Nanook, el espíritu del oso polar. |
Los inuit han vivido en las regiones árticas durante miles de años sobreviviendo, incluso a los más rigurosos inviernos de la tundra salvaje, y más allá, en los reinos de la roca, la nieve y el hielo, desarrollando una vida nómada adaptada a las migraciones de los animales que pescan y cazan, entre los que destacan los caribúes, osos polares, focas y ballenas, aunque realmente aprovechan todos los recursos que les puede entregar la tierra y el mar. De estos animales aprovechan todas las partes posibles para alimentarse, abrigarse, construir tiendas y viviendas, trineos, embarcaciones y herramientas para pescar o cazar. Organizados en grupos familiares, más o menos extensos según el caso, cada miembro del mismo tiene asignada una tarea específica. Actualmente, debido al fuerte proceso de globalización, se está produciendo un cambio en sus formas de vida originarias, aunque siguen practicando algunas de sus costumbres, como la caza de focas.
La rica mitología inuit se ha transmitido de forma oral durante generaciones, pero es mediante la interacción del pueblo inuit con los diversos exploradores provenientes de diferentes regiones del mundo, que muchas de sus costumbres y relatos llegaron hasta nosotros a través de sus libros y diarios. Posteriormente, con la incorporación de la escritura en la propia cultura inuit, llegarían muchos otras historias.
Sus mitos y leyendas son de un marcado sentido animista y chamánico, y están influidos por la lucha constante que los inuit tienen que sostener contra los elementos, y como éstos, muchas de sus historias son ásperas y sin piedad, y dan cuenta de sus tradiciones y del origen del mundo que habitan. En su conjunto, estos mitos tienen un carácter práctico. Sus mitos especulativos se refieren siempre al destino de los hombres y a la influencia que sobre él ejercen las acciones humanas, con vistas siempre a conciliarse con los dioses, espíritus y las demás potencias sobrenaturales, pero también con el propio mundo que les rodea, especialmente los animales de los que se alimentan.
Sedna. |
Los animales tienen un alma y el cazador debe celebrar un breve ceremonial cuando muere para que su alma vaya al mundo no terrenal. En la mitología inuit, un inua (pl. inuat) es un espíritu o alma que existe en todas las personas, animales, plantas, rocas, lagos o montañas, que a veces, en las leyendas, llegan a ser personificados en forma de hombre, animal o espíritu. Para los inuit y otros pueblos del ártico, el ser humano y los animales son iguales: toda la vida tiene el mismo tipo de alma o “esencia vital” (inua). Esto crea un problema o dilema moral, ya que, para sobrevivir, las personas deben matar a otras criaturas que son como ellas. El reconocimiento de este dilema se encuentra en el centro de la práctica de la caza, que se basa en el respeto y la reciprocidad hacia la propia presa. El cazador solo tendrá éxito si el animal decide dar su vida como un regalo a cambio de un comportamiento moral y respetuoso por parte de toda la comunidad. Por ejemplo, después de matar una foca, se vierte agua dulce en su boca para que su alma no tenga sed y le diga a las otras foca el respeto que se le ha mostrado, de modo que éstas, llegado el momento, también estén dispuestas a morir y sacrificarse como favor al pueblo.
Así pues, para los inuit, el mundo está bajo el dominio de una multitud de fuerzas invisibles o inuat. En la naturaleza todo tiene su inua: el aire, el mar, las piedras y los animales. Estos últimos pueden convertirse en guardianes y firmes apoyos del hombre, en cuyo caso reciben el nombre de torngak. Si el espíritu de un oso se convierte en el torngak de un ser humano (indistintamente de su género), éste puede ser devorado por un oso y volver luego a la vida. En tales circunstancias, este redivivo se convierte en un angakok, la figura espiritual por excelencia de los inuit, que puede ser equiparable a un chamán u hombre-medicina.
Los angakoks mandan a capricho el buen o mal tiempo, tienen la facultad de curar, de ver cosas ocultas y descubrir los crímenes cometidos, gracias a un segundo sentido de la vista. Por ello, son como una especie de magistrados y unas figuras muy respetadas. Además, los angakoks poseen ciertos espíritus familiares, los torngak -denominación que proviene de Torngaksak, el más poderoso espíritu, en cuyo nombre ejercen su mandato-.
Akhlut. |
Torngaksak es conocido entre los inuit como el “Ser Bueno”, pero no coinciden en darle un aspecto determinado. Algunos dicen que carece de forma, otros le atribuyen una figura de oso, y mientras otros lo representan como un hombre de alta estatura y con un solo brazo, no falta quien lo pinta del tamaño de un dedo. Es inmortal, aunque posiblemente fue muerto por Crépito, espíritu maligno o dios que, según los inuit del sudoeste de Alaska, es el único ser capaz de matar al Ser Supremo, en sí mismo inmortal.
