La hora del baño relajante... |
Tomarse una simple ducha o un rápido baño ya suele ser, en sí mismo, algo relajante o tonificante, aunque a menudo lo hagamos con prisas por nuestro modo de vivir acelerado. Siendo así, no hay duda de que, si somos capaces de tomarnos nuestro tiempo con más calma, o bien somos capaces de encontrar un pequeño hueco para nosotros mismos, el placer de tomarse un buen baño caliente puede convertirse en algo realmente gratificante tanto a nivel físico como mental, llegando a ser una experiencia espiritual, casi onírica o sensual, dependiendo de la situación. En este artículo me dispongo a explicar algunas de las maneras de preparar un buen baño relajante, así como de crear una atmósfera adecuada o envolvente según cada situación, en solitario o en pareja.
Es, o puede ser, un poco más elaborado según del tiempo del que dispongamos…
TIEMPO
Un baño relajante siempre será más o menos elaborado según el tiempo que le queramos dedicar a cada paso y el tiempo del que verdaderamente dispongamos. Personalmente, creo que todos podemos disfrutar de una buena ducha -fría o caliente, según el caso-, empleando apenas cinco minutos de nuestro tiempo, pero en ese caso difícilmente podremos decir que hablamos de una ducha o un baño relajante. El relax, la relajación, requiere tiempo.
Ante todo, cuando uno quiere darse un buen baño relajante, debería de disponer de tiempo para hacerlo, sin agobiarse demasiado por el reloj o el paso de los minutos. Un tiempo entre los 15 minutos hasta una hora sería lo adecuado, pudiéndose alargar más incluso, si logra evitar que el agua se enfríe demasiado.
Un buen baño o ducha relajante puede hacerse a cualquier hora: por la mañana, al mediodía, la tarde, la noche o en plena madrugada ¿Porqué no? Todo depende de las circunstancias. Mi consejo es hacerlo en el momento en que uno lo crea más conveniente, pero yendo sobrado de tiempo, eso sí, y mucho mejor hacerlo después de un duro día de trabajo, de esfuerzo físico o mental, si nos podemos permitir el lujo de disponer de unos minutos o un par de horas. Y no olvidemos que el placer de un buen baño relajante no tiene porque acabarse tras el baño; hay diversos modos de alargarlo…
Prepara los materiales... |
¿SOLO O EN PAREJA?
Si estamos realmente muy cansados y desfallecidos y necesitamos vaciar nuestra mente totalmente, es aconsejable que nos tomemos el baño solos, tanto para reposar a nivel físico como mental. Estando solos, dispondremos de la bañera o la ducha a nuestras anchas, mientras que si lo hacemos en pareja, evidentemente tendremos que compartir el espacio, y eso quizás no nos permita tener toda la movilidad o tomar la posición que realmente nos apetezca o nos parezca más cómoda, como puede ser estar totalmente tumbados o sumergidos en el agua de la bañera, por poner un caso.
Si deseamos relajarnos pero también queremos compartir ese momento, evidentemente entonces es mejor hacerlo en pareja (y cuando hablo de pareja, lo mismo vale para cualquier otra persona). Aparte del contacto del agua y los cuerpos, entonces existe la ventaja de que la pareja puede enjabonarse mutuamente, frotarse la espalda, darse masajes, limpiarse la cabeza el uno al otro, o simplemente abrazarse y charlar tranquilamente o compartir el silencio juntos. Sea como sea, un buen baño caliente siempre será un buen premio tras un día duro de trabajo o de ocio.
AGUA CALIENTE... AL GUSTO DE CADA UNO
El agua caliente es un requisito indispensable para tomar un buen baño relajante. Hay dos modos básicos de tomar un baño caliente: uno es meternos en el baño e ir llenando la bañera con nosotros ya dentro de ella, y el otro es llenar la bañera, y luego meternos en ella. Evidentemente, si ya estamos dentro de la bañera mientras la llenamos, nos será más fácil regular la temperatura del agua adecuándola a la de nuestro cuerpo, y a su vez nuestro cuerpo se irá aclimatando mejor a la temperatura del agua. Sin embargo, si llenamos la bañera de agua caliente antes de meternos nosotros en ella, puede ser que cuando queramos meternos en ella encontremos que el agua está ardiendo. En ese caso hay dos posibilidades: que el agua realmente esté ardiendo, o bien que nos lo parezca por el simple hecho de que nuestro cuerpo no se ha aclimatado aún. En ese caso sólo nos quedan dos opciones, o bien añadir agua fría al baño, o bien irnos metiendo poco a poco en él, metiendo y sacando primero un pie una o varias veces, luego el otro, y poco a poco irnos metiéndonos en el agua. No te preocupes de si al principio el agua está demasiado caliente, ten seguro que poco a poco el agua se enfriará.
El agua fría también puede resultar relajante, aunque difícilmente lo será tomando un baño (no así una ducha, donde podemos movernos libremente). El agua fría puede ser tonificante, pero su acción relajante suele aparecer después de un baño o una ducha, no durante el baño o la ducha en sí mismos.
Agua caliente... |
ILUMINACIÓN TENUE O VELAS
Si estamos verdaderamente cansados, poco nos importará la iluminación; uno no necesitará nada más que agua caliente y algo de tiempo para disfrutar de un buen baño, y relajarse en él. Sin embargo, aunque no es indispensable, jugar con otros elementos aumentará la sensación de relax enormemente.
A la luz normal... |
Si hay muchas velas encendidas, quizás debas permitir que entre algo de ventilación en el baño, ya que la cera ardiendo puede liberar ciertas sustancias a través del humo que si bien no son tóxicas, pueden afectar a algunas personas llegando a provocar ligeros mareos.
