domingo, 3 de julio de 2016

EL DISCURSO DE COLOSO SOBRE LA INTOLERANCIA Y EL FIN LOS DERECHOS HUMANOS

A veces hay discursos que te llegan directamente al alma, como pueden ser el Mensaje del Gran Jefe Seattle al Presidente de los Estados Unidos, que se ha convertido en uno de los alegatos ecologistas más famosos de todos los tiempos, o el gran discurso final de Charles Chaplin en “El Gran Dictador” (The Great Dictator, 1940). En este caso, sin embargo, sólo quiero ofreceros un pequeño discurso surgido de la viñeta de un cómic –concretamente, el Secret Wars: Years of the Future Past #2 USA (Agosto de 2015), editado por Marvel –que sin llegar a ser una obra maestra, tiene la virtud de explicar, resumir y expresar de un modo muy claro, sencillo y conciso, como a través de la intolerancia se puede llegar a negar y recortar los derechos y libertades básicas de algunos individuos, justificándolo de cualquier modo, para que, a la larga, eso pueda llegar a influir y afectar las decisiones futuras de toda una sociedad, hasta volverse en su contra, dando así el primer paso hacia una dictadura. Aquí os dejo el texto y entended por vosotros mismos...


¿Un chiste? Todo esto empezó así, ¿sabéis, chicos?

Siempre empieza en broma. Escuchadme los dos.

Uno ve a un padre o a una madre, y piensa que no están a la altura.

Sus mocosos no se callan, y están tan agotados que dejan que griten, llenos de mocos, llorando, pegando y descontrolados.

Y les dices a tus amigos: “Deberían hacer un examen para ser padre” ¿Lo entendéis? “Deberían dar permiso para tener hijos”.

Empieza como una broma.

Y luego tal vez ocurre una tragedia: una madre que debería haber recibido ayuda tras el parto, pero el seguro no cubría la terapia.

Un padre que se equivocó porque lo educaron para que pensara que los hombres son débiles si se preocupan por los otros.

Se presentan los primeros tests.

Y piensas: “Bien, ahora esos niños estarán a salvo”.

Aprueban los tests y, sí, surgen algunos problemas, pero nada que no pueda resolverse, ¿eh?

Pero ahora cualquiera con una enfermedad mental o antecedentes penales tiene prohibido ser padre, y piensas: “Vaya, eso es sensato, ¿no?”

Porque no conoces a nadie así, por lo que ¿quién va a decirte que no son como los representan en las historias?

Enfermo, peligroso, criminal... esas palabras se expanden.

De repente, es cualquiera que tenga diabetes o cáncer, porque podrían morir y dejar huérfanos a sus hijos; ¿cómo se atreven a tenerlos?

Y luego las parejas sordas, minusválidas, interraciales, homosexuales... porque ¿es que no saben lo difícil que se lo están poniendo a sus hijos?

Y entonces son quienes ellos quieran.

Crees que es por el bien superior. Ni siquiera imaginas la vida de alguien que no es como tú.

Y un día... te toca a ti.

Un gen, una historia, un comportamiento pasados... y de repente eres peligroso, criminal, estás enfermo.

Porque la verdad es que...

... el odio humano se adapta a todo.

Crees que estás a salvo.

Pero si alguien te odia, se le ocurrirá la forma de racionalizarlo.

Entonces comprendes a qué le has dado poder, sólo cuando te das cuenta de lo que te han arrebatado.

Las bromas tienen el terrible poder de coger la verdad y afearla.

¿Lo entendéis, niños?

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