No puede decirse que Torngaksak sea el creador de todas las cosas, pero sí es cierto que posee todos los caracteres de la divinidad, y, a pesar de su poder más bien limitado, los esquimales lo llaman el “Gran Espíritu”. Este pueblo tiene igualmente espíritus del fuego, de las aguas, de las montañas y de los vientos; demonios con figura de perro, almas de abortos convertidas en espectros horrorosos e incluso duendes que describiremos más abajo. A un niño que había perdido a su madre se le apareció el espíritu de ésta en pleno día y le dijo “No temas; soy tu madre, que te ama”. También en este país de escarchas, el amor es más fuerte que la muerte.
En estas inhóspitas tierras, las personas, cuando mueren, van al cielo o al infierno, pero una parte de su alma pasa a un pariente recién nacido. Es costumbre, pues, que a un recién nacido se le ponga el nombre de la última persona que murió, ya que parte del alma del difunto pasará a ella.
Un nanorluk durmiendo bajo las aguas heladas. |
Para los inuit, existe en el cielo un mundo inferior. Este mundo, por su semejanza con el nuestro, puede ser comparado a veces con el mundo humano, excepto, quizás, en que tiene un cielo y un sol más pálidos. En ocasiones aparece constituido por cuatro cavernas, dispuestas una sobre otra: las tres primeras son bajas y poco confortables, mientras que la última es espaciosa y acogedora.
El mundo superior, más allá de la bóveda celeste, gira en torno a la cima de una montaña. Al igual que la Tierra, tiene valles y colinas. En ella residen los inuas, cuerpos celestes que en otro tiempo fueron hombres y, transportados al cielo, quedaron allí convertidos en estrellas.
El camino que conduce a este mundo superior está asimismo lleno de peligros. A su paso por la Luna, se trata de provocar la risa a los viandantes, y a los que no pueden contenerla, les arrancan las entrañas.
Qalupalik. |
Según una vieja tradición groelandesa, cuando los inuit no pueden cazar focas, los angakoks deben bajar al fondo del mar para obligar a Sedna a soltarlas. Para llegar adonde ésta se encuentra, el angakok debe atravesar primero el reino de los muertos, luego un abismo donde giran incesantemente una rueda de hielo y un caldero hirviente lleno de focas, y por último, después de sortear el enorme perro que guarda su puerta, debe franquear un segundo abismo, sobre una pasarela tan delgada como el filo de un cuchillo. Allí, en esa terrible región del infierno, descansa la temida y respetada diosa marina Sedna, de la que hablaremos más adelante.
Tales son algunos de los peligros que corren los esquimales para trasladarse al país de los espíritus.
Los esquimales creen que en torno a estos seres superiores evoluciona una infinidad de espíritus inferiores y de monstruos, favorables a los hombres, los unos, persiguiéndolos encarnizadamente, los otros. Un pequeño ejemplo de ellos es esta pequeña historia: “Cierto día, un angakok se adentró en alta mar persiguiendo una foca, y de pronto se vio rodeado de extraños kayaks. Se trataba de espíritus del fuego que habían acudido a apoderarse de su persona. Pero he aquí que entre ellos se produjo un remolino, y el angakok advirtió que, a su vez, eran perseguidos por un kayak cuya proa se abría y cerraba como una boca inmensa, devorando cuanto se oponía a su paso. Y con la misma presteza con que se habían presentado, desaparecieron. El angakok había sido salvado por su espíritu protector.”
La furia del akhlut. |
Dicho todos esto, vamos a hacer un breve repaso de algunas de los monstruos, espíritus y dioses surgidos de la imaginación del pueblo inuit.
AGLOOLIK
En la mitología inuit, Aglooloik es el espíritu tutelar de las cavernas de las focas, que vive bajo el hielo, protegiendo a estos animales de cualquier daño: los cuida y vigila, les proporciona alimento y mantiene los depredadores a raya, lejos de sus cachorros. A su vez, proporciona peces y focas a los pescadores y cazadores, por lo que es considerado un genio favorable.
AGLU
Ser mítico, habitante de las aguas marinas que entró en conflicto con otro monstruo marino llamado Kilu Kpuk (ver: Kili Kpuk), al que venció y desterró a retirarse a tierra firme, aunque debido a su enorme peso, Kilu Kpuk se hundió y todavía está condenado a moverse bajo tierra, abriéndose galerías gracias a la movilidad total de sus defensas delanteras que usa de pico y pala.
AHKIYYINI
En el folklore inuit, el ahkiyyini es un espíritu con forma de esqueleto que toca el tambor para crear desastres, mientras que su baile crea la ruina. Los hombres que a lo largo de su vida se pasan mucho tiempo bailando o tocando tambores, pueden continuar haciéndolo en la muerte como un ahkiyyini. Para hacer música, un ahkiyyini usa el hueso de su brazo como baqueta para batir su escápula, que actúa como un tambor o un xilófono. Cuando golpea este instrumento improvisado, hace temblar el suelo y los ríos se vuelven violentos, destruyendo kayaks, canoas y barcos, y matando a sus pasajeros.
