ventana y el patio interior del edificio donde vivo. Una planta de tomillo, varias freseras, cebollas, una pequeña lechuga... Estas plantas afloran sobre las pequeñas macetas dispuestas en línea, mientras algunos de los pequeños habitantes que pululan en la tierra húmeda o entre las hojas de las plantas se pasean esporádicamente ante mi vista: cigarrillas, hormigas, moscas, mariposas, arañas saltadoras... En ese primer momento de la mañana, antes de salir de casa para ir a trabajar o empezar mis actividades cotidianas, conecto por un instante con la naturaleza.


No son éstas las únicas plantas que tengo, pues en el exterior de mis dos balcones hay dispuestas una serie de macetas y un par de palets de madera en los que descansan algunas botellas recicladas, convertidas en pequeños recipientes para hierbas aromáticas, lechugas o como semilleros, en los que crecen otras muchas especies vegetales.


Este año he dispuesto una gran plantación de cebollas, lechugas y freseras compartiendo macetas comunes, así como una gran cantidad de hierbas aromáticas (albahaca, perejil, cebollino, romero, tomillo y menta...). Disperso entre todo ello hay una coliflor, un par de coles, varias plantas de pimientos y guindillas, tomateras, un jazmín, algunos aloe vera y un pequeño estanque camuflado...


En el balcón principal, donde tengo dispuesto los dos palets mencionados, tengo la mayor parte de hierbas aromáticas, los aloe vera, la mayoría de cebollas y las lechugas y el mini-estanque rodeado de fresca menta.


En el balcón del comedor, todo está mucho más apretado. Una planta de jazmín, en cuya base hay tres freseras, se enreda entre las rejas metálicas del balcón, mientras a su lado reposa una enorme maceta donde el romero y el tomillo comparten espacio con el trébol, alguna cebolla y un par de coles.


De una tomatera primeriza, de la que ya he recolectado los primeros tomates, cuelgan ya algunos de los verdes frutos que, en cuanto maduren, adornarán mis ensaladas.


LOS PALETS (HUERTO VERTICAL)

Actualmente, en uno de los balcones he puesto un par de palets de madera apoyados verticalmente contra la pared exterior de mi piso, en cuyos soportes he dispuesto diversas botellas de plástico debidamente recortadas y preparadas; en mi caso utilizo botellas de 2 litros de Coca-Cola Zero.


Como puede verse en las fotos, han empezado a emerger los brotes de albahaca, perejil y lechuga. Y aunque no pueda apreciarse, también han nacido los primeros cebollinos. Este tipo de jardín vertical es ideal para sembrar plantas aromáticas, freseras o lechugas, pudiéndose disponer de diversas maneras.


EL ESTANQUE

Uno de mis rincones favoritos dentro de mi pequeño huerto urbano es un pequeño estanque que tengo escondido entre las plantas de menta, rodeado de rocas y cubierto por un viejo tronco. En las aguas de este pequeño estanque siempre fresco debido al hecho de que está metido entre tierra, flotan pequeñas lentejas de agua que esporádicamente utilizo como abono para las otras plantas, y en su interior pueden hallarse algunos caracoles acuáticos y otros pequeños invertebrados, así como algunas pequeñas ranitas.


Efectivamente, si uno observa con paciencia, pueden lograr ver algunas de las pequeñas ranitas reclinadas sobre parte del viejo tronco que se sumerge en las aguas, los bordes del recipiente que utilizo como estanque, y aún entre las hojas de la fresca menta que rozan o bordean el agua. Estos pequeños anfibios se muestran sociables en gran medida, y se alimentan de los pequeños insectos (especialmente pequeñas moscas blancas y cigarrillas) que vuelan entre las hojas de la menta.


Es difícil saber si estos pequeños anfibios sobrevivirán a lo rigores del verano, pero en todo caso correrán mejor suerte que los renacuajos que encontré en un charco prácticamente desecado. En todo caso, mi intención, si llegan a crecer algo más, es devolverlos al río cercano a mi casa.


SEMILLEROS

Entre tanta maceta, escondo pequeños semilleros para las tomateras, pimientos, guindillas y lechugas, que aún están esperando encontrar su hueco en las macetas de más gran tamaño. Efectivamente, se necesita muy poco espacio para obtener pequeños brotes de distintas plantas que, posteriormente serán separadas y transplantadas en las distintas macetas a medida que vaya teniendo terreno libre para ellas.


COSECHA 2013

Aunque ya he ido recogiendo diversos frutos de la tierra, de momento aún no pondré el listado de la producción que llevo hecha por el momento. Baste decir que ya he recogido lechugas, fresas, patatas, tomates y diversas plantas aromáticas...


Por otro lado, he utilizado también plantas como el aloe vera (que también es comestible) contra quemaduras y para usos medicinales en mi acuario, así como las lentejas de agua que crecen en mi pequeño estanque.



1 comentario:

  1. Precioso tu huerto urbano, y esas ranitas, ¡qué graciosas! Una muy buena idea para tener las mentas en condiciones óptimas, voy a ver cómo puedo adaptarlo, gracias.

    Saludos

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