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Texto: Joan Ramon Santasusana Gallardo.
Fotografías: Joan Ramon Santasusana Gallardo, Esther Ortega López.
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Garcilla bueyera (Bubulcus ibis) paseando por el parque.
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La recuperación paulatina de zonas húmedas a lo largo del territorio catalán ha sido, y aún es, un tema pendiente. Durante años, el ser humano desecó extensas áreas de territorio para hacerlos aptos para el cultivo y la ganadería, acabar con algunas plagas –como la del mosquito-, o simplemente para convertirlas en zonas de construcción urbanística y especular con sus terrenos, degradando de este modo el paisaje que lo rodeaba y toda la biodiversidad propia de esos territorios húmedos. Las zonas húmedas han sido desde siempre uno de los ecosistemas más diversos y ricos biológicamente, pero, a la vez, uno de los más frágiles y vulnerables. A la recuperación paulatina de la calidad de las aguas de ríos, estanques y otros acuíferos que han ido sucediendo en estos últimos años, se añade ahora la conservación de las zonas de las orillas fluviales, las turberas y los humedales, ricos en vegetación, dando una especial importancia a la recuperación de aquellas zonas húmedas que ya habían desaparecido totalmente. Éste es el caso del Parc dels Estanys de Platja d’Aro, del que hablaremos a continuación.
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Un grupo de jóvenes gaviotas patiamarillas (Larus michahellis) reposando.
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El Parc dels Estanys de Platja d’Aro es una pequeña zona húmeda de unas 15 hectáreas (150.000 metros cuadrados) de terreno, de los cuales sólo 6 hectáreas (60.000 metros cuadrados) pertenecen a las aguas de l’estany (la laguna) propiamente dicha. Enclavado entre la confluencia de la Avenida de París (lugar donde tiene la entrada) y la calle Tramuntana por un lado, y la calle Luxemburg i el cauce de las aguas del Ridaura por otro, este parque con una enorme laguna central fue inaugurado el mes de octubre del 2012, coincidiendo con el Día Mundial de las Aves, fecha que no fue casual, ya que éste se ha convertido en un refugio para muchas aves acuáticas, i lugar de paso para diversas especies migratorias. Desde entonces, dentro de sus marcados límites, la biodiversidad de este lugar, ha ido creciendo paulatinamente en exuberancia y diversidad ecológica de modo natural, convirtiéndose no sólo en un espacio de ocio lúdico y cultural para los habitantes de Platja d’Aro y sus visitantes, sino también en el hogar y lugar de recogimiento de toda una buena cantidad de pájaros, peces, anfibios, reptiles y pequeños mamíferos que, aquí, disfrutan de la protección que este pequeño espacio natural les otorga.
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Ganso del Nilo (Alopochen aegyptiacus) |
Y es que el Parc dels Estanys de Platja d’Aro no fue concebido sólo como un parque urbano verde más, dedicado exclusivamente al ocio de sus ciudadanos humanos, sino como un enclave estratégico para la recuperación ecológica de diversas especies de la zona –tanto animales como vegetales- que habían desaparecido, así como, también, lugar de paso y descanso para diversas especies de aves migratorias, permitiendo, aunque manteniendo ciertas distancias, la interacción entre el hombre y la naturaleza que lo rodea.
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Una pequeña vista del parque. |
Aunque se encuentra dentro del enclave urbano localizado entre la población de Platja d’Aro y los terrenos del Camping Valldaro –en lo que era una antigua zona de tierras de cultivo-, este parque ha sabido combinar y aprovechar las características orográficas naturales de este pequeño terreno que recrea un ecosistema que muchos años atrás fue común en toda la región de Vall d’Aro. Y del mismo modo que ha creado esta nueva zona húmeda, ha sabido protegerla sabiamente, delimitando los diferentes espacios del parque con vallas de hierro o madera, así como algunas alambradas metálicas, que marcan claramente las zonas protegidas para la fauna, convirtiendo estos espacios en auténticos refugios donde los animales pueden estar relativamente tranquilos, sin ser molestados por los humanos. Aún así, en diferentes puntos del parque se han adecuado algunos espacios que permiten la observación de las aves y otros animales. Para asegurar la tranquilidad de esos espacios, además, se han establecido unos horarios de acceso al público, variables según la temporada, evitando de este modo que se interrumpa el descanso de los pájaros y otros habitantes de la zona. Estos horarios van de las 7:00-21:00 h en verano, a las 06:00-18:00 h en invierno, pero para obtener una información más fiable, siempre podéis llamar al teléfono 972.81.71.79 del Ajuntament de Platja d’Aro.
