LÁGRIMAS NOCTURNAS

Me maravillo ante la voluntad humana.

Me sorprendo al ver que, en días como hoy, aún tengo la capacidad de seguir vivo. ¿Depende sólo del cuerpo o es la voluntad de la mente lo que me mantiene atado a esta Tierra? Esta noche me he despertado llorando, de nuevo sumido en esa oscura sensación de vacío devorador proveniente de los recuerdos del pasado. Acosado, una vez más, por un breve instante por la imagen de ese fantasma.

Nunca me vence, pues como digo choca contra la voluntad humana, pero su golpe es fuerte y conmovedor, se hace notar. Y entonces me parece que no puedo resistirlo...

Y sin embargo, la voluntad… ¿Cómo puedo sentir que se me cae todo el peso del universo encima y, sin embargo, pese a estar tumbado en la cama, siento que mis piernas no se doblegarán y sé que mi cuerpo permanecerá en pie? ¡Siento que desfallezco, pero no caigo! Tiene que ser la voluntad, ¿qué otra cosa puede ser? ¿Cómo puedo sentir que mi corazón se desfragmenta y rompe en mil pedazos y éstos en mil más, y sin embargo mi corazón nunca desaparece ni desintegra? Sigue vivo, latiendo. Se van las ilusiones y muere la esperanza… Pero yo continúo... Preservero.

Esta noche me he despertado llorando. Me he despertado y he visto que soñaba. Soñaba… soñaba con mi pasado. Sólo recordaba una imagen, pero mis lágrimas se derramaban y me he descubierto ahogándome, en un ataque de ansiedad, intentando contenerlas. ¿Por qué contenerlas, si dormía solo? He dejado que la pena fluyera, y que la almohada se manchara de agua salada. Después, no sé si apaciblemente o simplemente agotado por el lastre de tanto pesar, me he vuelto a dormir.

No quiero hablar de mi sueño. Sólo quiero olvidarlo, olvidarlo ya para siempre. Que sólo sea un recuerdo, que no lo olvide, pero que esté vacío ya de todo ese sentimiento del pasado que me ata al dolor.

Necesito escribir, porque es el único modo de liberarlo.

Necesito compartirlo, porque es el único modo de saber que no estoy solo.

Esta noche hubiera deseado sentir un abrazo.