miércoles, 2 de marzo de 2011

JUNTO A TI...



Hoy, cuando iba al trabajo en tren, me he sentado detrás de una pareja que regresaba a su país. Hacía tiempo que ya no pensaba con S (la llamaré así) sintiendo dolor, un dolor intenso en mi alma, ni la extrañaba. Pero hoy ha regresado esa tristeza a mi corazón.

En un principo, mientras iba leyendo y mi vista se escapaba a ratos hacia ellos, nada me ha hecho reaccionar. Veía una pareja que viajaba junta. Me gustaban. Sin hacer nada, sin siquiera tocarse, daba la sensación de que se amaban. No querer, sino amar.

En todo el trayecto en ningún momento los he oído hablar. Cada uno iba haciendo sus cosas. Ella escuchaba música, mientras él repasaba un libro y unos mapas.

Recuerdo que en algún momento él la ha acariciado. Un gesto tierno, de afecto.

El tren ha ido parando en las estaciones.

Cada uno ha continuado a lo suyo. Yo de nuevo sumergido en la lectura de mis viñetas multicolores, y ellos no sabría decir si haciendo algo o, simplemente, reposando, con sus mochilas frente a ellos.

De repente me he fijado en ella. No sé si ha sido por la textura de su piel o por su pelo corto, pero algo en ella me ha recordado a S. Muy pocas chicas hay que me la recuerden, tan distinta era a las demás, con su cabello rapado. Pero por un momento su piel me ha recordado la piel del melocotón y ello me ha llevando a los recuerdos. Sin embargo no eran dolorosos. Sé que ya hace tiempo que puedo pensar con ella sin sentir el dolor, sólo la leve nostalgia del pasado.

Ha sido cuando he visto el modo en que ella lo trataba a él, apoyando su mejilla con la de su compañero, o en su hombro, los gestos de su mano, su modo de mirarlo... Hacía exactamente los mismos gestos, movimientos y miradas que recuerdo que hacía S conmigo. Y una punzada se ha adueñado poco a poco de mi corazón.

Los recuerdos de cuanto me quiso y de cuanto la quise.

Y si embargo me gustaba ver que en el mundo aún hay gente que parece quererse con esa ternura que tan pocas veces veo ya.

No hace mucho ya lo dije. No es a S a quién hecho de menos, aunque piense en ella. Es tener a alguien a quién amar, a quién entragarle mi ser y abrirle mis sentimientos, más allá de las palabras; y el deseo de sentir de nuevo que, cuando una persona me recorre con su mirada, me esté diciendo “Te quiero...”, “Quiero permanecer siempre a tu lado...” o “Junto a ti lo tengo todo...”

Hubiese querido que después de tanto tiempo mi corazón se endureciera. Que ya no sintiera la necesidad de dar ni recibir amor. Ser un superviviente sin sentimientos.

Pero no puedo. ¡Hoy me siento derrotado!

Tengo que aprender a vivir sin amor. Y creo que muchos se sorprenderían si supieran el tiempo que llevo sin yacer ya con mujer alguna, custodiándolo, para, un día, encontrar a esa persona de nuevo, y poderle decir: “Ten... lo guardé todo para ti.”

Pero pasan los días y todo esto se me antoja absurdo y estúpido. Y me pregunto si vale la pena guardar nada. Sacrificar el simple placer carnal en aras del amor.

Porque contigo yo fui constantemente ternura y pasión. Y esos sentimientos aún me acompañan, pero sin saber ya a quién se los debo entregar, o si tan sólo esa persona existe.

Dime que existes, y te buscaré. No me digas nada, y te soñaré...

Juntos. Junto a ti...

Como dos vías que se unen en una.

Hoy, pensamientos en el tren, que me han durado el resto del día.

No hay comentarios:

Publicar un comentario