Fecha: 27 de octubre del 2014. Lugar: En Coustaussa, departamento de Aude, Francia.
Total fotografías tomadas: 104. Total fotografías publicadas: 50.
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A veces duele ver como algunos viejos edificios caen en la ruina y el olvido, no sólo ya por su belleza, sino por todo el valor histórico que contienen. Si bien el castillo de Coustaussa –que se encuentra en la población del mismo nombre, en el departamento de Aude, al sur de Francia- no es el castillo más ruinoso que he visto, lo cierto es que se halla en un estado lamentable que pese a todo es capaz de transmitirnos parte de su pasada grandeza, y por eso mismo el dolor y la pena por ver su estado de ruina progresiva, es mucho más intenso que en el caso de otros castillos de los que apenas uno ya puede entrever nada de su pasado.
Sin duda, en sus tiempos fue un edificio notable, y eso se intuye a medida que uno bordea sus viejas murallas, que han desaparecido parcialmente o han quedado ocultas por la vegetación, o ve parte de los viejos edificios cuyas paredes aún se mantienen en pie, aunque con un equilibrio muy precario. No en vano la zona está vallada para impedir las visitas y algunos carteles nos advierten del peligro de derrumbamientos.
La vieja fortificación tenía unas medidas aproximadas de 100 metros de largo por 40 metros de ancho, de cuyos edificios poco queda ya. La torre del homenaje prácticamente ha desaparecido, quedando tan sólo unos pocos muros que muestran algunas puertas y ventanas, y ya no queda ni un solo techo salvo el de algunos arcos semienterrados…
El castillo se halla en pleno país cátaro y por ello mismo rebosa de historia. Su origen se remonta al siglo XII, aunque anteriormente ya existiera en el mismo lugar un pueblo fortificado, probablemente creado por los visigodos sino anterior.
En el año 1210, durante la cruzada contra los albigenses, las tropas de Simon de Montfort tomaron el castillo y buena parte de los habitantes del pueblo huyeron. La sublevación de Castelnaudary empujó al Señor de Coustaussa a rebelarse contra los invasores, y finalmente las tropas lideradas por Raymond Roger Simon sitiaron la fortificación, que se rindió rápidamente. El pueblo fue quemado en venganza y el castillo parcialmente destruido, pasando el territorio a manos de la familia de Montesquieu, con lo que el castillo fue renovado. Siglos después, en el siglo XVI, se hicieron muchas mejoras para que este edificio fuera más cómodo.
Sin embargo, en el año 1803 el castillo fue vendido a un agente inmobiliario y aquí empezó su verdadero declive. En 1819, un tal Azais, habitante de Arques desmanteló las ruinas del castillo de Coustaussa, y en 1820 éste era utilizado como cantera, vendiéndose sus piedras a los residentes de los alrededores.
Hasta que finalmente, quizás demasiado tarde ya, en 1948 las ruinas se incluyeron en la lista de monumentos históricos, siendo catalogado como monumento de propiedad privada.
Sea como sea, aquí dejo mi pequeña aportación fotográfica de este castillo, que me encantaría que llegado el momento fuese restaurado total o parcialmente, aunque a día de hoy permanezca olvidado y vaya cayendo poco a poco en ruinas tras unas vallas metálicas que sólo impiden el paso a aquellos que no se atrevan a ir más allá.
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