Fecha: 28 de abril y 06 de julio de 2011. Lugar: Sant Julià de Ramis, provincia de Girona, Cataluña, España.
Total fotografías tomadas: 126. Total fotografías publicadas: 115 (+1 visión panorámica del castillo en la actualidad).
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No todas las zonas urbex mueren o se extinguen poco a poco hasta desaparecer. De cuando en cuando, alguna casa, algún castillo, alguna iglesia o alguna fábrica industrial que parecía condenada es recuperada de algún modo y, a menudo, su uso pasa a ser otro distinto al que estaba dedicado originalmente.
En esta ocasión voy a hablaros de una vieja fortaleza militar que actualmente está siendo restaurada para ser reconvertida en un gran centro artístico y hotelero, aunque a lo largo de su historia ha pasado por diversos momentos de abandono. Concretamente, hablo de la fortaleza de Sant Julià de Ramis, también conocida como el Fortín de Sant Julià de Ramis o, erróneamente, como el castillo de Sant Julià de Ramis (y digo erróneamente porque el viejo castillo de Sant Julià de Ramis, un castrum romano, aunque próximo a la fortaleza, es otro, y sus nombres se confunden a menudo debido a la proximidad de uno y otro).
La fortaleza de Sant Julià de Ramis es un conjunto de dependencias, construidas con bóvedas y muros de piedra de considerable espesor, la mayoría de las cuales están semienterradas y comunicadas entre sí a través de túneles y galerías que discurren por el interior de la montaña.
De planta trapezoidal, la fortaleza tiene un perímetro de 660 metros y está rodeada por un profundo foso, con una gran batería elevada sobre una línea de fuego reservada a la infantería que, protegida por caponeras y galerías cubiertas, tendría a su cargo la defensa próxima. Sus dependencias, totalmente vacías en el momento en que yo realicé una visita durante el año 2011, estaban formada por un conjunto de pequeñas habitaciones –todas ellas desprovista ya de mobiliario alguno, excepto el formado por la propia arquitectura del edificio-, partes de los cuarteles, caballerizas, servicios de intendencia, enfermería, cisternas, letrinas, y pabellones, superando los cuarenta habitáculos, hallándose la mayor parte de ellos bajo la cota máxima del terreno, distribuidas a lo largo de tres niveles comunicados por un verdadero laberinto de pasillos y escaleras.
La construcción de esta fortaleza parece remontarse al año 1893, a cargo del Teniente Coronel de Ingenieros don Rafael Peralta Maroto, no constando de guarnición hasta 1916. Tras la Guerra Civil, pasó a ser un centro de recuperación de explosivos de dicha contienda. Al parecer, una explosión de uno de los camiones de transporte, destruyó la caponera de gola al igual que la puerta de acceso, pero este incidente no impidió que se siguiera utilizando como polvorín hasta 1963, cuando se cerró completamente.
En 1988, se declaró como propiedad sin interés militar y en enero de 1991 fue adquirido por una compañía mercantil anónima por la cantidad de 48.400.000 pts. (290.890 €), una verdadera ganga, si uno lo mira fríamente. Los nuevos propietarios, intentaron convertir la fortificación en una instalación hotelera, pero el proyecto no prosperó y quedó abandonado durante mucho tiempo, limitándose la sociedad propietaria a plantar algunos cipreses y efectuar algunos desbroces periódicos.
A partir de este punto, esta vieja fortaleza militar empezó a caer rápidamente en el abandono más absoluto, y no era extraño que en ella se organizaran fiestas rave, se practicase el airsoft, y los graffiteros dejaran imprimido su arte en las paredes, mientras que partes del edificio sufrió el expolio sistemático, quedando vacío a la vez que se iba llenando de basuras y detritus.
Esto fue así, hasta que a raíz de un desgraciado accidente durante una fiesta rave, en el que un desdichado se despeñó por uno de sus altos muros, la sociedad valló la zona para impedir la entrada al lugar, aunque naturalmente eso no impidió que los más osados continuasen visitando el lugar. Más o menos fue por esas fechas cuando yo visité la zona; ya se sabe, siempre hay algún agujero por el que entrar.
Sea como sea, el hecho de que esta fortaleza militar hubiese sido declarada Bien de Interés Cultural por el Ministerio de Cultura de España, y Bien Cultural de Interés Nacional por el Departamento de Cultura de la Generalitat de Cataluña, y bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español, no impidió su lenta decadencia.
A pesar de ello, recientemente, en el año 2014, el viejo proyecto de reformar la fortaleza volvió a emerger con más fuerza y tiró adelante de nuevo, sufriendo diversas mejoras, yendo mucho más allá de la creación de un simple complejo turístico hotelero, como comentaremos más abajo. Según la noticia, que fue publicada en diversos periódicos, se han invertido cerca de once millones de euros para reformar toda la estructura, mientras que Abertis, la empresa dedicada a la explotación de autopistas, sufragará los gastos de restauración del antiguo castillo romano cercano, estableciendo y mejorando las vías de comunicación entre los diversos conjuntos monumentales de la zona, que abarcan la fortaleza de Sant Julia de Ramis, el viejo castillo romano (Castellum Fractum), construido sobre los restos de un poblado ibérico anterior, y la una iglesia que data del siglo XI (Esglèsia dels Sants Metges).
Una de las noticias rezaba así: “La fortaleza de Sant Julià, con protección de Bien Cultural de Interés Nacional, a simple vista, no modificará su aspecto, ya que la mayoría de los espacios para salas de arte, conferencias, cafetería, restaurante, auditorio y el hotel, serán edificaciones soterradas.” Ésa es la buena noticia; lo que no queda claro es si todo el mundo podrá tener, a partir de ese momento, libre acceso a ella, o quedará limitada simplemente a usos privados.
El proyecto contempla la restauración del conjunto de la fortaleza de Sant Julià de Ramis y sus entornos, incluyendo el castillo romano, mediante la creación de un equipamiento destinado a crear un centro de arte contemporáneo, acompañado de diversos servicios complementarios como talleres para artistas, un anfiteatro exterior, un hotel y un restaurante. La parte inferior de la fortaleza se destinará a museo, y el hotel se colocará en la cota más elevada, en la antigua zona del reducto, espacio donde se conservaban los explosivos. Se proyecta, en el centro del conjunto, debajo de la entrada principal, una gran sala de actos de forma ovalada, de 7,5 m con una bóveda central de hormigón visto. De hecho, todos los edificios de nueva construcción serán también de hormigón visto.
Sea como sea, aquí dejo constancia gráfica de aquel par de visitas que hice a esta monumental obra entre el 28 de abril y 06 de julio del año 2011, cuando la zona estaba olvidada y sumida en el abandono.
Que lugar tan bello
ResponderEliminarQue lugar tan bello
ResponderEliminarpuente ovejuna!
ResponderEliminarUna preciosidad, làstima qie ahora para poder ir en alguna zona tienes que ser un importante rico.
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