Personalmente no recomiendo el uso de velas aromáticas, más que nada porque suelo usar incienso y, a veces, sales de frutas. Las velas aromáticas pueden estropear los olores de éstas al mezclarse, pero evidentemente cada cual es libre de utilizar las velas que desee, y más si no va a hacer uso ni de incienso ni de sales de baños.
A la luz de las velas... |
INCIENSO
Una experiencia gratificante a la hora de relajarse es respirar aromas ligeros y agradables, y el incienso siempre puede ser adecuado para ello, aunque no todo el mundo es amante del incienso, hay que tenerlo en cuenta.
Existen una gran variedad de inciensos, y en el ambiente adecuado cada incienso puede ayudarnos a relajar la mente. Estudia que tipo de aroma de incienso te gusta o relaja más, y ponlo cuando llegue el momento de tomar un buen relax dentro de la bañera. Asegúrate de que no arde, eso sí, cerca de nada que sea ligeramente combustible, como pueden ser las toallas o un albornoz; un bastoncito o un cono de incienso difícilmente prenderá fuego a nada, pero puede dejar un buen agujero cualquier prenda.
MÚSICA RELAJANTE
Si estamos cansados y nos queremos relajar, la música no es necesaria, pero desde luego puede ayudarnos mucho. Según que tipo de relax o estímulos necesites, varía la música adecuándola a tu estado de ánimo, y ponla con un volumen suave. Música clásica, chill out o ciertas bandas sonoras pueden llevarnos al relax, la calma o la paz más absolutas, mientras que otro tipo de música o ritmos pueden ayudar a transportarnos fácilmente a lugares imaginarios mientras nuestra mente divaga. Aunque no es necesario, evita las canciones con letra, limitándote a los sonidos instrumentales, que te transporten con el simple sonido y no con las palabras.
En mi caso personal, la música clásica me relaja hasta el punto de sentirme mecido con ella, mientras que si escucho música de corte épico me siento transportado a mundos maravillosos, mientras la escucho sumergido entre los vapores de agua caliente, la luz de las velas y los aromas del incienso, y fácilmente me veo transportado a tierras de ensueño, dejando que mi mente divague por ellas.
SALES DE BAÑO O ACEITES
Las sales de baños y los aceites aromáticos también pueden contribuir, con sus olores o el frescor que a veces desprenden, a que te sientas estimulado y a la vez calmado. Los olores, como ya he comentado en el caso del incienso, son importantes e influyen de manera notable en el pensamiento y el estado de las personas.
Ten en cuenta que existen sales que simplemente se diluyen en el agua liberando su olor a medida que se disuelven, y otras sales son efervescentes, estimulándonos con su propia efervescencia. Por otro lado, algunos aceites, tras el baño, pueden dejarnos la piel con una sensación oleosa, aunque agradable.
Elige tus sales y jabones preferidos... |
EL JABÓN DA MUCHO JUEGO
El jabón es algo que en un buen baño relajante puede dar mucho juego. Un buen jabón espumoso puede permitirnos un agradable baño de espuma, y si su aroma nos resulta agradable, mucho mejor. Del mismo modo, dentro del baño, el jabón líquido puede usarse de un modo similar al que podemos usar los aceites en una sesión de masajes, aunque sus propiedades sean distintas.
Por otro lado, si te bañas en pareja, el jabón puede ser usado para masajear el cuerpo (especialmente la espalda) o la cabeza de la otra persona. ¿Acaso hay nada que relaje más que el hecho de que alguien te enjabone o te lave el cabello? El simple hecho de enjabonar o sentir como te enjabonan la cabeza, y luego dejar caer el agua caliente con una esponja o una jarra sobre el cabello, con la cabeza reclinada hacia atrás, ya vale el precio de un buen baño caliente.
AROMAS NATURALES: PLANTAS Y FLORES
Atrévete a bañarte en medio de aromas naturales empleando hojas de laurel, hiedra, romero o tomillo, o bien flores o pétalos de flores. Los primeros pueden resultar tonificantes, los segundos aromáticos… y si compartes el baño, pueden darle también un toque romántico.
Laurel para el baño... |
HORA DE SALIR: LAS TOALLAS Y ALBORNOCES
Tan importante como un buen baño relajante en sí mismo, es lo que viene después. Si sales de un buen baño relajante pero te encuentras con unas toallas o albornoces ásperos o húmedos, parte de las buenas sensaciones que sentías al salir del baño, pueden desaparecer. Asegúrate de usar unas buenas toallas o albornoces limpios y secos, y si puede ser, aromatizados con suavizantes. Personalmente aconsejo tener disponibles un albornoz o una toalla bien suave para el cuerpo, una toalla para la cabeza, y una toalla para los pies.
DESPUÉS DEL BAÑO
Después de un baño caliente puede que volvamos directamente al ajetreo de la vida diaria, aunque con un estado mucho más sereno, pero si disponemos de más tiempo y más calma, podemos continuar con esa actitud relajada mientras preparamos una cena sin prisas, podemos compartir una sesión de masajes sobre la cama u otra zona adecuada si estamos en pareja, podemos disfrutar de una buena película, o simplemente acostarnos un rato y dormir una pequeña siesta. Lo ideal, tras un baño de estas características, sería que el relax o la calma logrados así perdurase aún un buen rato, aunque por circunstancias de la vida es muy posible que no siempre sea así. Sea como sea, tómatelo con calma.
Un toque íntimo... |
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