AIPALOOKVIK
El aipalookvik es un espíritu maléfico que vive en el mar. El constante anhelo de destrucción de esta criatura convierte en sus víctimas a todos aquellos que viven cerca del agua o los indefensos barqueros que navegan en ellas. Se lo ha descrito como un cadáver en descomposición que abandona el agua en busca de presas humanas a las que drena su calor corporal, pudiendo, el espíritu que habita el cadáver, acceder a la memoria del difunto y adoptar la personalidad del mismo.
AKHLUT
En la mitología inuit, akhlut es una orca espíritu que toma la forma de un lobo gigantesco o un híbrido lobo-orca cuando está en tierra. Es una bestia peligrosa y viciosa que se aventura en la tierra para cazar humanos y otros animales. Sus huellas pueden reconocerse porque son huellas de lobo que vienen del océano y conducen hacia él, lo que indica que esta criatura está esperando una presa bajo las aguas cercanas. A menudo, los perros que son vistos caminando hacia el océano o dentro de él, son considerados malignos por esta misma circunstancia. Poco se sabe de este espíritu, excepto que cambia de orca a lobo cuando tiene hambre. No hay muchos mitos relacionados con él.
AKSELLOAK
En la mitología inuit akselloak es el espíritu de las rocas bamboleantes, un tornaq (ver: tornaq) considerado como favorable.
AMAROK
Amarok o Amaroq, el espíritu del lobo, es el nombre de un lobo gigantesco proveniente de la mitología inuit que caza y devora a cualquier cazador lo suficientemente estúpido como para cazar de noche. A pesar de que los lobos cazan en manada, Amarok siempre caza solo.
Según cuenta una leyenda, en el origen del mundo tan sólo había un hombre (el Hombre) y una mujer (la Mujer), y no había animales con ellos. La Mujer pidió a Kaila, el dios del cielo, que poblara la Tierra. Entonces, Kaila le ordenó hacer un agujero en el hielo para pescar, y la Mujer fue sacando del agujero, uno a uno, todos los animales, hasta sacar el último: el caribú. El caribú era el mejor regalo que Kaila podía hacer al Hombre y la Mujer, porque alimentaría a su pueblo. Así, el caribú se multiplicó y los hijos del Hombre y la Mujer pudieron cazarlos, comiendo su carne, y tejiendo sus vestidos y confeccionando sus tiendas con sus huesos y pieles. Sin embargo, los humanos siempre elegían los caribús más bellos, más grandes y más fuertes, y de este modo, poco a poco, los caribús más sanos fueron desapareciendo, hasta que, un día, sólo quedaron los animales débiles y enfermos, por lo que los inuit no quisieron cazar más y empezaron a pasar hambre. La mujer se quejó entonces a Kaila, y el dios la volvió a enviar al hielo para que pescara, enviado por Amarok, el espíritu del lobo, que se encargaría de comerse a los caribús débiles y enfermos, de manera que sólo sobrevivieran los caribús con buena salud. Una versión similar dice que, viendo que los inuit empezaban a pasar hambre, Kaila habló con Amarok, el espíritu de los lobos, que vivía cerca de él en el cielo, y le pidió que enviase a los lobos a la tierra para que éstos se comieran los caribús débiles y enfermos. Desde lo alto de una colina, los hombres observaban los lobos, y vieron que después de reunirse en el bosque, la manada de lobos se dirigió sin ruido hacia los caribús que rumiaban tranquilamente. Al ver los lobos, los caribús se agruparon, formando un círculo protector alrededor de los animales débiles y jóvenes, pero los lobos se lanzaron para romper el círculo formado por los caribús, alejando a los más fuertes, para cazar y devorar a los más débiles. Desde aquel día, el espíritu de Amarok reina en el Gran Norte.
Los inuit dejan cazar tranquilos a los lobos, porque saben que el caribú nutre al lobo, pero el lobo mantiene la buena salud de los caribús.
AMAYERSUK
Entre los inuit netsilik, se dice que Amayersuk es una criatura peligrosa con el aspecto de una mujer gigante que tiene un gran espacio en la espalda y roba a los niños.
A-MI’-KUK
Los esquimales del estrecho de Bering hablan del a-mi’-kuk, una extrañísima criatura espigada, de piel parecida al cuero, con cuatro largos brazos, que vive en el mar. Tiene la capacidad de nadar a gran velocidad por el agua, en el hielo y, finalmente, en la tierra. Se dice que estas criaturas viven en ciertos lagos volcánicos del interior de la tierra y que de allí llegan nadando hasta el mar, creando con su paso un canal que seca el lago. Pero cuando regresan, el agua los sigue y llena de nuevo el lago.
