Fecha: 23 de febrero de 2015. Lugar: En algún lugar del Baix Empordà, provincia de Girona, Cataluña, España.
Total fotografías tomadas: 90. Total fotografías publicadas: 74.
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A veces, un abandono se halla cerca de un pueblo o de una carretera transitada, y todos lo ven pero nadie se fija en él porque apenas parece más que una mera ruina que nada tiene que ofrecer. Tal es el caso de la casa de la barca.
Cuando uno se adentra por carretera a cierto pueblo de la Costa Brava, puede entrever fácilmente las ruinas de cierto edificio entre los troncos de los pinos cercanos, a apenas unos cincuenta metros del asfalto. Es fácil ignorarlo, pues a simple vista no parece más que un edificio que apenas se sostiene en pie.
Sin embargo, si uno aparca el coche en la entrada del pueblo, a apenas unos doscientos metros del lugar, y se atreve a adentrarse en la arboleda a pie, pronto descubrirá, a medida que se acerca a la casa y va rodeándola, que el lugar tiene mucho más que ofrecer aparte del edificio en sí mismo. Allí hay un viejo fregadero exterior olvidado, allá una pequeña barraca de obra, más allá, un conjunto formado por un pozo, vieja cisterna subterránea y un pequeño depósito alicatado. Y unos pocos metros más allá, sorprendentemente, dos viejas barcas olvidadas, a casi dos kilómetros del mar que una vez debieron surcar, una lancha y el esqueleto de fibra de vidrio de una barcaza de buen tamaño que quedó allí olvidada.
Uno a veces tan solo ve una ruina asomando entre unos pinos, y detrás de ella se esconde mucho más.
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