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Conejo (Oryctolagus cuniculus) |
La gestión del parque permite, además, la posibilidad de interaccionar con los ciudadanos de la población y sus visitantes mediante un conjunto de diferentes actividades lúdicas, didácticas y culturales que se realizan alrededor del parque, que van desde actividades pedagógicas para escuelas y otros centros, hasta la exposición de esculturas al aire libre dentro de los límites del parque que no desentonan nada con el ambiente naturales que las rodea.
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Paloma torcaz (Columba palumbus). |
Por cierto, que una de las otras ventajas que tiene esta zona, y que ha sido estudiada, es la de su capacidad de evitar o frenar algunas de las inundaciones que periódicamente afectaban la pequeña población de Platja d’Aro, ya que actúa como freno de las aguas torrenciales. Fue precisamente por el surgimiento natural de este estanque después de una de estas inundaciones, que se descubrió este hecho, y esto, junto con la llegada casual de algunas especies de aves acuáticas que iban de paso (probablemente hacia los aiguamolls de l’Empordà) fue lo que inicialmente impulsó la creación de este parque que después fue remodelado para hacerlo más viable ecológicamente, lo que a su vez nos recuerda la necesidad de recuperar más de las zonas húmedas perdidas a lo largo del territorio catalán.
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Faisán común (Phasianus colchicus) paseando por la orilla del laguna. |
Si bien en estos últimos años se han hecho verdaderos esfuerzos por ir recuperando pequeñas parcelas de humedales –tal y como puede ser el caso de la recuperación de l’estany de Sils y las zonas de les ribes del Ter, por hablar solo de las tierras gerundenses-, aún queda un muy largo camino por recorrer, pero el Parc dels Estanys de Platja d’Aro nos demuestra que incluso dentro de los límites de la población de una pequeña ciudad, si el terreno se gestiona bien y se protege, esto es posible, devolviendo de este modo, a la naturaleza, una pequeña parte de aquello que le hemos robado, recuperando nuevamente a muchas especies que habían desaparecido de estos lugares. Si bien creo que la recuperación ideal de estos lugares se tendría que hacer en zonas completamente alejadas de la actividad humana (o, como mucho, en zonas de actividad agrícola tradicional), esto no es siempre posible. Aún así, algunos ejemplos, como el que ahora os he descrito, nos demuestran que muchas especies son adaptables al medio, y con un cierto margen de protección, una pequeña área urbana verde puede convertirse también en un paraíso para diversas especies salvajes.
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Gaviota patiamarilla (Larus michahellis) joven. |
Con más de 250 especies de aves, y toda una variedad de pequeños
vertebrados que van desde los peces, anfibios, reptiles hasta los
pequeños mamíferos, pasando por una innumerable cantidad de especies de
invertebrados, y un gran número de plantas características de las zonas
húmedas o el bosque mediterráneo, este parque se ha convertido en un
punto de referencia de la nueva cultura y conciencia ecológica que nos
rodea, de la que muchos otros pueblos tendrían que tomar ejemplo.
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Una de las piezas que se exhiben en el parque periódicamente. |
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Un pequeño alcaudón común (Lanius senator). |
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Gorrión molinero (Passer montanus). |
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Verderón común (Chloris chloris). |
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Gaviota patiamarilla (Larus michahellis) joven sobrevolando la laguna. |
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Grupo de jovenes gaviotas patiamarillas (Larus michahellis). |
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Una de las islas del la laguna del parque. |
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Un grupo de gorriones molineros (Passer montanus) sobre una malla de hierro. |