ATAKSAK
Vive en el cielo, y su forma es la de una bola. Personifica la alegría. Sobre su vestido brillan varias cuerdas, y su cuerpo brilla también cuando se mueve. Se presenta a los esquimales por mediación del angakok, y es considerado como un espíritu benéfico.
AULANERK
Su vida también transcurre en el mar. Va desnudo, se agita constantemente y da origen al oleaje. Los esquimales ven en él una fuente de alegría.
AUMANIL
Entre los inuit, Aumanil es una especie de dios o espíritu benéfico que vive en tierra y sirve de guía a las ballenas.
AZ’-I-WÛ-GÛM KI-MUKH’-TÎ
Entre los esquimales del estrecho de Bering, es el perro-morsa, un misterioso ser marino con la cabeza, la dentadura y las cuatro patas de perro, pero con una imponente cola de morsa con la que puede matar fácilmente a un hombre. Está cubierto de abundantes escamas y vive con las demás morsas. Es muy agresivo y peligroso con los hombres.
EEYEEKALDUK
De existencia también terrestre, tiene el aspecto de un hombre de corta estatura. Es peligroso mirar sus ojos. Su rostro es negro. Habita en una piedra, y su carácter benévolo se manifiesta en el hecho que cura las enfermedades.
ERQILIK
Erqilik (sing.), erkigdlit (pl.). Ser mítico, miembro de un pueblo de pequeños seres que viven bajo tierra, semejante a los gnomos europeos, pero que tienen el aspecto híbrido de hombre y perro, tal vez reducido sólo al hocico canino o, como considera Rink, figura humana en la parte superior y de perro de cintura para abajo. Tienen el curioso hábito de reír continuamente, pero pese a esta bonachona hilaridad son muy peligrosos. En particular están siempre en busca de mujeres, el deseo de las cuales los vuelve casi locos.
HILAP HINUE
Son los espíritus intermediarios del aire. Viven, por lo general, en el aire, y en todo caso nunca en los lugares cerrados. Tiene las formas más variadas: enanos, gigantes u hombres corrientes, y son los espíritus asistentes de los chamanes (angakoks).
IGNERSUJET
Entre los inuit netsilik, se dice que los ignersujet (“relacionados con el fuego”) son seres que se parecen casi exactamente a los humanos, excepto que los bordes de sus ojos son muy estrechos y nunca duermen.
IJERKET
Entre los inuit netsilik, se dice que los ijerket (“ojos peculiares”) viven en las grietas de las montañas. Por lo general, se parecen a los humanos, excepto por el guiño lateral con los ojos. Son corredores extremadamente rápidos y pueden adelantar al caribú y atraparlos vivos.
IJIRAQ
El ijiraq o ishigaq es un monstruo que rapta a los niños y los esconde para siempre. Su nombre significa “el que se esconde”. Presuntamente miden cerca de doce pulgadas de altura y se desplazan por el suelo, viviendo más tiempo que los esquimales. Si los niños logran persuadir al ijiraq para que los deje ir, estos encontrarán su camino de regreso mediante el inuksuk de piedra -un inuksuk (pl. inuksuit) es un hito o montículo de piedras construidos y utilizados por los inuit, y otros pueblos de la región del Ártico en Norteamérica.
ILKALU NAPPA
El ilkalu nappa (“medio pez”), también llamado iqalu-nappa, a veces es confundido con la diosa Sedna, ya que, como ella, esta criatura marina tiene un aspecto semejante al de las sirenas marinas, es decir, con cuerpo humano de cintura para arriba, y cola de pez de cintura para abajo. Los hay de ambos sexos.
INGNERSUAK
Ingnersuak (sing.), ingnersuit (pl.). Espíritus marinos que viven en lugares escondidos, entre los hielos, que sólo resultan accesibles por medio de rocas que se abren y se cierran. Según sea su estado de ánimo, adoptan formas diferentes. Los benévolos tienen aspecto humano, con nariz pequeñísima y ojos rojos; ellos protegen a los pescadores y pueden mezclarse con los hombres en los períodos de la marea alta. Su nombre es kutdlit. Los maléficos, en cambio, no tienen nariz en absoluto y son calvos. Tal vez por envidia, su entretenimiento preferido es capturar a los pescadores y cortarles la nariz; su nombre es atdlit.
INUARUGLIGARSUIT
Entre los inuit netsilik, se dice que los inuarugligarsuit son enanos que viven en las montañas. Tienen figura humana y viven exactamente como los esquimales. Las piezas que cazan también son pequeñas, sus osos son poco más grandes que los lemmings. Cuando son vistos por los esquimales, estos enanos tienen la capacidad de crecer en tamaño hasta la altura de los seres humanos comunes.
INUGPASUGSUK
Entre los inuit netsilik, se dice que Inugpasugsuk vivió en tiempos pasados. Era un gigante que atrapaba el salmón con la mano y mataba a las focas con un palo. Tenía tanto miedo y afición por los humanos, que se tomó grandes molestias para no dañarlos.
ISSITÔQ
Así son llamados los espíritus familiares de los chamanes inuit. El nombre significa “ojo gigante”, y hace pensar que se trata de una especie de cíclopes. Tienen piernas cortas y brazos muy largos, y la extraña característica de tener la boca cortada verticalmente.
ITQILIT
Los itqilit son una legendaria raza de hombres-perro, que fue exterminada en una épica lucha contra los inuit.
IVIGTUT
Entre los inuit netsilik, se dice que los ivigtut (“los inquietos”) están asociados con una piedra grande cerca de un río en Iluileq. A pesar de sus figuras humanas, tienen la peculiar habilidad de desaparecer en la gran piedra si son visto por las personas. También existe la creencia de que se alimentan de piedra.
KAK-WHAN’ Û-GHAT-KIG-Û-LU’ NIK
Criatura mencionada por los esquimales del estrecho de Bering. Es el nombre que adoptan ciertas ballenas, que tienen la capacidad de transformarse en animales terrestres en el momento en que muestran esta apariencia terrestre. Generalmente la metamorfosis es en forma de lobo, pero también puede ser de reno. Se han encontrado incisiones que muestran animales terrestres cuyo cuerpo termina en cola de pez, que se supone que representan este monstruo en el momento de metamorfearse.
KALOPALING
Los kalopalit (kalopaling, en singular) son unos misteriosos seres marinos, antaño muy numerosos, pero reducido luego a unos pocos ejemplares. Tienen aspecto humano, con unos grandes pies semejantes a boyas de piel de foca. Están cubiertos de la piel y las plumas de los eider (o urogallos, en algunas versiones); no hablan, sino que tan solo emiten un grito quejumbroso. Son capaces de nadar muy rápidamente, haciendo un gran ruido con los brazos y los pies. Tienen un gran capuchón en el que aprisionan a los hombres caídos de los kayaks. Cuando los esquimales descubren a uno de estos seres adormilado, lo matan con el arpón, porque lo consideran un peligroso enemigo. La carne de los kalopalit es venenosísima, pero en cambio es una buena comida para los perros.
KEELUT
Espíritu terrestre y maléfico, parecido a un perro desprovisto de pelaje.
KILU KPUK
Kilu Kpuk o Kiligvak es un ser mítico, que inicialmente era un habitante de las aguas -su nombre significa la “Ballena Kilu”-. En el mar entró en conflicto con otro monstruo marino llamado Aglu, y fue definitivamente vencido por este último y condenado a retirarse a tierra firme. Pero a causa de su enorme peso, Kilu Kpuk se hundió y todavía está condenado a moverse bajo tierra, abriéndose galerías gracias a la movilidad total de sus defensas delanteras que usa de pico y pala. La pesadez que evoca este ser es tal que en Groenlandia se le atribuyen seis patas para sostener su mole. También dicen que si accidentalmente el Kilu Kpuk llega a travesar la corteza terrestre y respirar el aire, muere inmediatamente. Se ha pensado que la idea de este ser pesado y torpe, dotado de colmillos, que vive bajo el subsuelo, se debe a hallazgos de cuerpo de mamut, a veces perfectamente conservados bajo el hielo.
KINÂK
Es un ser gigantesco que una mujer, huyendo de su cruel marido, caminó sin saberlo durante cinco días enteros a lo largo de su cuerpo, instalándose al final entre sus bigotes, que usaba como leña para hacerse fuego.
KINGMINGOARKULLUK
Vive en tierra y se parece a un esquimal de minúscula estatura. Siempre canta alegres melodías. Espíritu benévolo.
KOODJANUK
Éste es un espíritu de primer orden. En la creación del mundo era una ave de gran tamaño, negra cabeza, ganchudo pico y cuerpo blanco. Es un genio benéfico, que tiene poder para satisfacer los deseos de cuantos recurren a él. Cura también a los enfermos.
KUTJUJAJURQ
Míticas criaturas de aspecto sorprendentemente parecido a los grylloi medievales, compuestas por una cabeza enorme, apoyadas sobre patas dotadas de tres dedos, sin cuerpo ni brazos, y con pechos en las mejillas. Según las leyendas locales son duendes que vagan durante la noche, dando golpes a las paredes de los iglúes. El hallazgo de iglúes parcialmente demolidos se atribuye a las actividades de estos seres.
NAKASUNGNAIKUT
Entre los inuit netsilik, se dice que los Nakasungnaikut no tienen pantorrillas o espinillas. Esto los hace gatear en lugar de caminar. Son comedores de hombres extremadamente peligrosos.
NANOOK
En la religión Inuit, Nanook, Nanuk, o Nanuq (lit. “oso polar”), es el amo de todos los osos, y es quién decide si los cazadores merecen tener éxito, o no, en la búsqueda y caza de los osos polares, y tmbién es quién castiga las violaciones de los tabúes.
Nanuk, el oso polar, es fuerte y poderoso, y los inuit creen que es “casi un hombre”. Los cazadores inuit adoran a este gran oso porque creen que él decide si los cazadores tendrán éxito en sus cacerías. En el pasado, los inuit comían carne de oso polar y usaban su piel para hacer pantalones cálidos para los hombres y kamiks (una especie de botas suaves) para las mujeres. El cazador colgaba la piel del oso en una sección especial de su iglú para mostrarle respeto, donde permanecería durante varios días, y ofrecían al espíritu del oso diferentes objetos simbólicos: armas y otras herramientas de caza si era un macho, y cajas de agujas, raspadores (usados para raspar la grasa) y cuchillos, si era una hembra. Los nativos creían que los osos polares se dejaban matar para obtener las almas de esos objetos (tatkoit), que llevarían con ellos en lo sucesivo. La leyenda dice que si un oso polar es tratado adecuadamente por el cazador que lo mató, su alma compartirá las buenas noticias con otros osos, por lo que éstos estarán ansiosos por ser cazados por él. Por el contrario, si los cazadores no muestran el debido respeto por el espíritu del oso, el resto de osos se mantendrán alejados de ellos.
NANORLUK
Animal parecido a un oso blanco de dimensiones gigantescas, pero totalmente adaptado a la vida marina. Vive en el fondo del agua y sólo sube a la superficie para respirar por agujeros hechos en el hielo, como las focas. Entre los inuit netsilik, se dice que los nanorluk son osos gigantes con un gran gusto por la carne humana. Sus mandíbulas son tan grandes que son capaces de tragarse a hombres enteros, que se ahogan en el vientre del oso.
NARAJET
Entre los inuit netsilik, se dice que los Narajet (“barrigas grandes”) son como los humanos, distinguidos, sin embargo, por sus capacidades chamánicas y carácter glotón: en una sola comida pueden comer una vaca de caribú y su ternero. También son corredores rápidos y excelentes cazadores de caribú.
NOESARNAK
Su vida transcurre asimismo en la tierra. Es un espíritu benéfico, y tiene la forma de una mujer de piernas delgadas. Sus vestidos son de piel de gamo, y lleva una máscara, hecha con la piel de este animal.
NOOTAIKOK
Es el espíritu de los icebergs. De carácter benévolo, tiene por residencia el mar y procura focas a quien lo invoca.
OLUKSAK
Divinidad de los lagos, en cuyas riberas vive. Los Angakoks reciben su inspiración a través de él.
OOMARK
Vive en tierra, y tiene el aspecto de un hombre de talla pequeña, pero robusto. Los mortales corren peligro al verlo. Debe ser tratado con muchos miramientos.
OOYARRAUYAMITOK
Esta divinidad no tiene una residencia claramente definida. A veces se sitúa en la tierra, y en ocasiones, en el cielo. Si es respetada e invocada, proporciona carne a los inuit o, por lo menos, el medio de procurársela.
PAL RAI YUK
Mencionado por los esquimales de Alaska. Hipotético animal marino muy feroz, del que tan sólo se ha llegado a ver, a veces, la cabeza y el cuello, que sobresale de dos a tres metros del agua y que son semejantes, en cuanto a forma, a los de una serpiente. Según los nativos, se trataría de un animal que agrede a las embarcaciones; algunas representaciones del estrecho de Bering lo muestran con una cabeza extrañamente parecida a la del caimán, un cuerpo largo y delgado, y seis patas; en la parte posterior de la cabeza tiene dos cuernos cortos puntiagudos. Este animal recibe el nombre de Pal Rai Yuk en la isla de Nunivak, y Tizheruk en la King Island.
PUKKEENEGAK
Este espíritu, de apariencia femenina, tiene el rostro tatuado. Calza grandes botas y viste graciosos trajes. Se la considera de carácter benéfico, ya que proporciona alimentos y materiales para confeccionar vestidos. Da también hijos a las mujeres esquimales.
QALUNEQ
Hijo del mar y de una mujer terrenal, tenía el aspecto híbrido de un hombre de cintura para arriba y de foca por debajo. Su gestación fue particularmente laboriosa y duró seis años. Qaluneq podía matar a cualquiera con la mirada; gracias a esta habilidad era el más hábil de los cazadores de focas y ballenas. Pero a causa de su forma híbrida no encontraba a ninguna muchacha dispuesta a casarse con él. Entonces se hizo con las alas de un pájaro gigantesco y, volando, encontró a una chica que le gustó, la raptó y tuvo un hijo con ella. Habiendo asegurado así una estirpe futura, regresó con su padre, el Mar.
QALUPALIK
El qalupalik es una criatura parecida a un ser humano que vive en el mar, con cabello largo, piel verde y uñas largas. El mito cuenta que los qalupaliks usan una amauti (pl. amautiit), una forma de bolsa que los padres inuit usan para llevar a sus hijos, para poder llevarse a los bebés y los niños que desobedecen a sus padres. Esta historia era usada para evitar que los niños se vagaran solos o se alejaran, contándoles que los qalupalik tomaban a los niños en su amauti para llevárselos bajo las aguas, reteniéndolos allí para siempre.
Se dice que los qalupaliks emiten un zumbido distintivo; por lo tanto, pueden ser oídos antes de que aparezcan.
QUINQUERN
Quinquern (o qiqirn, o qiqion), es un animal fantástico, cuyas apariciones en los pueblos presagian acontecimientos excepcionales, tanto en sentido positivo como negativo. Es un enorme perro con seis u ocho patas, pero que no tiene dientes ni pelo, salvo unos mechones alrededor de la boca, en los pies, en las orejas y en la punta de la cola.
SEDNA
Entre los esquimales, Sedna es la diosa del mar, y tal vez su divinidad más importante. De ella depende la vida de los animales marinos, ella es quién permite una pesca más o menos fructuosa y, en definitiva, dispone de la propia vida de los esquimales. Sedna se siente ofendida por varias infracciones de las normas morales, destacando ante todo las relativas a los animales, a los homicidios y las de orden sexual. Como consecuencia de faltas de este tipo no duda en bloquear la pesca, causando graves carestías.
Existen muchas versiones del mito de Sedna. La más conocida habla de una muchacha que rechazaba a todos sus futuros maridos, hasta que el padre de ella, furioso ante sus continuos rechazos, la obligó a casare con uno de sus perros. Los hijos engendrados en esta unión se convirtieron en los antepasados de los blancos y los indios. A continuación la joven fue inducida a casarse con un petrel. Su padre y sus hermanos fueron a secuestrarla, para robársela a su extraño esposo (no más extraño, por otra parte, que el que ellos mismos le habían impuesto anteriormente). Pero el petrel, furioso, persiguió el barco de los raptores, provocando una gran tempestad. El padre, asustado, arrojó a su hija al agua y, dado que ésta se aferraba a los bordes de la barca, le cortó los dedos para mandarla al fondo. De los dedos cortados nacieron ballenas, focas y otros animales marinos; y Sedna se hundió en los abismos marinos, dónde aún hoy es la reina de los peces.
En la iconografía generalmente se representa a Sedna como una sirena marina, aunque a veces su cuerpo es de foca y no de pez, y otras veces el único componente humano que conserva es la cabeza injertada en un cuerpo ictiomorfo, con o sin la presencia de brazos. El nombre Sedna, adoptado comúnmente por los occidentales para nombrarla, nunca ha sido utilizado por los inuit. Parece, en efecto, que sólo se trata de un locativo, que significa “la que está lejos y abajo”. Existen muchísimos otros nombres personales de la diosa. Entre los de uso más frecuente tenemos Takanakapsaluk (“el ser terrible de las profundidades”), o Takanaluk Amaaluk (“la mujer de las profundidades”), o Uinigumisuitok (“la que no deseaba marido”). Otros nombres más circunscritos geográficamente son Arnakäpsaluk, Arnaquagsak, Aviliajog, Kannakapfaluq, Kavna, Nerrivik, Nuljaluq, Sättuma Eeva, Taleelayu, o Tallulyuk. El nombre Ilkalu Nappa (“medio pez”), parece no hacer referencia a la diosa, sino a seres marinos.
TAGLERQET
Entre los inuit netsilik, se dice que los taglerqet son sombras que se mueven rápido, con figura humana. Viven y cazan como los esquimales, pero son invisibles y no se pueden ver hasta que mueran.
TARIAKSUQ
En la mitología inuit, el tariaksuq -o taqriaqsuk, taqriaqsuq, tarriaksuk, tarriaksuq, tarriassuk, o tarriassuq (plural: “gente-sombra”, taqriaqsuit, tariaksuit, tarriaksuit, o tarriassuit)- es una criatura relacionada con las sombras, la invisibilidad y la oscuridad.
Se dice que, en su mayor parte, son igual que cualquier otro ser humano. Tienen casas, familias, armas, herramientas y más. Sin embargo, se diferencian de las personas normales en que no son visibles si se los mira directamente. Al mirarlos directamente, desaparecen en el mundo separado que ocupan, aparte del nuestro, o solo son vistos por la sombra que proyectan. Sólo se hacen visibles si son asesinados.
Aparte de la extraña condición de su visibilidad, también se sabe que sólo pueden capturar presas mientras las cazan a pie.
TEKKEITSERTOK
En la mitología inuit, Tekkeitsertok es el dios de la tierra y el señor de todos los caribús, por lo que es considerado uno de los dioses de la caza más importantes de este pueblo. También es el protector de aquellas criaturas que entren en cualquier parte del cielo del norte, y tiene el poder de brindar ayuda a las criaturas que entran a su propiedad, o bien de expulsarlos del área. Su poder es superior al de las demás divinidades juntas. Cada año, antes de que empiece la época de caza, se le dedican numerosos sacrificios.
TI’-SIKH-PUK
Ti’-sikh-puk es el “Gran Gusano” que aparece en muchas leyendas de la zona del Estrecho de Bering. Surge en los tiempos en que los animales tenían la capacidad de adoptar forma humana. Se representa como un gusano gigantesco con la cabeza humana.
TIZHERUK
Ver: Pal Rai Yuk.
TOOTEGA
En la mitología inuit, Tootega es una anciana diosa muy sabia, cuya figura es la de una mujer muy pequeña, que vive en una isla, en una choza de piedra y tiene la capacidad de caminar sobre las aguas.
TORNAQ
Tornaq (sing.), tornait (pl.). Nombre genérico de los espíritus malignos que viven en el interior de las masas de piedra y que tienen un solo ojo. Cuando una piedra rueda detrás de una persona, quiere decir que el tornaq que vive en ella le ofrece su protección. Los tornait son de tres especies: con forma humana, con forma de piedra o con forma de oso. Estos últimos son los más potentes y más buscados por los angakok (chamanes), que los convierten en sus espíritus guardianes.
TOTALET
Entre los inuit netsilik, se dice que los totalet (hombre foca) se parecen tanto a los humanos como a las focas.
TOTANGUARSUK
Entre los inuit netsilik, se dice que el totanguarsuk es el espíritu de la figura de cuerda o juego del cordel (muy popular entre los inuit). Es un ser muy peligroso que ataca a las mujeres y a los que se entregan a jugar excesivamente con figuras de cuerdas o juegos de cordel.
TUNEQ
Tuneq (sing.), tornit, tunrit (pl.). Fabulosa raza de gigantes que los esquimales creen que vivieron antes que ellos en los territorios del norte. Eran mucho más grandes que los hombres y tenían los brazos largos, las piernas largas y ojos con frecuencia torcidos. Eran muy fuertes y conseguían desplazar rocas, pero también eran muy asustadizos y evitaban el contacto con otros seres humanos. Su civilización era muy primitiva: no usaban los arcos ni los kayaks y no sabían curtir la piel de foca. No cocían los alimentos, los dejaban pudrir y se los comían después de calentarlos manteniéndolos entre las costillas y el vientre. Desaparecieron al ponerse en contacto con los inuit, quienes, aprovechándose de su estado salvaje y de su estupidez, los exterminaron. En la tierra de Baffin los llaman toonijuk.
TUPILAK
Tupilak, tupilaq. Nombre genérico de seres demoníacos que representan los espíritus de los muertos. Son muy temidos y se procura mantenerlos alejados de las casas, a las que quieren regresar. Una simple rozadura con ellos resulta mortal e incluso una sola mirada provoca enfermedades. En Groenlandia, en cambio, el tupilak tiene algún punto de contacto con el zombi haitiano; es un ser vivificado por un brujo (angakok), con el fin de destruir a algún enemigo. Se confecciona con partes pertenecientes a varios animales; y luego el monstruo puede adoptar el aspecto de cualquiera de dichos animales.
TUTUATIN
Ser fabuloso, humanoide con el cuerpo peludo, del que hablan los inuit del estrecho de Smith.
UGJUKNARPAK
Esta criatura es similar en apariencia a un ratón grande, de tamaño humano. Tiene una cola prensil. Es rápido, tiene un oído excelente y su piel es impenetrable para todas las armas, excepto las mágicas. El ugjuknarpak se esconde debajo de canoas volcadas, y desde esa posición, atrapa a las presas humanas que vagan demasiado cerca con su larga cola. Nadie se atreve a acercarse a su guarida.
UISSUIT
Misterioso pueblo de enanos que viven en las profundidades marinas. Los hay machos y hembras, pero nunca se les ve fuera del agua. Aunque con un truco se consigue pescarlos en las profundidades marinas, antes de salir siempre consiguen volver al fondo, de modo que a veces se les ha podido ver las piernas.
WI’-LU-GHO-YUK
Animal marino muy parecido a la musaraña, que vive en los glaciares y en los icebergs, según os esquimales del estrecho de Bering. Cuando ve a un hombre corre a su encuentro, agujerea su calzado, se introduce dentro de sus vestiduras y rápidamente recorre todo su cuerpo. Si el hombre permanece completamente inmóvil, el animal no le hace daño y además, a partir de ese momento, el hombre será muy afortunado en la caza. Si, en cambio, se mueve, la bestia penetra en sus carnes, alcanza su corazón, y lo mata.
BIBLIOGRAFÍA
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